Es evidente que el doctor Matías Rath es digno discípulo de Linus Pauling, único científico que ha recibido dos premios Nobel no compartidos. Primero recibió el premio Nobel de Química y después el de
-Primero se permitió usted echar por tierra lo que "oficialmente" se afirma sobre los ataques al corazón y después descubrió la eficacia de los tratamientos naturales, especialmente el uso de dos aminoácidos -la lisina y la prolina- y la vitamina C contra el cáncer y otras enfermedades. ¿Cuál ha sido el impacto de sus investigaciones en la industria farmacéutica?-Comencé en la investigación convencional profundizando en las causas de las enfermedades cardiovasculares. En esa época aún se pensaba que un nivel alto de colesterol constituía la principal causa de las mismas. Bajo la influencia de los fabricantes de fármacos que disminuyen los niveles de colesterol se "enseñó" a los médicos que un alto nivel del mismo daña las paredes de los vasos arteriales y, junto a los depósitos de calcio y tejido fibroso, es la principal causa de la formación de los ateromas que llevan a obstruirlas provocando los infartos y derrames. Hoy sabemos que eso era sólo otro cuento más del marketing de la industria farmacéutica. Si el colesterol alto dañase las paredes de los vasos arteriales lo haría también en otros lugares de nuestro sistema circulatorio sanguíneo. El sistema se obstruiría en todas partes y no sólo en el corazón o en el cerebro. En otras palabras, también tendríamos infartos de la nariz, la oreja, las rodillas, los codos, los dedos y cualquier otro órgano del cuerpo. Y es evidente que ese no es el caso. Después descubrí que las enfermedades cardiovasculares son prácticamente desconocidas en el mundo animal mientras que entre los seres humanos es la principal causa de muerte. Fue un gran avance para la salud natural en todo el mundo. Los animales producen su propia vitamina C, necesaria para producir las moléculas de refuerzo de nuestro cuerpo y de su sistema circulatorio, llamadas colágeno. Cuanta más vitamina C, más colágeno, más estabilidad para las paredes de nuestros vasos sanguíneos, menos infartos. Los animales raramente tienen infartos porque producen cantidades suficientes de vitamina C en sus cuerpos.
Los seres humanos no podemos producir ni una sola molécula de esta vitamina y normalmente obtenemos muy pocas vitaminas de nuestra dieta con el consiguiente riesgo de que nuestro sistema circulatorio se debilite. Esta serie de descubrimientos fue tan convincente que no sólo explicaba porqué los animales no sufren infartos y las personas sí, sino también porqué sufrimos ataques al corazón y no de nariz. Posteriores investigaciones y estudios clínicos confirmarían más allá de toda duda tan impresionante hallazgo.
-Y fue cuando usted denunció lo que sucedía en su libro Por qué los animales no sufren infartos y las personas sí.
-Exacto. En él enumeraba, por primera vez, las "leyes de la industria farmacéutica". Unas leyes que identifican el negocio farmacéutico de la enfermedad como una industria de inversión y no como una industria para la salud. Desenmascaré el principio de patentabilidad con el que se rigen porque sustituía el objetivo de investigar para solucionar problemas de salud por el de investigar para ganar dinero. Y responsabilicé abiertamente a la industria farmacéutica de la muerte prematura de cientos de millones de personas de todo el mundo en las últimas décadas y de la ruina económica de naciones y personas a consecuencia del gigantesco gasto en medicamentos.
-Extraña que la industria farmacéutica no reaccionara contra usted...
-La única razón por la que la industria farmacéutica no tomó represalias contra mí es porque vinculé ese "negocio de la enfermedad" sin escrúpulos con los mayores crímenes cometidos contra la humanidad en el siglo XX: el asesinato masivo durante
El Tribunal de Guerra de Nüremberg (1946/47) declaró que
-Viviríamos entonces la culminación de un proceso que nace con la propia industria. ¿Son opuestos los términos negocio y salud, al menos tal y como han sido interpretados hasta ahora?-La industria farmacéutica no es una industria que haya crecido de forma natural. Fue creada artificialmente por inversionistas que, para poder ganar dinero con las enfermedades, tuvieron que bloquear los tratamientos médicos naturales y no patentables de forma que no estuvieran disponibles en ninguna parte del mundo.
Al comienzo del siglo XX el grupo Rockefeller ya controlaba la mayor parte del negocio petrolero de Estados Unidos y muchos otros países. Y con la ayuda de esos billones de dólares en ingresos ese grupo de inversión decidió convertir la salud en un nuevo mercado. Solo que el beneficio o rendimiento de esa inversión dependía de las patentes comerciales de los medicamentos farmacéuticos inventados. Así que los beneficios de la nueva industria se usaron sistemáticamente para convertir la medicina en un negocio manejado sólo por las farmacéuticas. Y en sólo unas décadas la medicina pasó a estar controlada por estos grupos de interés a través de la influencia que ejercían en las escuelas o facultades de Medicina, en los medios de comunicación y en el ruedo político. Obviamente, uno de los principales problemas a los que esa industria tenía que hacer frente era la competencia de los productos naturales para la salud. Ya entre 1920 y 1935 se descubrieron la mayor parte de las vitaminas y de los nutrientes esenciales que eran necesarios para el metabolismo básico de las células. Para el mundo científico estaba claro que, sin esas moléculas esenciales en su metabolismo, las células no funcionarían adecuadamente y serían el origen de las enfermedades. Los estrategas de la industria farmacéutica se percataron de ello y se embarcaron en una campaña mundial para impedir que esa información vital estuviera a disposición de todos. Aunque silenciar esa información fue sólo el primer paso. Con posterioridad adoptaron otras medidas estratégicas para fortalecer el fraudulento plan del negocio farmacéutico como desacreditar la información sobre terapias naturales y no patentables y, finalmente, tratar de prohibir cualquier declaración sobre prevención y terapias naturales. Todas esas medidas tenían únicamente un propósito: proteger a la industria farmacéutica basada en fármacos patentables -que solamente palian síntomas- de las terapias naturales y no patentables que son esenciales para el mantenimiento de la salud celular.
Sencillamente, una enfermedad prevenida o erradicada no permite obtener beneficios.
-Es decir, que a su juicio los propios médicos han estado siendo sometidos desde hace décadas a una especie de lavado de cerebro o de programación de "conocimientos" para que creyeran lo que a la industria le interesa.-Evidentemente. Es especialmente importante reflexionar acerca de la influencia de la industria farmacéutica en la profesión médica. A través de la creación de universidades de medicina privadas en Estados Unidos, incluidas las llamadas universidades "Ivy League" como Harvard, Yale,
Así que la simple decisión de que este conocimiento vital llegase a la profesión médica posibilitó deliberadamente la actual epidemia de enfermedades cardiovasculares, causa número uno de muerte en el mundo industrializado así como en las zonas más urbanizadas del mundo en vías de desarrollo. Apenas sabe nadie tampoco que el cuerpo humano no produce el aminoácido natural lisina, un bloque de proteínas esencial. Y resulta que esa molécula natural, la lisina, es uno de los factores más importantes a la hora de impedir la propagación del cáncer por el cuerpo. El cáncer es la segunda epidemia más numerosa en el mundo industrializado y los fármacos vendidos durante el último mes de vida de un paciente con cáncer conforman uno de los mercados más rentables del negocio farmacéutico de las enfermedades. Ahora, a comienzos del siglo XXI, la humanidad empieza a despertar de esta pesadilla. Sin embargo, dos de cada tres personas del mundo industrializado y del tercer mundo se habrían salvado probablemente de la muerte en las últimas décadas sólo con que se hubiera propagado la información sobre las moléculas necesarias para el buen funcionamiento celular que nuestro cuerpo no produce. Y la razón de que tantas personas hayan estado "dormidas" durante todo un siglo no es que sean poco inteligentes sino que se debe al hecho de que para que el fraudulento y engañoso negocio de las farmacéuticas funcione éstas se gastan miles de millones de dólares cada año en crear una fachada artificial que las muestre como "benefactoras de la humanidad". Y para alcanzar ese objetivo la industria farmacéutica se gasta en marketing el doble de lo que gasta en investigación. Donald Rumsfeld, actual Secretario de Defensa de Estados Unidos, ha sido consejero delegado de varias multinacionales farmacéuticas. Y recibió varios "premios" por sus "servicios" en esta industria antes de que lo designaran para su cargo actual en la administración Bush.
No hay duda de que Rumsfeld y todos los ejecutivos de la industria farmacéutica, incluido el grupo de inversión Rockefeller, conocen estos hechos. Y como podrá imaginar, tiemblan ante la idea de que la verdad sobre el negocio farmacéutico de las enfermedades se propague por todo el mundo como un reguero de pólvora. Si eso pasa la suerte estará echada. Serán considerados los responsables de la muerte de millones de personas a causa de enfermedades que se podrían haber prevenido si no hubiera sido por sus decisiones totalmente intencionadas. Ellos lo saben: o aplastan a la humanidad en una guerra de implicación mundial tipo Gran Hermano o un día la humanidad los aplastará a ellos. No hay punto medio. Ese es el trasfondo de la guerra de Irak. Por eso se enfrentan a todo el planeta.
-¿Y qué papel juega en todo este entramado de intereses
El propósito del llamado Codex Alimentarius (estándar alimentario) de esa comisión de
-Su campaña de denuncia de todo esto parece haberse acentuado a partir del verano del pasado año...-La publicación de mi Programa de 10 puntos, Salud para todos en el año 2020, que se presentó en
La comparación es válida ya que, después de todo, las víctimas en ambos casos son millones de personas. El resultado de esta batalla por el control de
-En los primeros días de este mes de noviembre se celebra en Alemania una importante reunión del Codex Alimentarius. ¿Cómo funciona la cuestión?-El Codex Alimentarius es una comisión conjunta integrada por personas de
En la actualidad esa comisión se reúne todos los años a puerta cerrada. Su objetivo principal no confesado es prohibir todo aquello que tenga que ver con las vitaminas, los minerales y otros nutrientes esenciales para la prevención de enfermedades. Luego intentarán, sin escrúpulos, que esas recomendaciones pasen a
-Que ustedes no están dispuestos a consentir...
-En los últimos años hemos organizado regularmente protestas contra ese plan, incluidas conferencias científicas, concentraciones y campañas de protesta dirigidas a los miembros de la comisión del Codex Alimentarius y a los gobiernos que aún la apoyan. Durante la última campaña se logró hacer llegar millones de cartas de protesta a los gobiernos y a los miembros de los parlamentos de los países que aún apoyan tan vergonzoso intento. La víspera de la reunión del Codex Alimentarius que tuvo lugar en noviembre del 2002 en Berlín tuvimos una conferencia de expertos en salud de todo el mundo, incluidos sudafricanos. Y fue precisamente en esa reunión cuando la delegación oficial de Sudáfrica desenmascaró por primera vez la hipocresía existente tras el Codex Alimentarius. Para comprender la importancia de este paso se deben entender los siguientes hechos: nadie en su sano juicio apoyaría una prohibición por las buenas. Por tanto, el cártel farmacéutico necesitaba proporcionar un pretexto a los políticos aún indecisos acerca del motivo por el que deberían ilegalizar las terapias naturales. Y como pretexto inventaron la existencia de efectos secundarios en las vitaminas, lo que es falso.
Tales efectos secundarios sólo existen en la imaginación de los grupos que sostienen los intereses farmacéuticos y en las mesas de diseño de su maquinaria mundial de relaciones públicas. Las vitaminas, los minerales y los aminoácidos son los bloques de construcción de la vida y el cuerpo puede eliminar cualquier excedente de ellos sin problema. Una situación diametralmente opuesta a los medicamentos farmacéuticos sintéticos. Precisamente porque los fármacos son sintéticos y no naturales, el cuerpo no los reconoce y esa es la razón por la que casi todos ellos causan graves efectos secundarios. Según la edición del 15 de abril de 1998 del Journal of the American Medical Association -publicación de
El cártel farmacéutico, es decir,
-En la reunión que va a celebrarse este mes las vitaminas y minerales vuelven a estar sobre la mesa junto a una propuesta sobre los requisitos que debe cumplir todo producto que afirme poseer "propiedades saludables".-Bajo el paraguas de Naciones Unidas, la comisión del Codex Alimentarius -que se reunirá en Bonn del 4 al 7- mantendrá una reunión decisiva a la luz de los acontecimientos de los últimos doce meses, máxime teniendo en cuenta que todas las decisiones que emanan de ella son directamente incorporadas por
Bien es verdad que también podría suponer una nueva oportunidad para los países en vías de desarrollo. El empujón histórico de Sudáfrica en la reunión de Berlín demandando abiertamente un acceso sin restricción para su población supuso mucho más que una controversia feroz dentro de la comisión. Activó un mecanismo de apoyo que puede muy bien derivar en la resistencia de todos los países en desarrollo a la prohibición de las terapias naturales porque son la llave para librar a sus economías de la carga del negocio farmacéutico "con la enfermedad".
-Sudáfrica se ha distinguido también desde el año 2000 por su batalla permanente contra la industria farmacéutica y sus carísimos fármacos contra el SIDA. La decisión recientemente adoptada sobre los genéricos supone de hecho una victoria pero siguen siendo medicamentos. ¿Hay alternativas naturales a esos fármacos?-Es un hecho científico que prácticamente todos los virus se pueden bloquear, total o parcialmente, con terapias naturales. El ascorbato (vitamina C) reduce la multiplicación (replicación) de los virus. Un estudio publicado en 1990 en la influyente revista norteamericana Proceedings of the National Academy of Science (Actas de
Como todos los virus se propagan destruyendo el tejido que los rodea -el colágeno- con la ayuda de enzimas (colagenasas), la neutralización de esas enzimas reduce o impide la propagación del virus. Bueno, pues se ha demostrado que los aminoácidos naturales lisina y prolina consiguen precisamente este efecto. Aún más, se ha documentado que la vitamina A y otros nutrientes esenciales mejoran el sistema inmunológico y de ese modo contribuyen a una prevención y tratamiento eficaz del SIDA.
-¿El programa de
Las consecuencias, a medida que más y más países se liberen del yugo del cártel farmacéutico, serán devastadoras para esa industria. Imagine lo que pasará cuando cada vez más países del mundo se percaten de que la epidemia de SIDA se puede contener mediante el suministro a los enfermos de suficiente vitamina C y otras terapias naturales no patentables en cantidades óptimas. Imagine la reacción de la gente cuando se dé cuenta de que la industria farmacéutica ha retenido deliberadamente información vital de esos ingredientes naturales para que no llegase a ellos. Por eso comenzamos a ser testigos de cómo se empieza a volver la espalda a las empresas farmacéuticas a escala mundial. Los gobiernos de Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Nigeria, Sudáfrica, Angola, Malawi y muchos otros gobiernos africanos así como
-¿No se ha arrepentido nunca de atacar a grupos con intereses tan poderosos como los representados en la industria farmacéutica?-He hecho frente a esos poderes desde que recogí la antorcha del dos veces ganador del premio Nobel, Linus Pauling. Desde el principio fui totalmente consciente de que sólo el descubrimiento de la conexión entre la vitamina C y las enfermedades del corazón incinera un multimillonario mercado farmacéutico para siempre. Así que retomar esta batalla para liberar a la humanidad del yugo de esa industria inmoral y engañosa fue una decisión voluntaria y meditada.
En todos estos años en los que me he enfrentado a la industria farmacéutica acusándola públicamente de cometer fraude y arriesgar la vida de millones de personas nunca se han atrevido a contraatacar abiertamente. Ni a cuestionar mis descubrimientos científicos. Sin embargo, algunos formadores de opinión médica y distintos medios de comunicación farma-dependientes sí han tratado de desacreditarme como persona. Pero eso forma parte del sino de cualquiera que se atreva a hacer frente a lo que no está bien. Espero que muchos jóvenes aprendan también a hacerlo en el futuro y tengan el coraje de enfrentarse a lo que reconozcan como incorrecto cuando llegue el momento. En cuanto a mi seguridad personal mucha gente me pregunta si no temo por mi vida. Hacen referencia a la última novela de John le Carré, El jardinero constante, en la que el modelo de negocio de la industria farmacéutica no respeta la vida. El propio John le Carré escribió en el epílogo de su libro que mientras trabajaba en su obra se dio cuenta de que "comparada con la realidad farmacéutica, su novela se lee como una postal de vacaciones". Si uno está en una posición privilegiada -como es mi caso- y sabe que puede influir positivamente en la vida de millones de personas y en las de generaciones futuras debe tomar la decisión correcta. Decir la verdad en alto y en todas partes se convierte además en la mejor protección frente a esos grupos.
Artículo sobre el Dr. Matthias Rath. http://www.dr-rath-foundation.org/
Fuente: http://www.librevacunacion.com.ar/articulos/artmultinacionalesfarmaceuticas.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario