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martes, 31 de mayo de 2011

Vampiros energéticos

Vampiros energéticos

Todos nosotros los conocemos, sabemos como son, como se visten, como actúan y sus propósitos: succionar la sangre de sus víctimas, pues solo así sobreviven.

Esos son los vampiros de las películas, seres errantes de capa negra y grandes dientes, ávidos de sangre, que andan entre las sombras en busca de sus víctimas.
Pero existe un tipo de vampiro con el que convivimos diariamente -los vampiros de energía. 

Ellos pueden ser nuestro hermano, marido o esposa, empleado, amigo, vecino, gerente del banco, o sea, con cualquiera que interactuamos . Ellos roban energía vital, común en el Universo, pero que ellos no consiguen recibir.

Pero, a fin de cuentas, ¿Por qué éstas personas succionan nuestra energía?
Bien, en primer lugar la mayoría de los vampiros de energía actúa inconscientemente, succionando la energía sin saber lo que están haciendo. Eso sucede porque no consiguen absorver las energías de las fuentes naturales y quedan desiquilibradas energéticamente.
Cuando esas personas bloquean la recepción de éstas energías naturales (o vitales), necesitan encontrar otras fuentes cercanas, que no son otras que las personas a su alrededor. En verdad, casi todos nosotros, en un momento u otro de nuestra vida, cuando nos encontramos en un estado de desequilibrio, acabamos volviéndonos vampiros de la energía ajena.

¿Cómo identificar y combatir a esas personas?
1. Vampiro Quejumbroso: se queja siempre, de todo y a todos. Cuando nos encontramos con él, ya se está quejando de porqué no le telefoneamos o lo visitamos. Si tu aceptas la queja y te sientes culpable, abrirás las puertas. Lo mejor es usar tu propia arma, quejándote a tu vez y preguntando por qué él no llama o aparece. Déjalo confuso, sin tiempo para responder y retírate rápidamente.

2. Vampiro Crítico: critica de todo y a todos; lo peor es que solamente critica negativamente. Ve la vida solamente por el lado sombrío. La murmuración tiende a crear en la víctima un estado de Alma oscuro y pesado, que abrirá su sistema para que la energía sea succionada. Dile “no” a sus críticas y nunca estés de acuerdo con él. La vida no es tan negra así. Lo mejor es salir y cortar el contacto.

3. Vampiro Adulador: es el famoso “barbero”. Adula el ego de la víctima, cubriéndola de elogios falsos, intentando seducirle. Mucho cuidado para no prestar oídos al adulador, pues él espera que el orgullo de la víctima abra las puertas del Aura para succionar la energía.

4. Vampiro Reclamador: reclama de todo y de todos. Se opone a todo, exige, reinvindica, protesta sin parar. Lo más gracioso es que no siempre dispone de argumentos sólidos y válidos para justificar sus protestas. La mejor táctica es dejarlo hablando solo.

5. Vampiro Inquiridor: Su lengua es una ametralladora. Dispara preguntas sobre todo y no da tiempo para que la víctima responda. Verdaderamente él no quiere respuestas sino desestabilizar el equilibrio mental de la víctima, perturbando su flujo de pensamientos. Para salir de sus garras, no te preocupes por buscar respuestas. Responde haciéndole una pregunta bien personal, contundente y procura apartarte en cuanto te sea posible.

6. Vampiro Lamentoso: son los lamentadores profesionales, que desde hace años lloran sus desgracias. Para succionar la energía de la víctima, ataca por el lado emocional y afectivo. Llora, se lamenta y hace cualquier cosa para despertar pena. La víctima es siempre la desafortunada. Corta sus lamentaciones diciendo que no te agradan las quejas, pues no resuelven ninguna situación.

7. Vampiro Pegajoso: Embiste contra las puertas de la sensualidad y sexualidad de la víctima. Parece un pulpo queriendo envolver a la persona con sus tentáculos. Succiona la energía seduciendo o provocando náuseas y repulsión. En los dos casos estarás desestabilizado y vulnerable. Inventa una disculpa y huye rápidamente.

8. Vampiro Grillo Parlante: la puerta de entrada que él quiere derrumbar es tu oído. Puede hablar durante horas y, mientras mantiene la atención de la víctima ocupada, succiona su energía vital. Para librarte inventa una disculpa, levántate y vete.

9. Vampiro Hipocondríaco: cada día aparece con una enfermedad nueva. De esa forma llama la atención de los demás, despertando preocupación y cuidados. Mientras describe los pormenores de sus males y cuenta sus interminables sufrimientos, roba la energía del oyente, que después se siente pésimo.

10. Vampiro Conflictivo: para él el mundo es un campo de batalla donde las cosas solamente serán resueltas a golpes. Quiere que la víctima compre su pelea provocando en ella un estado de rabia, irritación y agresividad. Ese es uno de los métodos más eficientes para desestabilizar a la víctima y robarle la energía. No cedas campo a la agresividad, procura mantener la calma y corta lazos con éste Vampiro.

Bien, ahora que ya conoces como actúan los vampiros de energía, líbrate de ellos lo más rápido posible. Pero, no te olvides de verificar si tu, obviamente sin querer, no formas parte de ésta lista…

El G-8 y el fin de Internet

miércoles, 18 de mayo de 2011

BRUCE LIPTON- La biología de la creencia y la transformación

BRUCE LIPTON



La biología de la creencia y la transformación

El Dr. Bruce H. Lipton es un líder y pionero internacionalmente reconocido en el campo de la Ciencia y el Espíritu. Biólogo especializado en las células madre, autor del best seller “La biología de la creencia” y ganador del premio GOI de la Paz en el 2009. Ha sido entrevistado en centenares de programas de televisión y radio, e invitado como el ponente principal de conferencias nacionales e internacionales.
Bruce Lipton
viernes 6 de mayo
19:00 a 22:00
Barcelona

Una Conferencia en la que comprenderás el impacto de las investigaciones del Dr. Bruce H. Lipton y la ciencia de la epigenética
Ante una crisis global en la salud, el hogar y el corazón, los avances de la ciencia están creando una genuina revolución en el pensamiento y la comprensión, de una forma tan radical que puede cambiar el mundo. Nuevos descubrimientos en la biología de las células, epigenética y física demuestran que no somos víctimas de nuestros genes sino que, en su lugar, tenemos una capacidad ilimitada para vivir una vida plena y rebosante de paz, felicidad y amor.
El Dr. Bruce H.Lipton, te llevará a través de un trepidante viaje desde la célula microscópica hasta el macrocosmos de la mente.
Conocimiento es poder. La comprensión de uno mismo que ofrecemos en esta ponencia es fundamental para recuperar tu poder personal y convertirte en el creador de tu destino en vez de en la víctima de tu programación. Esta ilustrativa y animada presentación inspirará tu espíritu, atraerá tu mente y desafiará tu creatividad, además comprenderás el enorme potencial de aplicar esta información en tu vida.
Una potente y energética conferencia sobre la mecánica de la interacción mente-cuerpo que revela cómo nuestras percepciones “aprendidas” controlan la conducta, regulan la expresión de los genes e incluso contribuyen a reescribir nuestro código genético.



Claudio María Dominguez

¿La vida es aquí y ahora?PDFImprimirE-mail
Escrito por Claudio María Domínguez   
Martes, 07 de Abril de 2009 16:09
¿Vivimos un eterno presente? ¿Sólo existe este instante? ¿Podemos dejar de preocuparnos por el pasado y por el futuro?

El mundo se alimenta del pasado y del futuro. Necesita, literalmente para vivir al pasado, para tener una base de información sobre la cual proyectarse a lo que por inferencia, especulación o miedo, cree que va a suceder en el futuro, y basa todo su andamiaje en el tiempo. El tiempo lo sustenta y el mundo se alimenta del tiempo. Si al mundo, que es lo mismo que decir la mente colectiva, le quitáramos el tiempo, colapsaría, se desplomaría automáticamente. Imaginen una película que está siendo proyectada, cuyo aparato proyector se detiene, ¿qué sucede?



La imagen en la pantalla se paraliza, podría durar los instantes en que la electricidad la mantuviese visible, pero como esa electricidad también es parte del mundo y necesita un tiempo y una distancia para trasladarse, también cesaría y todo lo que estábamos viendo dejaría de existir. Sin embargo, nosotros sí estamos, sí existimos, somos, aunque la proyección externa termine. ¿Cómo sabemos que estamos todavía nosotros? Porque en cada respiración vamos más y más profundamente a la fuente de todo poder. Esa fuente creadora de lo que parecía tan real en la pantalla. ¿Qué hacemos entonces?

Podemos crear nuevamente el mundo. Solo que ahora lo hacemos desde la comprensión de la verdad de la cual no éramos concientes, ya no repetimos formulas creadas en un bajo nivel de conciencia. Somos creadores en un nivel de conciencia superior. Todos los mundos están siendo creados y destruidos en este instante. Creados y destruidos sin interrupción. La creación no termina, es expansión perfecta. Los conceptos de tiempo y distancia son limitaciones mentales nacidos de laboratorios igualmente mentales para ordenar pensamientos limitantes que no captan la conciencia creadora en su plenitud. ¿Qué haría la mente si supiera que ya no tiene tiempo? ¿Qué harías vos ya mismo si supieras que no te queda más tiempo? Ningún tiempo posible.

¿Qué harías? Ni siquiera podes pensarlo porque no hay tiempo ni para pensar. Lo único que podríamos hacer es SER. Ser lo que somos, ese ser que ha estado cubierto, velado por el tiempo. Por un pasado que lo marcó y por un futuro que lo perturba y atrapa. Ese ser, de golpe está libre de pasado y futuro, entonces solo puede ser lo que es en este instante. Ya no responde a nada fuera de si, solo es responsable de si mismo, vive su único estado posible. Éste. Ya. Eso es lo que somos y eso es lo que el mundo no quiere que seamos, porque si despertamos, el mundo pierde todo control, pierde todo poder.

¿Cómo puede el mundo controlar a una persona que sabe que es libre, que ya sabe que no hay nada que puede o no, sucederle en el futuro, porque todo futuro depende del ser en estado presente? Un ser que expresa su capacidad, su libertad, desconoce, todos los atributos de las limitaciones sobre las que se basa la sociedad. Como no responde al tiempo, se quita automáticamente toda información del pasado, es decir el sufrimiento acumulado que nos convierte en peones patéticos de un partido de ajedrez que ya esta perdido de antemano.

Un ser que despierta, que se recrea, que solo usa la mente para recordarse a si mismo en su estado puro, verdadero, libre, trascendente, ya no tiene mas miedo al futuro ni dudas respecto a él, ni siquiera deseos de ser feliz porque ya lo es en este instante, no tiene nada que lograr porque ya lo es todo, no tiene nada ni nadie de quien esconderse, porque no ve nada ni nadie separado de sí o en conflicto con el momento presente. Un ser así, no se identifica con su cuerpo y lo recrea mientras lo está utilizando en el momento actual. Y por sobre todo no le tiene miedo a la muerte, porque sabe que no puede morir. Un ser así llega a un estado tan sublime, tan real, que solo vive y genera vida en cualquier plano y situación en la que se exprese y manifieste. Un ser así es lo que tu eres.

Gracias por existir


HACETE CARGO 066 Prog.14/05/2011E-mail

martes, 10 de mayo de 2011

La ciencia de la oración: la intención modifica la salud, opera sobre el cuerpo


La ciencia de la oración: la intención modifica la salud, opera sobre el cuerpo

Mente sobre materia: estudios muestran que la oración permite sanar más rápido a pacientes, afecta el crecimiento de las plantas y puede ser medida en aparatos electrosensibles.
Por diferentes fuentes recibimos información de que la mente, sobre todo la intención concentrada, a través de la palabra o la visualización, es capaz de afectar la materia e incluso sanar el cuerpo, el propio y hasta el de los demás.
El vanguardista proyecto de la prestigiosa Universidad de Princeton: el Global Consciousness Projectdocumenta como la mente colectiva afecta aparatos de medición o electrogaiagramas. Algunos de los efectos más poderosos registrados son cuando se juntan meditadores a dirigir su intención.
Lynn McTagart, escritora y líder del Intention Experiment” que engloba una serie de experimentos en los que se enfoca la atención sobre algún objeto material para modificarlo físicamente, algunos de sus experimentos han hecho que una hoja brille, o que semillas a las que se les emite la intención germinen más que a las que no se les dirige esta energía psíquica.
Un estudio de la Universida de Duke encontró que dentro de un grupo de 150 pacientes cardiacos que recibieron terapia post-operación, el sub-grupo que recibió oraciones de intercesión tuvo el máximo nivel de recuperación. En el experimento ni los doctores ni los pacientes sabían que se les estaba rezando. Como si fuera un cursi cliché cristiano, la oración alivia al corazón.
El científico de Stanford Stephen Laberge ha documentado miles de sueños lúcidos realizando mediciones fisiológicas en el proceso. Laberge cree que los sueños lúcidos son el escenario ideal para sanar proceso psicológicos de ansiedad y traumáticos que se traducen en trastornos físicos. Una particular técnica desarrollada es la visualización consciente dentro de los sueños.
Michael J. Formica escribe para Psychology Today que la oración de la bendición, la oración que curar, se mueve del egocentrismo al etnocentrismo o hasta el geocentrismo. En este sentido psicológicamente disuelve su ego, en un acto de conciencia global, probablemente entrando en los campos morfogenéticos de la Noósfera.
La variable en estos casos, nos dice el Dr. Formica, no tiene que ver con dios, pero si sugiere una relación entre el estado de conciencia experimentado por aquellos rezando y la experiencia subjetiva de aquellos a los que se le reza, una resonancia recíproca que ha sido descrita por la física entre la concienica y los campos cuánticos, posiblemente un estado de entrelazamiento cuántico. Nuestro ADN se comunica justamente a través de este entrelazamiento cuántico a distancia. Tal vez más que nuevas fronteras espaciales, la neuroplasticidad de nuestro cerebro y del cerebro del planeta son las misiones de exploración más apremiantes de nuestra época.



Noósfera nosotros: historia del despertar colectivo del cerebro de la Tierra


Noósfera nosotros: historia del despertar colectivo del cerebro de la Tierra


¿Avanza la evolución hacia el despertar de la mente planetaria? ¿Después de la biósfera, surge la noósfera? Teilhard de Chardin, Vladimir Vernadsky, José Argüelles y Terence Mckenna conspiran con la mente de Gaia para activar una consciencia global que incluya a cada ser vivo como un nodo dentro de un todo interconectado autorreflexivo
“La única verdadera y natural unión humana es el espíritu de la Tierra”. -Pierre Teilhard de Chardin
La noósfera es la más grande utopía en la historia de nuestro planeta. Y aunque esta dimensión prometida por la evolución material, mental y espiritual no pueda existir en el espacio físico como lo conocemos, el éter (o el hiperespacio) con sus jardines dorados de información, sus ríos de luz y su total e instantánea interconexión es suficiente para mantener vivo este sueño de lucidez colectiva.
La palabra noósfera, proviene del greigo nous (mente) y sphaira (esfera). El divino Platón utiliza la palabra nous en el diálogo de Fileb, Sócrates dice: “Todos los filósofos concuerdan – y así se exaltan a sí mismos- que la mente (nous) reina sobre el cielo y la tierra”. En la filosofía gnóstica, el nous, será visto en ocasiones como el padre del Logos, como el primer Eon, cuyo linaje da a luz a Cristo y a Sofía; en otras ocasiones el nous se identificará con Cristo mismo, algo que será retomado por Pierre Teilhard de Chardin, el sacerdote jesuíta que crea el concepto, junto con el geoquímico Vladimir Vernadsky, de la noósfera.
“Debemos engrandecer nuestro acercamiento para englobar la formación que está ocurriendo ante nuestros ojos… de una entidad biológica particular que nunca ha existido en la Tierra –el crecimiento, afuera y arriba de la biósfera de una nueva capa planetaria, una envoltura de la sustancia pensante, a la cual, por conveniencia y simetría, he dado el nombre del a Noósfera”. .–Pierre Teilhard de Chardin,The Future of Man.
La evolución de una idea mística -la mente como algo que existe más allá del cerebro, que permea el universo y que lo fertiliza  con la imaginación, atributo central de la divinidad- se desdobla a través de la biología y se refuerza, al incluir los procesos de la materia. La mayor influencia en el pensamiento noosférico de Teilhard fue Henry Bergson y su concepto de la evolución creativa, el cual se opone al dualismo de Descartes y concibe a la evolución como una fuerza vital (elan vital) constante que anima a la materia y conecta fundamentalmente al cuerpo y a la mente (el papel esencial del universo es “ser una máquina de crear dioses”, decía Bergson).
El otro padre de la noósfera, quien también fuera padre de la geoquímica, Vladimir Vernadsky, concibe a la noósfera como la tercera etapa en el desarrollo de la Tierra, después de la geósfera (la materia inanimada) y la biósfera. Vernadsky ve el surgimiento de la conciencia como algo que debió de haber estado implícito desde el principio en la evolución de la Tierra. Una corriente que va más allá de nuestra voluntad individual: “En la gran tragedia histórica en la que vivimos, hemos escogido elementalmente el camino correcto hacia la noósfera. Digo elementalmente, ya que toda la historia de la humanidad procede en esta dirección… la humanidad como un todo se está convirtiendo en una poderosa fuerza geológica. La mente de la humanidad y su trabajo se enfrentan al problema de reconstruir la biósfera bajo el interés de pensar la humanidad libremente como un solo ente”.
La clave aquí es la concepción de la humanidad como una fuerza geológica, una fuerza de la tierra, incrustada en el río evolutivo del planeta. Es decir la posibilidad de estar siendo usados por la Tierra para lograr conciencia de sí misma. Un proyecto de la mente planetaria, de lo que James Lovelock llamara Gaia, el supraorganismo que compone a la biósfera y trasciende a la suma de sus partes, para sublimarse y quizás convertirse, como un alquimista superno, en una gigantesca piedra filosofal en donde la materia y el espíritu sean indiferenciados, y no exista la dualidad. Quizás un proyecto que podría abortar en el caso de que no la llevemos al punto crítico cósmico de despertar masivamente.
“El planeta es un tipo de inteligencia organizada. Es muy diferente a nosotros. Ha tenido unos 5 mil millones de años para crear una mente que se mueve lentamente y que está hecha de oceános, ríos, bosques y glaciares. Se está volviendo consciente de nosotros y nosotros nos estamos volviendo consciente de ella, extrañamente.  Dos miembros más improbables de una relación difícilmente pueden ser imaginados, el simio tecnológico y el planeta que ensueña”, Terence Mckenna.
Iniciamos este artículo diciendo que la noósfera es una utopia, porque es la idea-semiilla de una colectividad idílica que busca funda-mentalmente materializar un sueño, en realidad, eterrealizar todas la mentes en una mente, una gran capa radiante de consciencia interpenetrante y como tal va más alla de nuestra concepción del espacio material… Se conecta con la concepción de un espacio espiritual o un espacio de información similar a lo que en sánscrito se conoce como Akasha, palabra que significa éter, pero que también ha sido entendida por la teosofía como una biblioteca inmaterial o un banco de memoria universal: los registros akashicos. En esta cosmovisión, todo el espacio –el éter- en sí mismo es una plétora holográfica de información, en cada partícula de éter, tenemos toda la información del universo, como si en cada bit estuviera todo el internet (la teoría cuántica ha llamado esto el q-bit y la teoría de sistemas el holón). La noósfera es un avatar de Akasha, en el que amanece la posibilidad de conectarnos telepáticamente a toda la información del planeta y de cada uno de los organismos que lo componen, recibiendo en el plano místico la galvanización “de la verdad que os hará libres”.
Es una utopia porque las personas que han encarnado la movilización de la noósfera son grandes optimistas que ven en la evolución un vehículo de la inteligencia que no puede cejar, una arrolladora máquina orgánica que se magnetiza con el fin de la historia. Tanto Teilhard, como Vernadsky, como los continuadores de esta idea (Mckenna, José Arguelles, Ken Wilber) son en el fondo utopistas, que acaso por su luminosa capacidad de penetrar en la noósfera misma y obtener la epifanía de su conciencia tienen una enorme confianza en su ineluctable sendero. Pero tenemos el caso de James Lovelock, quien popularizará la noción de que la Tierra es un ser vivo que se autorregula con su teoría de Gaia, y que en su trabajo más reciente considera que debido a la faltalidad de nuestras acciones, y su efecto en el cambio climático, para el fin de este siglo solo existirán 150 millones de seres humanos sobre la faz del planeta ¿Será la noósfera solamente de ellos, los elegidos, concretizando el paraíso de la mente pero destruyendo el espíritu democrático de su origen? ¿O tendrán que reiniciar el sistema y atravesar un nuevo proceso evolutivo para congraciarse con la inteligencia nativa del planeta?
Pero sigamos por el sendero óptimo de la utopia, encausando la cristalización, tal vez participando en el tejido inalámbrico de este gran mandala planetario, esta collar de perlas de Indra en el que cada perla refleja no solo a todas las otras perlas sino todos los reflejos que se dan entre sí (donde las perlas son los pensamientos).
Erik Davis en su libro Techgnosis, postula la tesis de que la tecnología esconde dentro de su hardware, en su inconsciente, el deseo de materializar el espíritu. Davis dice sobre la noósfera de Teilhard:
“Teilhard no tenía dudas que esta transferencia (el mecanismo de evolución transferido hacia el nivel social y consciente) era por el bien, porque a la larga la actividad humana habría de despertar al planeta mismo. Desde sus inicios, el jesuíta creía, la mente humana se tejió a sí misma en una matriz colectiva de comunicación e interacción, una red etérea de consciencia que no solo vinculaba a la individuos humanos sino que estaba destinada a cubrir a toda la biósfera como la piel de una cebolla. Teilhard llamaba a esta corona cerebral de la creación la “noósfera”, una entidad psíquica colectiva que surgió del mismo impulso orgánico y simbiótico hacia la unidad y a la compleijidad que inicialmente llevó a los elementos químicos libres a unirse en moléculas y células”.
En la noósfera, estas unidades que se alían, son bits culturales, memes, lenguaje, imaginación, pensamaientos y posiblemente vidas humanas en un crisol holográfico de sueños y emociones cuánticamente entrelazadas.
La influencia de la noósfera de Teilhard fue fundamental en los inicios del internet. Los fundadores y editores de la revista Wired, Kevin Kelley, Louis Rosseto y John Perry Barlow, tomaron las ideas de Teilhard y las reprocesaron dentro de las tecnologías de la información, haciendo del la vision prístina del internet un espacio neo- neurobiológico, donde la Red es la materialización –más allá de la metáfora- de las conexiones neuronales (y la información es el espíritu que se transmite electrofantasmagóricamente, anunciado, como el arcángel, la llegada de una nueva era).
Perry Barlow escribió en Wired: “El punto de toda la evolución hasta este momento es la creación de una organización colectiva de la Mente”.
Rosetto dijo en una entrevista (citado por Erik Davis): “Lo que parece estar evolucionando  es una conciencia global formada de las discusiones y negociaciones y sentimientos que están siendo compartidos por individios conectados a las redes a través de aplicaciones cerebrales como las computadoras. Entre más mentes se conectan, más poderosa la conciencia sera. Para mi, esta es la verdadera revolución digital –no computadoras, no redes, sino cerebros conectándose a cerebros”.
El ver reflejadas en la tecnología las ideas de Teilhard de Chardin y el optimismo generalizado de que la inteligencia  (como en el caso de Tim Leary) conquista el espacio y nos hace emerger del polvo como creadores y controladores de nuestra realidad, da pie al transhumanismo y extropianismo, que postulan la posibilidad de escapar de la prisión del cuerpo y la muerte hacia una especie de noósfera puramente digital en la que nuestras conciencias inmortales, aumentadas por la interacción con las máquinas, estén totalmente conectadas y puedan acceder a paraísos artificiales de diseño. Este es el sendero donde la tecnología reemplaza a la magia, y las máquinas a los cuerpos como vehículos del espítritu (que se vuelve información y luz eléctrica).
Pero por otra parte tenemos a Ken Wilber quien concibe la nueva etapa en nuestra historia como el “noóceno”, una epoca donde la inteligencia toma control de la sociedad, cuyo éxito estará determindado por “como logremos manejar y adaptarnos a la inmensa capacidad de conocimientos que hemos creado”.
El refinado proyecto de la Universidad de Princeton, Gobal Consciousness Project (GCP), mide  los momentos en los que la consciencia humana se sincroniza y se vueleve coherente afectando el comportamiento de sistemas aleatorios. Es decir, momentos en los que la consciencia global afecta la materia. Midiendo eventos como el ataque  de las Torres Gemelas, las elección de Obama o meditaciones colectivas, los científicos de Princeton (liderados por el maverick Roger Nelson) han notado que la sincronización de millones de personas afecta estos sistemas generadores de números aleatorios de forma que  habría 1 en mil millones de posibilidades que esto se debiera al azar. Estos “electrogaiagramas”  o EGGs (electroencefalogramas de la mente de Gaia) sugieren que existe “una noósfera emergente o el campo unificado de la conciencia descrito por los sabios de todas las culturas.”
Tanto Terence Mckenna como José Argüelles veían en la ominosa fecha del 2012 la cita planetaria con la noósfera. Mckenna concibió la historia como un fractal que se aceleraba hacia su concreción en diciembre del 2012; un punto en el que todos los ciclos de la historia se comprimieran en un sólo instante, en el que todo sucedería a la vez, una especie de Big Bang en reversa. Un punto similar a lo que Ray Kurzweill llama la Singularidad, en el que la cantidad de información apilada y su hiperfluida circulación por una especie de reacción en cadena –o efecto 100 monos- iluminaría al mundo (la pregunta es si ¿a las máquinas o a los hombres?).
Argüelles, quien falleció hace unas semanas, poco más de un año antes del 21 de diciembre del 2012, la fecha culmen a la cual le dedicó todo su trabajo, dejó un libro póstumo: The Manifesto for the Noosphere: Next Stage in the Evolution of Human ConsciousnesReality Sandwich ha publicado un extracto de este libro que viene a colación como un ouroboros en el dedo.
En el libro Argüelles traza su entrañable relación con la idea de la noósfera y nos remite a la evolución de este concepto dentro del marco de la esperanza onírica del 2012.  Es interesante notar que fue el genio mulifacético R. Buckminister Fuller quien introdujo a Argüelles a la vision noósferica, fue él quien “primero me sugirió la presencia de un sistema de almacenamiento y recolección existiendo como un campo psíquico o cinturón de pensamientos alrededor del planeta. Fue a través de este medio, me escribió Bucky, que podia conversar con los filósofos pre-socráticos mientras caminaba por la playa”.
En su libro In Earth Ascending (1984), Argüelles postula la existencia de un banco psíquico: “ el sistema de recolección y almacenamiento de información codificada de la noósfera y programa de cronometraje de ADN , localizado entre y en resonancia con los dos cinturones de radiación del campo electromagnético de la Tierra”.
Argüelles retoma la noción evolutiva de Teilhard y su punto Omega y, en buena medida, la transforma dando a luz al movimiento new age con el 2012 como punto focal. Entre la destrucción y la iluminación; Argüelles, como Teilhard, gusta de voltear sus huevos al sol:
“Porque nosotros como especie, el agregado de las células que llevan la conciencia de la Tierra en evolución, no estamos aún despiertos a nuestro papel como un organismo planetario, así también la noósfera no está aún del todo consciente… encontraremos la resolución y la voluntad para reconstruir la noósfera… hacia un nuevo orden  armónico de realidad superorgánica basado en un estado de conciencia distinto al que ha existido antes en la Tierra”.
Argüelles considera que estamos al borde de la posibilidad de convertir nuestra existencia en un obra de arte, sublimándonos en la “nave Tierra”.
“Una plétora de estructuras arquetípicas, reprimidas hasta ahora, se liberarán a través de los canales hasta ahora inimaginados de posibilidad artística, dando forma a una simbiosis entre la imaginación humana y el orden natural”.
Teilhard de Chardin veía el desenlace del proceso noósferico en la convergencia de materia y mente, donde según él seremos magnéticamente autodevorados por el Punto Omega, la conciencia crística al final del tiempo. Cristo “destellará como un relámpago” y la materia colapsará en espíritu absoluto”. Parfraseando el poema de T.S. Elliiot, el universo no terminará ni con un gemido (whimper) ni con una explosion (bang), terminará con el flash eterno del Espíritu.
Mckenna, en éxtasis psicodélico, veía así este paso al Punto Omega:
“Debemos de lograr exteriorizar el alma humana al fin del tiempo, invocarla a su existencia como un OVNI y abrir el umbral violeta hacia el hiperespacio, atravesarlo, afuera de la historia profana y hacia un mundo más allá de la tumba, más allá del chamanismo, más allá del fin de la historia, hacia el milenio galactico que nos ha llamado por millones de años a través del tiempo y el espacio”
Argüelles continua con esta euforia:
“La humanidad está atravesando la última  etapa preparatoria para entrar, como un colectivo armonizado, a este tiempo de sueño consciente… Una vez que nos aliniemos con la noósfera percibiriemos y sabremos radialmente. Experimentaremos todo como múltiples correspondencias que vinculan a todo con todo lo demás en una universo multidimensional armónicamente sincronizado… nos convertiremos en una nueva especie — Homo noosphericus”.
En su libro “El Futuro del Hombre”, Teilhard de Chardin argumentó que las experiencias místicas descritas por santos o yoguis eran en realidad emanaciones del Punto Omega. Algo similar ha dicho el físico David Bohm: las experiencias de interconexión total, el misticismo, la telepatía, provienen del mar de energía subcuántica que llama la Totalidad Implicada; el Mundo de la Voluntad en palabras de Schopenhauer. Es posible que este tipo de epifanías provengan de una conexión con el código fuente de nuestra realidad que podemos llamar Akasha. Argüelles a lo largo de su trabajo desarrollando una nueva versión del calendario maya, la frecuencia 13:20, dijo haberse conectado con el espírirtu de Pakal Votan; Teilhard de Chardin tuvo un momento místico en el desierto de Gobi en China que fue fundamental a su fusión del cristianismo con la teoría de la evolución, creando un cristianismo cósmico; Mckenna vislumbró su Onda del Tiempo Cero, de la cual dedujo que el 2012 sería el fin del fractal de la historia, en un viaje de hongos. ¿Es posible que estos hombres se hayan conectado con la misma noósfera que describen, por un momento deslumbrante descargando datos de la matriz arquetípica que resguarda en su biblioteca etérea la gnosis de la mente divina?
Es difícil decir si la noósfera sólo es uno de nuestros mejores sueños, cultivado en mentes brillantes pero con un dejo de delirio religioso y mesiánico, o es inmanente a la evolución misma, una inevitabilidad de vivir en un universo creado por la Mente misma, un enorme espejo del plan de la creación, el final es el principio, un mismo instante que la evolución hace río, que proyecta la eternidad en tiempo. Lo cierto es que construimos la realidad a través de modelos y el modelo de la noósfera es el mejor que tenemos para incluir la interconexión, la telepatía, la sincronicidad, la capacidad de crear con la palabra, de fundir el mundo de la ideas con nuestra realidad experiencial… El modelo que postula la posibilidad de despertar colectivamente a un sueño lúcido.




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