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martes, 26 de febrero de 2013

¿Está naciendo una nueva Raza de Super Terrestres... o es el Fin de la Raza Humana?


¿Está naciendo una nueva Raza de Super Terrestres... o es el Fin de la Raza Humana? - Se preguntan Científicos...
Publicado por Gloria Helena Restrepo C. el febrero 23, 2013 a las 10:14pm
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20 Enero 2013
del Sitio Web MessageToEagle

traducción de Adela Kaufmann
Versión original en ingles

Los científicos han hecho un inesperado e inquietante descubrimiento - un gran número de nuevas mutaciones no vistas previamente han sido detectadas entre los seres humanos.

Hay quienes sugieren que pronto habrá fantásticos hombres-X entre los humanos. Estos súper terrestres no salen de los laboratorios secretos, como en las famosas películas, sino que nacen de forma natural. Otros científicos son menos optimistas y consideran que la evolución imprevista puede conducir a cambios desconocidos en el cuerpo humano.

Este inesperado y aterrador descubrimiento es el resultado de un estudio realizado por científicos de la Universidad de Cornell (Estados Unidos) y la Universidad de California.

Cuando examinaron los genes de varios miles de personas de todo el mundo, resultó que la humanidad ha adquirido en los últimos años las mutaciones nuevas, nunca antes vistas.

¿Está naciendo una nueva raza humana?

Los científicos estudiaron 202 genes en 14,002 personas.

El genoma humano contiene unos 3 mil millones de pares de bases, los científicos estudiaron a 864,000 de estos pares. Mientras que esto es sólo una pequeña parte del genoma, el tamaño de la muestra de 14,002 personas es uno de los mayores tamaños de secuenciación estudiados en los seres humanos.

Este proyecto liderado por John Novembre de la Universidad de California en los Ángeles y Vincent Mooser de la compañía farmacéutica GlaxoSmithKline con sede en el Reino Unido, reporta que más del 95% de las variantes encontradas por secuenciación de 202 genes en 14,002 personas eran raros, y que el 74% de las variantes eran acarreados por tan sólo una o dos personas en el estudio.

"Yo sabía que iba a haber una variación rara, ¡pero no tenía idea de que sería mucho más!", dijo el autor principal de la investigación, John Novembre, un profesor asistente de ecología y biología evolutiva y de la bioinformática en la UCLA.

En el estudio, 10,621 personas tenían una de 12 enfermedades, incluyendo la enfermedad de la arteria coronaria, la esclerosis múltiple, el trastorno bipolar, la esquizofrenia, la osteoartritis y la enfermedad de Alzheimer; 3,381 no tenían ninguna de las enfermedades.

"El tamaño de la muestra nos permite ver patrones con mayor claridad que nunca antes", dijo Novembre.

"Si las variantes raras son como las estrellas distantes, este tipo de tamaño de la muestra es como tener el telescopio Hubble, es lo que nos permite ver más que antes
.
Vemos un montón de variación rara, y estas variantes raras más a menudo realizando cambios en las proteínas. De este modo, este estudio tiene implicaciones importantes para la base genética de la enfermedad en los seres humanos. Es consistente con la idea de que muchas enfermedades pueden ser causadas en parte por las variantes raras".

"La investigación llevada a cabo hace cincuenta años, mostró que el gen mutante tenía sólo un hombre entre mil, y ahora lo tienen cinco personas", explicó John Novembre.

¿Qué está causando las mutaciones?

Anteriormente se pensaba que las anomalías genéticas eran causadas por la radiación, virus, transposones y productos químicos mutagénicos, pero ahora los científicos han identificado un nuevo factor que da como resultado mutaciones - superpoblación!

El crecimiento demográfico ayuda a explicar el gran número de variantes genéticas, dijeron los científicos.

Las mutaciones pueden causar cambios desconocidos en el cuerpo humano.

"El hecho de que veamos tantas variantes raras se debe en parte al hecho de que las poblaciones humanas han estado creciendo muy rápidamente", dijo Novembre.

"Debido a que la población humana ha crecido tanto, la posibilidad de que se produzcan mutaciones también ha crecido."

"Algunas de las variantes que estamos viendo son muy jóvenes, que datan del crecimiento de la población desde la invención de la agricultura y hasta la Revolución Industrial; este crecimiento ha creado muchas oportunidades para la mutación en el genoma, porque hay tantas transmisiones de los cromosomas de padres a hijos en grandes poblaciones".

Como resultado de la sobrepoblación, es mucho más probable que ocurran las variantes de genes raros.

Y los científicos no descartan que pronto pueden haber nuevos tipos de mutaciones que conducen a cambios desconocidos en el cuerpo humano.

¿Está naciendo una nueva raza de hombres-X?

Hay científicos que ven beneficios con las mutaciones. El profesor Darren Kessner de la Universidad de California, por ejemplo, ha sugerido que entre los terrestres pronto habrá un fantástico grupo de “hombres-X".

Estos seres no salen de los laboratorios secretos, como en las famosas películas más taquilleras, sino que nacen de forma natural.

¿Serán “ellos” y "nosotros"?

"Las nuevas mutaciones son la fuente de variación hereditaria, algunas de las cuales pueden conducir a la enfermedad y la disfunción, y otras de las cuales determinan la naturaleza y el ritmo del cambio evolutivo. Estos son tiempos emocionantes.

Por fin estamos obteniendo buenas estimaciones fiables de las características genéticas que se necesitan urgentemente para entender quiénes somos genéticamente", dijo Joseph Nadeau, de la Case Western Reserve University en los EE.UU.

Ambas mutaciones útiles y perjudiciales han existido siempre como un fenómeno completamente normal, pero si el número de mutaciones aumenta dramáticamente, uno no puede evitar preguntarse qué implicaciones que esto tendrá para el desarrollo de la raza humana...

Fuente: http://www.bibliotecapleyades.net/ciencia/ciencia_cambio17.htm

sábado, 23 de febrero de 2013

REGRESION A VIDAS PASADAS



La regresión a vidas pasadas se ha constituído en los últimos años en un apasionante estudio sobre lo que en definitiva es la reencarnación. En la década del 60, el sueco Thorwald Defletsen aborda este apasionante tema y consigna una docena de casos en los que las personas no solamente recordaban su vidas pasadas, sino que además, se curaban de males físicos que los afectaban en esta "encarnación". Un cojo dejo de cojear cuando, volviendo a una encarnación anterior suya en la época de las guerras napoleónicas, revivió el trance de una terrible herida que le afectó la pierna. Una mujer que poseía una enorme mancha roja en su cara, motivo de tormento durante toda su vida, recuperó la tersura de su rostro luego de "recordar" que había sido una bruja quemada en la hoguera, durante la Santa Inquisición.
El prólogo de la obra de Defletsen aclara que pocos o casi ninguno de los datos brindados por los pacientes, pudo ser corroborado. Esto se refiere tanto a sucesos históricos como a nombres de aldeas, reinos y monarcas brindados por las personas en trance hipnótico-regresivo. No obstante, el investigador sueco da fe del efecto terapéutico que el proceso de regresión a vidas pasadas, obró en sus pacientes.
Defletsen describe los pasos en que se compone una sesión de R.V.P. No consignaremos aquí los mismos en detalle, pero a modo ilustrativo, baste decir que se pone a la persona en trance hipnótico y se la va llevando gradualmente hacia atrás en su vida. Un día, un mes, un año, diez años y así hasta llegar a la más tierna infancia. Muchas personas llegan a adoptar en las últimas faces de esta regresión una posición fetal. A partir del momento, casi siempre traumático del parto, la persona sigue retrocediendo y llega al período intreuterino, generalmente descripto como placentero

La reencarnación, premisa básica
Ninguno de los conceptos que hacen a la R.V.P. tendría sentido sin el presupuesto básico de la aceptación de la reencarnación. ¿Y qué es la reencarnación? Volver a vivir otra vida luego de la muerte. Definamos entonces la muerte: Para el Dicc.Católico Ed.Barsa 1964 la muerte es "la separación del alma del cuerpo, lo que marca el término de tiempo que una persona tiene para ganar méritos. Después de muerto el hombre ya no puede ni pecar ni ganar para sí un lugar más alto en el cielo; del estado de su alma en el momento de la muerte depende la eterna salvación en el cielo o la condenación en el infierno".
Para la fé Católica, la reencarnación se contradice con la doctrina de la Redención mediante la cual la raza humana vuelve a obtener el beneplácito de Dios gracias al sufrimiento y muerte de su Hijo Jesucristo. A este concepto se opone, diametralmente, la Sagrada Ley del Karma y la Evolución, una de las afirmaciones fundamentales de la doctrina budista. A propósito, citemos a Buddha:"Cada individuo es exactamente lo que él se ha ganado el derecho de ser. Lo rodea aquella felicidad cuyos derechos ha adquirido en el pasado. Se enfrenta en la actualidad con las deudas contraídas en la anterior vida y que hoy le salen al encuentro. La infelicidad es el resultado del sufrimiento infligido a otros en la vida anterior y que antes de nacer aceptó ahora reparar. Si su cuerpo hoy es débil, es porque antes lo descuidó, si carece de amigos es porque en la anterior vida no los hizo. El hombre es el resultado de su pasado y será el fruto de su presente. Los dones y facultades actuales son el resultado de su sincero trabajo de ayer. Quien trabaja de esclavo puede volver hecho un príncipe, por amable respetabilidad y méritos ganados. Quien gobernó de rey puede volver vagando por el mundo, vestido de harapos, por cosas que hizo o dejó de hacer. Si quieres conocer el pasado, mira tu vida presente. Si quieres conocer el futuro, mira tu vida presente."

El concepto de reencarnación en el cristianismo

Desde las filas de quienes defienden el concepto de reencarnación, llegan argumentos orientados a probar la existencia del concepto del "volver a nacer" en los libros sagrados del cristianismo. Una de las citas bíblicas más utilizadas para este objetivo es aquella de Juan 3.7 "Por tanto no te extrañe que te haya dicho: Os es preciso nacer otra vez".
Se sostiene que muchos de los Padres de la Iglesia Cristiana aceptaban la enseñanza del llamado Cristianismo Esotérico que defendían la verdad sobre la Reencarnación.
"No puse por escrito todo lo que pienso pues hay un cristianismo esotérico que no es para toda la gente:" San Clemente de Alejandría (150-220).
"El Alma vive más de una vez en cuerpos humanos, pero no puede recordar sus experiencias anteriores." Diálogo con Trifo, Justino Mártir (100-165).
Considerado el Padre de la Ciencia de la Iglesia, Orígenes (185-254) sostenía:
"La preexistencia del alma es inmaterial y por tanto sin principio ni fin de su existencia. Las predicciones de los evangelios no pueden haberse hecho con la intención de una interpretación literal. Hay un progreso constante hacia la perfección. Todos los espíritus fueron creados sin culpa y todos han de regresar, por fin, a su perfección original. La educación de las almas continúa en mundos sucesivos. El alma frecuentemente encarna y experimenta la muerte. Los cuerpos son como vasos para el Alma, la cual gradualmente, vida tras vida debe ir llenándolos. Primero el vaso de barro, luego el de madera, después el de vidrio y por último los de plata y de oro."
Justiniano, emperador de Oriente declara la guerra en el siglo VI a los "origenistas" y convoca un sínodo en el 543 en el que se condenan las ensañanzas de Orígenes y Justiniano publica sus anatemas y maldiciones contra él. Unos años después, en el 553 ser realizó un nuevo Concilio en el cual ningún representante de Roma estuvo presente, ni siquiera el Papa Virgilio. Es en este evento, presidido por un monarca y no por un religioso, que el cristianismo condena la idea de la reencarnación.

Regresión hipnótica
Si hemos de hacer historia, el primer experimento de regresión hipnótica tiene lugar en 1890. Utilizando los conceptos del "magnetismo animal" de Mesmer (padre de la hipnosis), el Coronel Albert De rochas utiliza el hipnotismo logrando llevar a varias personas a "vidas pasadas". Otro antecedente más actual, lo hallamos en 1950 con las experiencias del Dr. Alexander Cannon, quien retomando los estudios de De Rochas, estudia casi 1.400 con sujetos voluntarios. En uno de sustrabajos publicados sostiene: "Durante años la teoría de la reencarnación resultó una pesadilla para mí e hice todo lo posible por desecharla y hasta discutí con mis sujetos en trance, diciendo que decían tonterías. Pero pasaban los años y todos los sujetos me contaban la misma historia, aunque tuvieran creencias diferentes. Ahora después de haber estudiado más de mil casos, debo admitir que existe algo llamado reencarnación."
Cannon inicia de esta manera lo que actualmente se conoce como Terapia de vidas pasadas, que ha tenido excelentes resultados en algunos pacientes donde la psicología y la psiquiatría tradicional habían fracasado. No obstante a la hora de encarar una terapia de este tipo es necesario tener mucho cuidado pues no todas las personas están preparadas para resistir ese trance.
Más recientemente el Dr. Joel Whitton propone en 1973 al comité médico de la Toronto Society for Psychical Research, dirigir un trabajo sobre el tema de la reencarnación en base a la regresión hipnótica a vidas pasadas. Este investigador comprobó que los exitos y fracasos de las vidas anteriores de los sujetos examinados, contribuían a la formación de su actual personalidad. Algo similar a lo ya descripto sobre la investigación de Thorwald Defletsen.
Whitton, extrajo como conclusión de sus trabajos que en todos los casos se cumplía el concepto del Karma o ley de causa y efecto que debe ser "pagado" en base a las acciones cometidas.
Sobre un caso en particular, el Dr. Whitton dice: "Los recuerdos obtenidos por hipnosis del sujeto se confirman en el experimento: su origen es un misterio. Los que creen en la reencarnación insistirán en que estos recuerdos son verdaderos y de vidas anteriores. Los que no creen dirán que se trata de fantasías. No creer no significa negar y creer no significa probar".
Con su libro Muchas vidas muchos sabios, el Dr. Brian Weiss, médico psiquiatra, Jefe del Departamento de Psiquiatría del Centro Médico Monte Sinaí de Miami, especializado en el estudio y tratamiento de la depresión, de los estados de ansiedad, los trastornos del sueño, el abuso de drogas, la enfermedad de Alzheimer y el estudio de la química cerebral, pretende realizar "una pequeña contribución a la investigación en marcha en el campo de la Parapsicología en lo que se refiere a nuestras experiencias antes del nacimiento y después de la muerte."
Cabe destacar que no fue fácil para este prestigioso científico publicar un libro tan controvertido. En tono de confesión sostiene "no estaba preparado para lo que le sucedió como médico psicoterapeuta."
En su libro, pasa de la descripción de casos en particular a una suerte de contacto que, a través de sus pacientes, Maestros de Sabiduría comenzaron a entregarle a modo de "iniciación".
Esto provocó en Weiss una profunda transformación a nivel trascendental, al punto de animarse a poner en riesgo su merecido prestigio al publicar su obra. "He comenzado a meditar, cosa que, hasta hace poco, creía factible sólo para hindúes y californianos. Mi vida ha cambiado drásticamente, me he vuelto más intuitivo con mis pacientes, me siento mas responsable de mis acciones. Ahora vivo entre dos mundos: el mundo fenoménico de los cinco sentidos, representado por el cuerpo y las necesidades físicas, y el mundo mayor de los planos suprafísicos representados por el alma y el espíritu. Se que los mundos están vinculados y todo es energía. Ya no me preocupa el efecto que pueda tener este libro en mi carrera..."





Principios fundamentales de la Terapia de Regresión
http://senderodelmago.blogspot.com.ar/2012/03/regresion-vidas-pasadas.html


miércoles, 13 de febrero de 2013

EL GRAN NEGOCIO DEL CÁNCER



El cáncer: tragedia para muchos, negocio para algunos

Medicina: Humanismo o Comercio parte ll.

El gran negocio del Cáncer.

Dr. Ángel Eduardo García M.
Dr. en Medicina.
Medicina Integrativa, Curación Cuántica y Transpersonal,
Restitución Energética,Orientación Organizacional.
Correo electrónico: angelcuantico@gmail.com*

“Fui una vez gran amante de la profesión médica. Ya no sostengo esa opinión. Los médicos nos han desquiciado. Considero el actual sistema como magia negra- Los hombres cuidan menos sus cuerpos y ha aumentado la inmoralidad, ignorando el alma. La profesión médica pone a los hombres a su merced y contribuye a disminuir la dignidad humana y el control de sí mismos. Yo me he esforzado por demostrar que no hay en la Medicina servicio real alguno para la humanidad y que es una injuria para la misma. Y creo que una multiplicidad de hospitales no es prueba de civilización sino más bien un síntoma de decadencia”.

Mahatma Gandhi.


Mahatma Gandhi

Estar frente a una persona que recién le han informado el resultado de un estudio en donde se le diagnostica una enfermedad potencialmente mortal como el Cáncer, es estar frente al miedo, la incertidumbre y, en muchos casos, la desesperanza. Algunos me han dicho que es una sensación como si fueran cayendo al vacio sin saber como, donde y cuando van a caer.

Pienso que en ninguna otra enfermedad se refleja tan bien el inmenso divorcio que mantiene la medicina convencional con la verdadera esencia del ser humano, como en el cáncer. Los tratamientos que ofrece la medicina oficial a los pacientes con cáncer son un callejón sin salida que responde más a intereses comerciales que al deseo de dar una verdadera respuesta para proporcionar alivio al paciente y a su familia. Es perfectamente demostrable que estos tratamientos no han dado ni más calidad de vida ni mayor supervivencia que otros tratamientos anteriores, como se le quiere hacer ver a los pacientes y a sus familiares, a los cuales no se les da otra opción que un tratamiento que, en la mayoría de los casos, les quita más vitalidad que la misma enfermedad y que, en buena parte terminan muriendo más por los efectos de estos tratamientos que por la enfermedad en sí.

No obstante, el enfermo acepta aplicárselos por la necesidad de aferrarse a lo que pueda salvarlo y ven a la medicina institucionalizada como lo más seguro en ese momento tan crítico, que además es magnificado por el sombrío pronostico de un especialista, que ha sido formado para tratar al ser humano como una máquina, por eso la mayoría de los oncólogos (afortunadamente, cada vez menos) saben mucho de tejidos, células y moléculas (y del precio de los medicamentos) pero muy poco de la estructura mental, emocional y espiritual del ser humano.

Quizás donde mayor se evidencia el gran descaro de la estructura comercial de la medicina convencional es en los tratamientos médicos oncológicos, los cuales han sido cuestionados por un significativo número de voces especializadas y de una importante estatura científica y que, sin embargo, han sido silenciados por el status quo, con la anuencia de los medios de comunicación y de los gobiernos complacientes. Una de estas voces es la del Doctor Ulrich Abel de la Clínica del Tumor de la Universidad de Heidelberg, quien dirigió la investigación más extensa que se ha realizado en estudios clínicos con quimioterapia. Reunió información publicada sobre quimioterapia de 350 centros médicos. Abel dedicó varios años a estudiar la mayoría de las publicaciones realizadas hasta ese momento, así como a evaluar la información de los 350 centros contactados. Los resultados de este estudio fueron publicados el 10 agosto de 1990 en la revista The Lancet, una de las más prestigiosas revistas científicas en el campo de la medicina convencional.



En esta publicación El doctor Abel habla de la quimioterapia como un “desierto científico”, según la investigación realizada por este especialista, ningún estudio demuestra pruebas científicas de que la quimioterapia pueda alargar de un modo apreciable la vida de los pacientes que sufren los canceres más comunes y que el porcentaje de éxito del que hablan los oncólogos es algo “vergonzoso”. Además afirma el doctor Abel que la quimioterapia “casi nunca mejora la calidad de vida”. Lo más impresionante es que este trabajo nunca más fue mencionado en ninguna publicación científica ni debatido en ningún congreso médico, fue lanzado al olvido con la complacencia de los medios de comunicación que viven de la publicidad de las trasnacionales de los quimioterápicos. El doctor Abel continuó sus investigaciones hasta el año 1995 año en que extrañamente abandonó la investigación.

Cuando se le preguntó al Dr. James Watson codescubridor del ADN y premio Nobel, que perteneció durante dos años al Comité Asesor Nacional de los Estados Unidos sobre Cáncer, cuál era su opinión sobre el Programa Nacional contra el Cáncer, contestó rápidamente: “Es una mierda”. 



Dr. Linus Pauling

Linus Pauling, cuyas investigaciones relacionadas con la estructura atómica de las proteínas le hicieron merecedor en 1954 del Premio Nobel de Química y también Premio Nobel de la Paz en 1962, por su campaña contra las pruebas nucleares terrestres, llegó a afirmar: “Todo el mundo debería saber que la mayoría de las investigaciones sobre el cáncer son en gran parte un fraude y que la mayoría de las organizaciones que investigan la enfermedad están en manos de las mismas personas que las apoyan”. John Bailer, quien trabajó durante 20 años al Instituto Estadounidense Nacional del Cáncer, asevera por su parte: “Mi evaluación final es que el Programa Nacional de Cáncer debe juzgarse como un error”.


John Bailer

Por su parte Alan C. Nixon, ex presidente de la American Chemical Society, escribió al respecto: “Como químico entrenado para interpretar datos me parece incomprensible que los médicos ignoren la clara evidencia de que la Quimioterapia hace mucho, pero mucho más daño que bien”.

Por falta de espacio en este artículo no hacemos mención de muchas otras autoridades científicas que han levantado su voz de protesta contra este adefesio médico llamado quimioterapia.

Reconozco que no es nada fácil escribir contra procedimientos médicos que están plenamente aceptados por las autoridades sanitarias, sin embargo, creo que estas autoridades pecan de buena fe y continúan siendo piezas, sin saberlo, del poderosísimo engranaje industrial-comercial de los medicamentos, cuya sobrevivencia depende de la no curación. Imagínense que harían los fabricantes de repuestos de cartuchos de impresoras si descubren un cartucho que no se desgasta y que además, la impresora no se daña, a no ser que se destruya a propósito, por supuesto que ese producto no se comercializaría jamás. Algo parecido sucede con la quimioterapia y la radioterapia. En este sentido existen autores que hablan del cartel farmacéutico-químico, así lo expresa Edward Griffin en su obra The Politics of Cancer “Es obvio pues que no ocultan conscientemente un posible control de la enfermedad. Lo que significa es que el monopolio médico del cartel (farmacéutico-químico) ha creado tal clima de influencias en nuestro sistema educativo que la verdad científica se sacrifica a menudo a los intereses creados”.

Los médicos tenemos la necesidad ética de ponernos a la altura de los requerimientos de nuestros pacientes, para lo cual debemos abandonar definitivamente el parcelamiento mecanicista al que nos ha conducido la cultura médico-industrial. Para poder ayudar a un paciente desesperado a vencer el miedo y la desesperanza debemos asumir una visión abierta de los fenómenos humanos y en especial de la enfermedad, liberarnos de la cárcel mental que nos impuso el determinismo biológico y el reduccionismo cartesiano y profundizado por la estructura de dominación económica. Adentrarnos en las infinitas posibilidades del potencial humano y apelar a los recursos autocurativos, que se fortalecen cuando vivimos de cara a la vida. En mi experiencia profesional he visto como personas que fueron presas del miedo cuando apareció una enfermedad que amenazaba la vida; Posteriormente entendieron que esta era el reflejo de su historia vital y que sus pensamientos eran importantes, de tal manera que decidieron cambiar sus patrones mentales y emocionales, se liberaron del miedo y optaron por la esperanza, buscaron tiempo para si mismos, comprometidos con un estilo de vida que les diera sentido a su existencia y, si bien es cierto que la mayoría siguió tratamientos convencionales, están convencidos que la diferencia que hizo la diferencia fue la transformación de la conciencia, que los llevo a sanar viejos conflictos y antiguas memorias que los arrastraban hacia el manejo de emociones dañinas, lo cual limitaba de manera considerable las capacidad de los sistemas profundos que preservan la existencia, a tal punto de que apareciera una enfermedad potencialmente mortal. Siendo que todos los seres humanos contamos con un sistema de defensa competente para impedir el desarrollo de tales enfermedades, pero que es exquisitamente sensible a los mensajes destructivos que portan los neurotransmisores liberados a partir de emociones y pensamiento reñidos con la armonía y la plenitud de la vida. 



Para sanar debemos cambiar la calidad de nuestros pensamientos

Pero al cambiar la calidad de los pensamientos y de las emociones cambian también, lógicamente, la calidad de estos mensajeros (neurotransmisores) y, por supuesto, el mecanismo celular que se activa ante la presencia de estos nuevos mensajeros es de preservación de la vida. Luego al convertir esto en un estilo de vida, el mensaje de la enfermedad pierde sentido y desaparece, puesto que desaparece la debilidad energética provocada por los pensamientos y las emociones destructivas.



El Dr. Andreas Morritz en su revelador libro “El cáncer no es una enfermedad sino un mecanismo de supervivencia”, dice algo con lo que estoy plenamente de acuerdo: “ Un cambio de actitud, de –tener que- atacar y matar a las células cancerosas a dejarlas en paz y eliminar los factores consumidores de energía vital, puede suponer un estímulo suficientemente fuerte para que el sistema inmunológico acabe con el síntoma (el tumor canceroso). Una vez eliminadas sus causas profundas, el cáncer es tan inofensivo como un simple refriado”.

El Radio-Oncólogo Carl Simonton uno de los pioneros en el enfoque holístico en el abordaje al paciente con cáncer dice un su libro “Sanar es un viaje”: He tratado a miles de personas, y mis pacientes tienen un índice de recuperación relativamente alto, incluso en los casos que suelen considerarse “terminales”. Sé que cada paciente tiene sus propias dificultades en la vida, pero también sé que afrontarlas es muy importante para recuperarse”. Y que: “La manera más eficaz de abordar el cáncer es aquella que implica los procesos físicos, mentales y espirituales que identifican sistemáticamente los problemas relacionados con la enfermedad y producen metódicamente los cambios que conducen a la salud”.

Por su parte el Neuro-Endocrinologo y afamado escritor, Deepack Chopra autor de importantes libros en la materia como: Curación cuántica, Vida sin condiciones y Sincro-Destino plantea que un cambio de percepción en torno a la enfermedad y al cuerpo, puede abrir la posibilidad de la curación. 



Deepak Chopra

El Doctor Bernie Siegel llama pacientes excepcionales a aquellos que se recuperan de una enfermedad terminal “cuando toman en sus manos su propia vida, incluso no siendo antes capaces de ello, y trabajan con decisión para lograr salud y paz en la mente”. Bernie Siegel es autor de libros de reconocimiento mundial como: “Amor Medicina Milagrosa” y “Paz, Amor y Autocuración”

Lamentablemente la medicina oficial sique sin entender la visión holística del paradigma emergente, el cual ve al ser humano en todas las dimensiones de sus diferentes ámbitos de existencia. Desde esta perspectiva se plantea que para recuperarse de una enfermedad que amenaza la vida en necesario implementar medidas curativas en todos los ámbitos (físico, menta, emocional y espiritual) de lo contrario el abordaje siempre será incompleto.

La medicina oficial continúa de espaldas a los verdaderos adelantos científicos. Así como el tribunal del santo oficio se negaba a reconocer que la tierra era redonda y se movía, ante las evidencias de Copérnico y Galileo y aunque este último fue obligado a desmentir sus descubrimientos ante el tribunal inquisitorio, so pena de perder la vida en la hoguera, la tierra se siguió moviendo y con ella la verdad, que a decir de José Martí, una vez despierta no vuelve a dormirse. 



Los médicos del futuro deben cambiar su visión del tratamiento del cáncer

* Doctor en Medicina

Presidente de la Fundación Creando Esperanza

angelcuantico@gmail.com

Fuente:CARMELO URSO

http://sanacion-estrellaanamaria.blogspot.com.ar/2011/03/el-gran-negocio-del-cancer.html

¿Qué enferma primero, el cuerpo o el alma?

Médico Cirujano....Pionero de la Medicina Bioenergética

                                    

¿Qué es la enfermedad?
Es un maestro, una oportunidad para organizar una armonía superior en nuestra propia vida, a nivel físico, emocional, mental y espiritual.

¿Qué enferma primero, el cuerpo o el alma?
El alma no puede enfermar, porque es lo que hay perfecto en ti, el alma evoluciona, aprende. En realidad, buena parte de las enfermedades son todo lo contrario: son la resistencia del cuerpo emocional y mental al alma.

Cuando nuestra personalidad se resiste al designio del alma es cuando enfermamos.

LA SALUD Y LAS EMOCIONES

¿Hay emociones perjudiciales para la salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican?

Un 70 por ciento de las enfermedades del ser humano vienen del campo de conciencia emocional.

Las enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no expresadas, reprimidas.

El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos.

Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico.

¿Nos hacemos los fuertes y descuidamos nuestra salud?

De héroes están llenos los cementerios. Te tienes que cuidar.

Tienes tus límites, no vayas más allá. Tienes que reconocer cuáles son tus límites y superarlos porque si no los reconoces, vas a destruir tu cuerpo.

¿Cómo nos afecta la ira?

La ira es santa, es sagrada, es una emoción positiva porque te lleva a la autoafirmación, a la búsqueda de tu territorio, a defender lo que es tuyo, lo que es justo.

Pero cuando la ira se vuelve irritabilidad, agresividad, resentimiento, odio, se vuelve contra ti, y afecta al hígado, la digestión, el sistema inmunológico…

¿La alegría por el contrario nos ayuda a estar sanos?
La alegría es la más bella de las emociones porque es la emoción de la inocencia, del corazón, y es la más sanadora de todas, porque no es contraria a ninguna otra.
Un poquito de tristeza con alegría escribe poemas.
La alegría con miedo nos lleva a contextualizar el miedo y a no darle tanta importancia.

¿La alegría suaviza el ánimo?
Sí, la alegría suaviza todas las otras emociones porque nos permite procesarlas desde la inocencia. La alegría pone al resto de las emociones en contacto con el corazón y les da un sentido ascendente. Las canaliza para que lleguen al mundo de la mente.

¿Y la tristeza?
La tristeza es un sentimiento que puede llevarte a la depresión cuando te envuelves en ella y no la expresas, pero también puede ayudarte.
La tristeza te lleva a contactar contigo mismo y a restaurar el control interno. Todas las emociones negativas tienen su propio aspecto positivo, las hacemos negativas cuando las reprimimos.

¿Es mejor aceptar esas emociones que consideramos negativas como parte de uno mismo?

Como parte para transformarlas, es decir, cuando se aceptan fluyen, y ya no se estancan, y se pueden transmutar. Tenemos que canalizarlas para que lleguen desde el corazón hasta la cabeza.

¡Qué difícil!
Sí, es muy difícil. Realmente las emociones básicas son el amor y el temor (que es ausencia de amor), así que todo lo que existe es amor, por exceso o defecto. Constructivo o destructivo. Porque también existe el amor que se aferra, el amor que sobreprotege, el amor tóxico, destructivo.

¿Cómo prevenir la enfermedad?

Somos creadores, así que yo creo que la mejor forma es creando salud. Y si creamos salud no tendremos ni que prevenir la enfermedad ni que atacarla, porque seremos salud.

¿Y si aparece la enfermedad?
Pues tendremos que aceptarla porque somos humanos. También enfermó Krishnamurti de un cáncer de páncreas y no era nadie que llevara una vida desordenada. Mucha gente muy valiosa espiritualmente ha enfermado.

Debemos explicarlo para aquellos que creen que enfermar es fracasar. El fracaso y el éxito son dos maestros, pero nada más.
Y cuando tú eres el aprendiz, tienes que aceptar e incorporar la lección de la enfermedad en tu vida.
Cada vez más personas sufren ansiedad…La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el estómago, una sensación de falta de aire…

Es un vacío existencial que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos, cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero como no se puede llenar con cosas, cada vez el vacío aumenta.

¿Y qué podemos hacer para liberarnos de esa angustia?
La angustia no se puede pasar comiendo chocolate, o con más calorías, o buscando un príncipe azul afuera. La angustia se pasa cuando entras en tu interior, te aceptas como eres y te reconcilias contigo mismo. La angustia viene de que no somos lo que queremos ser, pero tampoco lo que somos, entonces estamos en el “debería ser”, y no somos ni lo uno ni lo otro.

El estrés es otro de los males de nuestra época…El estrés viene de la competitividad, de que quiero ser perfecto, quiero ser mejor, de que quiero dar una nota que no es la mía, de que quiero imitar.

Y realmente sólo se puede competir cuando decides ser tu propia competencia, es decir, cuando quieres ser único, original, auténtico, no una fotocopia de nadie.

El estrés destructivo perjudica el sistema inmunológico.
Pero un buen estrés es una maravilla, porque te permite estar alerta y despierto en las crisis, y poder aprovecharlas como una oportunidad para emerger a un nuevo nivel de conciencia.

¿Qué nos recomendaría para sentirnos mejor con nosotros mismos?

La soledad. Estar con uno mismo cada día es maravilloso. Estar 20 minutos con uno mismo es el comienzo de la meditación; es tender un puente hacia la verdadera salud; es acceder al altar interior, al ser interior.
Mi recomendación es que la gente ponga su despertador 20 minutos antes para no robarle tiempo a sus ocupaciones.

Si dedicas, no el tiempo que te sobra, sino esos primeros minutos de la mañana, cuando estás fresco y descansado, a meditar, esa pausa te va a recargar, porque en la pausa habita el potencial del alma.

¿Qué es para usted la felicidad?
Es la esencia de la vida. Es el sentido mismo de la vida, encarnamos para ser felices, no para otra cosa. Pero la felicidad no es placer, es integridad.

Cuando todos los sentidos se consagran al ser, podemos ser felices. Somos felices cuando creemos en nosotros, cuando confiamos en nosotros, cuando nos encomendamos transpersonalmente a un nivel que trasciende el pequeño yo o el pequeño ego.

Somos felices cuando tenemos un sentido que va más allá de la vida cotidiana, cuando no aplazamos la vida, cuando no nos desplazamos a nosotros mismos, cuando estamos en paz y a salvo con la vida y con nuestra conciencia.

VIVIR EL PRESENTE
¿Es importante vivir en el presente? ¿Cómo lograrlo?
Dejamos ir el pasado y no hipotecamos la vida a las expectativas de futuro cuando nos volcamos en el ser y no en el tener.

Yo me digo que la felicidad tiene que ver con la realización, y ésta con la capacidad de habitar la realidad. Y vivir en realidad es salir del mundo de la confusión.

¿Tan confundidos estamos, en su opinión?
Tenemos tres ilusiones enormes que nos confunden:

Primero creemos que somos un cuerpo y no un alma, cuando el cuerpo es el instrumento de la vida y se acaba con la muerte.
Segundo, creemos que el sentido de la vida es el placer; pero a más placer no hay más felicidad, sino más dependencia. Placer y felicidad no es lo mismo. Hay que consagrar el placer a la vida y no la vida al placer.
La tercera ilusión es el poder; creemos tener el poder infinito de vivir.

¿Y qué necesitamos realmente para vivir?, ¿acaso el amor?

El amor, tan traído y tan llevado, y tan calumniado, es una fuerza renovadora. El amor es magnífico porque crea cohesión. En el amor todo está vivo, como un río que se renueva a sí mismo.
En el amor siempre uno puede renovarse, porque todo lo ordena.
En el amor no hay usurpación, no hay desplazamiento, no hay miedo, no hay resentimiento, porque cuando tú te ordenas porque vives el amor, cada cosa ocupa su lugar, y entonces se restaura la armonía.

Ahora, desde la perspectiva humana, lo asimilamos con la debilidad, pero el amor no es débil. Nos debilita cuando entendemos que alguien a quien amamos no nos ama…

Hay una gran confusión en nuestra cultura. Creemos que sufrimos por amor, que nuestras catástrofes son por amor… pero no es por amor, es por enamoramiento, que es una variedad del apego.

Eso que llamamos habitualmente amor es una droga. Igual que se depende de la cocaína, la marihuana o la morfina, también se depende del enamoramiento. Es una muleta para apoyarse, en vez de llevar a alguien en mi corazón para liberarlo y liberarme.

El verdadero amor tiene una esencia fundamental que es la libertad, y siempre conduce a la libertad.

Pero a veces nos sentimos atados a un amor… Si el amor conduce a la dependencia es eros. Eros es un fósforo, y cuando lo enciendes se te consume rápidamente, en dos minutos ya te quemas el dedo.

Hay muchos amores que son así, pura chispa. Aunque esa chispa puede servir para encender el leño del verdadero amor.
Cuando el leño está encendido produce el fuego, Ese es el amor impersonal, que produce luz y calor.

¿Puede darnos algún consejo para alcanzar el amor verdadero?
Solamente la verdad. Confía en la verdad; no tienes que ser como la princesa de los sueños del otro, no tienes que ser ni más ni menos de lo que eres.
Tienes un derecho sagrado, que es el derecho a equivocarte; tienes otro, que es el derecho a perdonar, porque el error es tu maestro.
Ámate, sincérate y considérate.. Si tú no te quieres, no vas a encontrar a nadie que te pueda querer. El amor produce amor. Si te amas, vas a encontrar el amor. Si no, vacío. Pero nunca busques una migaja; eso es indigno de ti.

La clave entonces es amarse a sí mismo…Y al prójimo como a ti mismo. Si no te amas a ti, no amas a Dios, ni a tu hijo, porque te estás apegando, estás condicionando al otro.

Acéptate como eres; lo que no aceptamos no lo podemos transformar, y la vida es una corriente de transformación permanente.
Entrevista Psicología Práctica"- nº 118
http://zensanmey.blogspot.com.ar/2013/01/medico-cirujanopionero-de-la-medicina.html

LAS PERSONAS QUE CURAN


Los Mensajes de los Sabios
CAPITULO 10
Brian Weiss



Tenemos que compartir con los demás lo que sabemos.  Todos poseemos muchas más aptitudes de las que utilizamos. Las relaciones nos sirven para desarrollamos. Hay seres con más poderes que han regresado con másconocimientos. Van a buscar a los que necesitan el desarrollo y a ayudarles.



  En este colegio de una sola aula que llamamos Tierra no todos aprendemos las lecciones al mismo tiempo. Por ejemplo, puede que ya hayamos superado la asignatura de compasión y caridad, pero que estemos en primero de paciencia y perdón. Podemos ser alumnos de posgrado en fe y esperanza, pero párvulos en no violencia.
  Del mismo modo, podemos llevar con nosotros aptitudes aprendidas en encarnaciones anteriores, aptitudes que dominamos, aunque seamos principiantes en otros campos. Entre nosotros hay muchos que han superado determinadas asignaturas y dominan ciertas aptitudes, y están aquí para compartir ese saber con nosotros, los alumnos. En otros campos, los papeles pueden intercambiarse. Así pues, todos somos maestros y alumnos, y ese conocimiento tenemos que compartirlo unos con otros.

Muchos médicos han elegido esa profesión para poder manifestar sus aptitudes curativas, para ayudar y enseñar a los demás. Y a la inversa: un buen médico siempre está abierto a aprender de sus pacientes. El enfermo puede enseñarle al médico amor, valor, paz interior u otra cualquiera de las lecciones que hemos venido a aprender. Tanto el paciente como el médico sacan provecho.



   Una tarde llegó a la consulta una paciente que tenía sesión, quejándose de que una inyección contra el tétanos le había causado una infección. Tenía el brazo hincado, caliente, dolorido y duro en la zona del pinchazo. Acababa de encontrarse en el pasillo del hospital con el especialista en medicina interna que la llevaba y que le había dicho que fuera a s consulta a la mañana siguiente para iniciar un tratamiento con un antibióticos.
   -Con esas cosas hay que tomar antibióticos -le había dicho- o se ponen peor.
   Decidí ayudarla con la hipnosis. Enseguida entró en un estado hipnótico profundo y le pedí que llevara una luz curativa a la zona del brazo afectada. Le dije que visualizara un aumento del flujo sanguíneo en la infección, que limpiase la zona, que se llevara las células dañadas y eliminara las bacterias que provocaban la infección. Se imaginó vívidamente células sanas nuevas y una ausencia total de enfermedad.
   Al terminar la sesión había desaparecido el dolor, y la zona infectada ya no estaba tan caliente. No me sorprendió, porque desde hace mucho tiempo la hipnosis se utiliza como técnica de disminución del dolor. Al irse a la cama, la zona inflamada sólo tenía la mitad de tamaño. A la mañana siguiente el brazo estaba completamente normal y no había indicios de infección.
   No obstante, fue a ver al médico.
   -¿Qué le ha pasado en el brazo? -exclamó éste-. ¡Esas cosas nunca se van solas!
   -Habrá sido una remisión espontánea –respondió ella, sin revelar su secreto.
   Sabía que el médico aceptaría esa explicación. Tenía muchos prejuicios contra la medicina alternativa o complementaria. Si le hubiera dicho que se había curado gracias a imágenes guiadas cuando se hallaba en estado hipnótico, se habría burlado de ella.

   Ninguna remisión de una enfermedad es realmente espontánea. Es posible que no seamos conscientes de los mecanismos subyacentes, pero se han puesto en funcionamiento potentes fuerzas curativas que «en secreto« se han encargado de acabar con los daños.



   Conozco al doctor Bernie Siegel desde mucho antes de que se hiciera famoso por escribir varios libros maravillosos sobre la conexión entre el cuerpo y la mente. Amor, medicina milagrosa y Paz, amor y autocuración son dos de sus grandes éxitos internacionales de ventas.
   A finales de los años sesenta, Bernie era cirujano auxiliar en el hospital de Yale-New Haven, con consulta privada en New Haven (Connecticut), cuando yo estudiaba medicina en Yale y estaba haciendo la rotación de cirugía. Decidí observar y ayudar a los cirujanos privados porque por lo general eran más rápidos y divertidos que los que sólo eran académicos, que solían ser más autoritarios, didácticos y rígidos. Bernie y su compañero de consulta, el doctor Richard Selzer, que también ha escrito varios libros de divulgación, eran especialmente divertidos. En su consulta todo el mundo se moría, pero de risa. Los cirujanos contaban chistes, recitaban poesías picantes, contaban historias y anécdotas: eran muy divertidos. Además, los dos eran excelentes cirujanos técnicos y aprendí mucho con ellos.

   Por aquel entonces ninguno de nosotros era consciente de que algunos pacientes, aunque estuvieran con anestesia general, oían también las conversaciones, los chistes y las bromas. Ahora ya lo sabemos. Hace poco hablé con Bernie después de que realizara un taller en Miami. Llegamos a la conclusión de que no había nada malo en contar chistes y hacer bromas en esos momentos. Lo peor que habría podido pasar es que algún paciente hubiera pensado: «¿Por qué se ríe, doctor Siegel? Préstele más atención a mi cuerpo. Esto es lo importante.»




  Para el paciente, es mejor oír contar chistes al cirujano que percatarse de que hace predicciones funestas y desastrosas sobre las posibilidades del enfermo, que especula sobre las minusvalías permanentes que puede producir la operación. Eso podría hacer que el paciente abandonara, en lugar de hacer frente a enormesobstáculos e impedimentos.



   Los médicos tienen una química que experimentar, una química que es más profunda que la de los análisis de sangre y los laboratorios.
   Muchos médicos están tan ocupados, estresados, ensimismados, asustados o ávidos de algo que no se permiten escuchar a sus pacientes: entablar una relación con ellos. Es algo trágico tanto para el médico como para el enfermo. El primero se niega a sí mismo la satisfacción de conocer al paciente personalmente y se pierde la oportunidad de aprender del encuentro terapéutico. Sin la auténtica gratificación que produce una relación individual, la práctica de la medicina se convierte en algo estéril y mecánico. El médico empieza a sentir que siempre tiene que hacerlo todo con prisas y que siempre se retrasa. Es habitual que se deprima o que se sienta quemado. El paciente también tiene la impresión de que le tratan con prisas, de que no se preocupan por él, de que se interesan sólo por su enfermedad o su órgano (o peor aún, por su dinero), más que por toda la persona o incluso por un amigo. La dignidad y la humanidad del paciente se resienten.
   Todos los médicos pueden conmoverse profundamente si dedican tiempo a escuchar a sus pacientes y a aprender de ellos. Muchos me han hablado de sus casos «menos habituales», de los que les han provocado reacciones en zonas que las facultades de medicina no enseñan todavía. Un eminente cirujano plástico de la zona Miami me contó un caso extraordinario. Aunque habían transcurrido varios meses, su rostro seguía reflejando su asombro.
   Había tratado a una mujer que había sufrido un grave accidente automovilístico. Tenía un traumatismo craneal masivo, fracturas faciales y otras heridas internas.
   Iban a operaria de urgencia, pero no esperaban que sobreviviera.
   Mientras el cirujano preparaba a la f milia para el desenlace que creía inevitable, la paciente abandonó sua cuerpo y quedó flotando encima de él. Aunque la reunión entre el médico y la familia tenía lugar en una parte del hospital alejada de la zona en la que el equipo médico trabajaba en sus heridas, los encontró y escuchó la conversación: veía con impotencia el dolor y la desesperación de su familia desde arriba, desde su cuerpo etéreo. -¡No estoy muerta! -gritaba.
   Frustrada al comprobar que no oían sus gritos, y furiosa al ver que le estaban diciendo a su familia que iba a morir, volvió flotando hasta su cuerpo físico. Gracias a los excelentes cuidados médicos y a sus enormesganas de sobrevivir, experimentó lo que el médico calificó de recuperación «milagrosa».
   -Nadie se recupera de heridas como las que tenía ella -insistía el cirujano.
   Más adelante, la mujer fue capaz de repetir la conversación que había mantenido el medico con su familia. No sólo había evitado la muerte física, sino que además había acelerado sensiblemente el proceso de curación. Sus huesos y tejidos se recuperaron a una velocidad muy superior a la normal.
   Una anciana, ciega por culpa de la diabetes, sufrió un fallo cardíaco mientras estaba en el hospital en el que yo dirigía el Departamento de Psiquiatría. Se quedó inconsciente y el equipo de resucitación intentó reanimarla. Según contó después, salió flotando de su cuerpo y se quedó junto a la ventana, observando, mientras los médicos le administraban medicamentos a través de tubos intravenosos insertados a toda prisa.
Los observó, sin dolor alguno, mientras le daban golpes en el pecho y le metían aire en los pulmones. Durante la resucitación, al médico se le cayó un bolígrafo del bolsillo que fue rodando hasta cerca de la misma ventana desde la que su espíritu extracorporal contemplaba la escena. Un poco después el médico se acercó a recoger el bolígrafo, se lo metió en el bolsillo y volvió con el grupo que intentaba salvarla frenéticamente. Lo consiguieron.
   Unos días después le contó al médico que había observado cómo trabajaba el equipo de resucitación durante su fallo cardíaco.
   -No -la tranquilizó él con delicadeza-. Seguramente sufrió una alucinación por anoxia [falta de oxígeno]. A veces sucede cuando deja de latir el corazón.
   -Pero si vi cómo su bolígrafo iba rodando hasta la ventana -contestó la anciana. Después describió el bolígrafo y otros detalles de la resucitación.
   El médico se quedó sorprendido: la paciente no sólo se hallaba en estado comatoso durante la resucitación si no que además llevaba muchos años ciega.
   Tenemos más formas de ver, además de los ojos. Uno de los médicos del hospital me llamó para que visitara a una de sus pacientes, que se había despertado gritando y muy excitada en la sala de recuperación tras una delicada operación quirúrgica. Le habían administrado anestesia general, por lo que había permanecido todo el rato inconsciente, mientras el anestesista controlaba su respiración. Durante la operación, los médicos habían tenido problemas con su presión sanguínea y su ritmo cardíaco.
   Mientras la operaban, había flotado por encima de los médicos que estaban trabajando en su cuerpo. Al ver que la presión sanguínea y el ritmo cardíaco eran anormales, se había asustado. Se percató de la preocupación que delataba la voz del anestesista y fue flotando hasta él para leer las anotaciones que había hecho en su ficha.

   Tras despertarse en la sala de recuperación, tremendamente asustada por esos problemas, fue capaz de decirme lo que habían escrito en su ficha durante la operación. Había estado dormida en todo momento, pero




aunque se hubiera despertado no habría tenido la oportunidad de ver su ficha; el anestesista escribía detrás de eIla, aproximadamente a un metro de su cabeza.
   Un médico de urgencias de un hospital cercano hizo más de media hora de cola un día que estaba firmando libros para contarme su historia.
   Una paciente suya había sufrido un proceso anafiláctico tras la picadura de una abeja. Se trata de una reacción alérgica que puede ser mortal y que provoca un descenso muy marcado de la presión sanguínea.
Aunque habían hecho todo lo indecible para salvarla desde el momento en que entró en urgencias, el médico estaba convencido de que la paciente estaba muriendo.
   Más tarde la mujer contó que había ido flotando junto a su cuerpo mientras la entraban en camilla en el hospital. Había oído (y después fue capaz de repetirlo) todo lo que se había dicho, las órdenes que se habían gritado, las maldiciones, las expectativas y los comentarios nerviosos del personal de urgencias. Había «visto» sus caras, su ropa y lo que hacía cada uno, aunque se hallaba en estada comatoso. Experimentó una recuperación milagrosa, y después e: médico corroboró la veracidad de sus observaciones y los hechos y conversaciones que recordaba, algunos de los cuales sucedieron en distintas salas.
   No logro encontrar una explicación convincente des le el punto de vista médico o psicológico a las números e historias como ésta, sobre pacientes que han pasado por experiencias cercanas a la muerte, que he oído de labios de personas dignas de crédito. Se trata de médicos muy cultos, lógicos y escépticos, formados con rigor en facultades de medicina. Todos me han contado que, sin duda alguna, sus pacientes, aun estando inconscientes, habían abandonado sus cuerpos y «escuchado» y «observado» hechos a distancia.
   Yo no creo que sucesos como ésos sean algo extraño. La mayoría de los pacientes se resiste a contárselo a sus médicos por miedo a que éstos crean que han sufrido alucinaciones o que son bichos raros o están locos.
¿Para qué arriesgarse?
   ¿Y para qué iban arriesgarse los médicos a contar esas experiencias? Muchos psiquiatras han tenido miedo de hablar en público de sus experiencias con regresiones. Me han llamado y escrito cientos de psiquiatras (y otros miles de psicólogos, asistentes sociales, hipnoterapeutas, médicos y otros terapeutas) para contarmeque conducen regresiones a vidas anteriores «en la intimidad de mi consulta», o «en secreto, sin contárselo a ninguno de mis colegas», desde hace cinco, diez o incluso veinte años. Son miles de casos, auténticas minas de detalles, datos y hechos de gran valor. Son historiales clínicos, muchos de los cuales pueden corroborarse.
¡Más pruebas! Las cartas refieren recuerdos de vidas pasadas, de pacientes que se acuerdan de nombres y detalles de sus existencias en otras ciudades, en otros países, en otros continentes. Algunos han encontrado sus nombres «antiguos» en los registros oficiales de lugares de los que no habían oído hablar jamás en esta vida. Algunos han encontrado sus propias tumbas.
   El riesgo de contarlo es potencialmente muy grande. Los médicos tienen miedo de tirar por la ventana su reputación, ganada a pulso, su consulta, la seguridad de sus familias, incluso sus relaciones sociales.


   

Comprendo esa inquietud. Yo tardé años en reunir el valor suficiente para publicar mis descubrimientos.
   Sin embargo, precisamente porque son creíbles, los médicos tienen la oportunidad de respaldar estas verdades si dan a conocer sus descubrimientos. Al hacerlo pueden ayudar a millones de personas y beneficiarse ellos mismos. Compartir las verdades sobre experiencias extracorporales y cercanas a la muerte, casos de curaciones extrañas o «milagrosas» o ejemplos de recuerdos y terapias de vidas pasadas es tan importante como compartir información sobre investigaciones médicas «tradicionales». Cuanto más sepamos, a más gente podremos ayudar. Además, al conocer esas verdades sobre sus pacientes y sus experiencias, los médicos se sentirán más contentos, más satisfechos y más realizados en sus vidas privadas y profesionales.
      ¡Yo lo sé muy bien! Me he encontrado en esa situación.
   La mayoría de las historias de los médicos son de experiencias cercanas a la muerte y extracorporales. Es menos probable que se encuentren con experiencias de vidas pasadas, pues suelen tratar a pacientes muy enfermos.
   En casos de experiencias extracorporales, cercanas a la muerte o de vidas anteriores, la curación que se da es parecida. Las pacientes suelen encontrarse con que sus vidas han cambiado para mejor. La curación física y emocional puede acelerarse sensiblemente.
   El elemento común a todas esas experiencias es la existencia de la conciencia fuera del cuerpo físico o del cerebro. Esa conciencia se expande al abandonar el cuerpo físico. Los colores y los sonidos son más vívidos.
El objetivo de nuestro viaje espiritual queda más claro. Se manifiesta nuestra naturaleza espiritual y en esos momentos comprendemos que somos seres inmortales de sabiduría, amor infinito y compasión.
Paradójicamente, durante esa separación aparente la conexión entre mente y cuerpo parece fortalecerse, o al menos da la impresión de que la controlamos un poco más. La curación se da cuando la mente, a través de su conciencia y su voluntad, envía energía a esas partes del cuerpo que necesitan reparaciones.

   Hace siglos que muchas culturas asiáticas, como la china, la japonesa o la coreana, reconocen las energías y corrientes curativas que fluyen por nuestros cuerpos. Han trabajado con esas energías e incluso estudiado las características del flujo de energía y de su intensidad. Los chinos llaman a esa energía chi o qi; los japoneses, ki. En esas culturas han surgido expertos en las conexiones mente-cuerpo, y he tenido la suerte de poder trabajar con algunos de ellos.



En dos ocasiones he tenido la oportunidad de provocar regresiones a médicos de la China continental. Los




dos eran, además, maestros del trabajo y la curación con energía.
  El primer médico fue objeto de un estudio en el Departamento de Física de la Universidad de Nueva York. La universidad me pidió que actuara de enlace, pues era médico y muy conocido en China, donde mis libros han sido éxitos de ventas.
  El médico chino no hablaba inglés, así que trabajamos con un intérprete. Tenía curiosidad por saber si mis técnicas se parecían a las del maestro con el que había estudiado de joven y me pidió que intentáramos una regresión. Entró en un estado hipnótico profundo y experimentó un interesante recuerdo de una vida anterior.

  Posteriormente anunció que nuestras técnicas eran en realidad muy parecidas, y me preguntó si yo había visto y experimentado sus escenas de otra vida, como si estuviéramos viendo la misma película juntos.



  -No -le respondí-. A veces tengo premoniciones sobre lo que va a pasar, pero no puedo ver realmente lo que pasa en la mente del paciente.



   -Es una pena -respondió a través del intérprete-. Mi maestro podía.
   En otra ocasión, una famosa médica china fue a verme a Miami y me mostró una potente curación Qi Gong.
A cambio solicitó una regresión a una vida anterior y accedí. Tampoco hablaba inglés, pero viajaba con un intérprete.
   Entró en un estado muy profundo. A los pocos minutos ya estaba recordando una escena de una vida anterior en San Francisco hacía más de cien años. Durante el recuerdo, se puso a hablar en inglés con soltura.
   El intérprete, todo un profesional, siguió trabajando como si tal cosa y empezó a traducir al chino. Le miré fijamente durante un instante y después le dije que no era necesario. La cara de sorpresa que puso daba idea de lo que acababa de deducir.

   Sabía que la doctora no sabía una palabra de inglés.



   El psicoanálisis y las psicoterapias de orientación psicoanalítica agonizan. Sus técnicas están anticuadas, son lentas y poco eficaces. Su lenguaje se ha quedado fosilizado. Ya no hay alma en el psicoanálisis, sólo estructuras áridas y monolíticas, sólo polvo. No puede llegar a suficiente gente, y en el caso de los pocos a los que llega, el enfoque gastado, exasperadamente lento, frío y distante de esas terapias no basta. En la terapia tradicional u neurosis sustituye a otra. Los buenos resultados se miden según el «funcionamiento» externo,na no según la paz y la alegría interiores. No se da transformación alguna del individuo o de la sociedad.
   El costo económico es evidente. La gente no puede permitirse las sesiones de cincuenta minutos entre cuatro y seis veces a la semana durante períodos que pueden ir de tres a quince años. La mayoría no puede permitirse ni ir una vez a la semana. Los seguros médicos tampoco son la solución en este caso, por sus limitaciones. Freud y sus discípulos hicieron importantes contribuciones para ayudarnos a comprender el funcionamiento de la mente, la existencia del inconsciente, la sexualidad infantil y el análisis de los sueños, pero el psicoanálisis no tiene raíces espirituales y no sirve para liberar la naturaleza espiritual de los seres humanos.
Puede que Freud no considerase sus teorías definitivas, pero para sus discípulos son dogmas de fe. Jung era un inconformista que se anticipó a su tiempo. Comprendía lo misterioso, lo espiritual, lo sobrenatural, pero le rodeaban personas ávidas de dogmas.
   Uno de los grandes errores del psicoanálisis y de la psicoterapia tradicional relacionada con él es el concepto de reparación del ego. El ego es el «yo», la función ejecutiva, la parte de nosotros que tiene que integrar y manejar la realidad del día a día. La mente es algo lógico, racional, que tiene que tomar decisiones, se sirve del pensamiento y de la memoria, prepara el futuro y se preocupa por él, y le da vueltas al pasado. Siempre estájuzgando, transmitiéndonos pensamientos, repasando los datos del pasado, diciéndonos cosas como «Pero imagínate que...» o «¿Y si...?». Por desgracia, la mayoría de los psicoterapeutas intenta constantemente reparar los egos lastimados. Para ellos, el ego queda dañado por unos padres críticos y que no funcionan
correctamente, por los traumas infantiles, por las limitaciones físicas ineludibles que tenemos de niños, etcétera. Esos terapeutas están siempre calmando, reparando o incluso hipertrofiando nuestro ego. Sin embargo, lo cierto es que tenemos que aprender a ir más allá del ego.
   ¡Pero seguro que nos desmoronamos! ¿Cómo podemos funcionar y sobrevivir sin que el ego, la mente diaria, lo controle todo? La respuesta es muy sencilla. Los terapeutas tradicionales se han quedado atascados en la ilusión de que el funcionamiento es el objetivo último, pero en realidad la paz y la alegría interiores son mucho más importantes. Si podemos ir reduciendo gradualmente esa preocupación por el funcionamiento y la adaptación a nuestra sociedad enferma, por adquirir cosas y preocuparnos por lo que pueden pensar los demás de nosotros, nuestra alegría interior empezará a crecer. La mente nos atrapa en el pasado y en el futuro. El ego, que se preocupa, analiza y piensa constantemente, nos impide estar de verdad en el presente, salir de la rutina asfixiante de los condicionamientos. ¿ Cómo podemos ver las cosas como existen de verdad en el presente cuando los condicionamientos y las concepciones del pasado, las ideas preconcebidas, asl ofuscaciones y los prejuicios se nos meten siempre de por medio? Tenemos que controlar ese ego para poder salvarnos, y salvar después nuestro mundo.

   El psicoanálisis es, en esencia, algo no espiritual. Es una disciplina estéril. No enseña nada sobre la inmortalidad, la supervivencia del alma tras la muerte física, los auténticos valores de la vida. No llega hasta las preguntas y los temas que de verdad importan. Cuando funciona, es porque el terapeuta conecta con el



paciente a un nivel de verdadero afecto, compasivo. Lo que cura es relación.
   La psiquiatría biológica tampoco llega hasta lo importante. Los nuevos medicamentos para el tratamiento de la depresión, de los cambios de humor y de los estados psicóticos son un medio para lograr un fin, pero no el fin en sí. Hay demasiados psiquiatras que recetan medicamentos y luego se cruzan de brazos. Eso supone una pérdida tremenda. Los medicamentos pueden ayudar a hacer accesible al paciente la terapia psicoespiritual que tiene que darse a continuación, pero prescindir de ella es pasar por alto toda la esencia del tratamiento.
   Además, la mayoría de los cientos de libros de autoayuda que hay publicados comporta problemas. Ojalá la terapia fuera tan sencilla, como ponerse una inyección, pero no lo es. Alcanzar un estado de dicha, satisfacción y alegría es difícil. Mantenerlo, una vez alcanzado, es aún más complicado.
   Quedarse fuera de la rutina asfixiante no es nada fácil. Buscar en el interior de uno, comprenderse de verdad, fomentar la objetividad y la perspectiva son tareas difíciles que requieren paciencia y mucha práctica. El viaje es arduo y largo, pero vale la pena de principio a fin. Para ser feliz de verdad hay que comprender la vida y la muerte y tener una naturaleza afectuosa, indulgente, espiritual. La introspección, la meditación, la práctica del amor, la bondad y la caridad son algunos de los pasos que hay que dar en ese camino. Perdonarse a uno mismo, perdonar a los demás, practicar la no violencia y hacer buenas acciones, trabajar para eliminar la rabia, el miedo la codicia, el egocentrismo y el falso orgullo son otros
   Muchos terapeutas se niegan a considerar la utilización de técnicas de regresión, sobre todo la regresión a vidas pasadas. Como han documentado repetidamente muchos médicos, suelen darse mejorías, remisiones y curas psicológicas y físicas con una rapidez espectacular. Da igual que se haga una sesión o diez, los resultados de la terapia de regresión son duraderos y cambian la vida del paciente. El crecimiento espiritual, la sabiduría y la paz interior suelen acompañar a la mejoría clínica.
   Creo que hay dos motivos principales por los que quienes mandan en la medicina y en la psicoterapéutica son reacios a evaluar, y mucho menos a aceptar, estos enfoques relativamente rápidos, económicos y seguros.
El primer motivo es el miedo. El segundo es económico.
   Todos sabemos que el miedo a lo desconocido cierra la mente de la gente, que no está dispuesta a correr riesgos razonables, a intentar algo nuevo. Los terapeutas que tienen miedo a aprender nuevas técnicas, a pesar de su mayor eficacia, economía y velocidad, les hacen un flaco favor a sus pacientes y también se lo hacen a sí mismos. Por culpa del miedo, su instinto de ayudar a los demás queda distorsionado. Cabe preguntarse por qué tienen miedo.
   Los motivos económicos se deben a la rapidez de los resultados y a la naturaleza duradera de las curas. Por muy espeluznante que resulte reducir la salud mental a un negocio, es cierto que si hay menos sesiones y un menor porcentaje de recaídas, los ingresos serán menores.
   La alegría y la felicidad que la práctica de la psicoterapia espiritual puede aportar a los terapeutas y a sus pacientes compensa con creces esas preocupaciones y esos miedos.
   Como ya he dicho, las técnicas curativas holísticas y complementarias están extendiéndose por el establishment médico, dando un nuevo estímulo al mundo de la sanidad. Las técnicas quiroprácticas, la hipnoterapia, la acupuntura, la medicina naturista, la bioenergética, la meditación, el yoga, el masaje y muchas otras modalidades curativas tienen un alcance cada vez mayor. Con el tiempo, una combinación equilibrada de modelos médicos tradicionales y de un enfoque complementario permitirá a los profesionales de la sanidadcurar a la persona como un todo, su cuerpo, su mente y su espíritu.
   Esta brisa estimulante no es un huracán que se lleva consigo lo viejo, simplemente. Hay que establecer una armonía entre las técnicas tradicionales y holísticas para formular un programa personalizado que se base en los síntomas y las necesidades de cada paciente.

  


 Si las personas que se dedican a curarnos, sea con la medicinal tradicional o no, están abiertas a las «otras» técnicas, si practican las artes curativas con compasión, habilidad y conciencia y, 10 que es más importante, si saben tratar el espíritu además del cuerpo, disfrutaremos realmente de una óptima salud 
FUENTE: http://www.elmistico.com.ar/descarga/brianweiss/El_Mensaje_de_los_Sabios/las_personas_que_curan10.htm#.URuf2pE3GSo
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