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miércoles, 25 de abril de 2012

El arte ancestral de la geobiología



El arte ancestral de la geobiología estudia las relaciones del ser humano con el hábitat, y las implicaciones que tiene en su salud, conociéndose como la “medicina del hábitat”
QUÉ ES LA GEOBIOLOGÍA?
Geobiología. Introducción.
El arte ancestral de la geobiología estudia las relaciones del ser humano con el hábitat, y las implicaciones que tiene en su salud, conociéndose como la “medicina del hábitat”.
Existen múltiples evidencias de que nuestros antepasados eran maestros en el arte de la geobiología, y vivían en total armonía con su entorno.
No es por casualidad que los lugares más sagrados de la humanidad (monumentos megalíticos, pirámides, templos, catedrales, …) estén situados en zonas de fuerte actividad telúrica y alta concentración energética.
Uno de los pilares en los que se apoya el Feng Shui es la Geobiología, disciplina conocida en la antigua China con el nombre de Geomancia.
Hoy ignorada por la mayoría de los fengshuistas, han llegado hasta nuestros días edictos de la China antigua que prohibían edificar en las “venas del dragón” o en las “salidas de demonios” (zonas alteradas telúricamente).
Lo que en un primer momento nos suena a superstición, es hoy en día cuantificable con modernos y sofisticados aparatos.
La radiestesia también era conocida desde la antigüedad: Un bajorrelieve del segundo milenio antes de Cristo que retrata al emperador Yu sosteniendo unas varillas de zahorí. Sin embargo, el término radiestesia no fue acuñado hasta los años veinte por el abad francés Bouly.
La palabra radiestesia está formada por las palabras latinas “radius” (radiaciones) y “aisthesis” (sensación).
La palabra Geobiología se compone de 2 partes: geo-tierra y bio-vida. La geobiología reúne disciplinas tan diversas como la física, la química, la biología, la geología, la geofísica, la bioconstrucción, las energías renovables, el electromagnetismo, la arquitectura holística, la domótica, el paisajismo, la radiestesia, la Geometría Sagrada, las prospecciones de agua, metales, petróleo, etc.
Las zonas que registran radiaciones en cantidades nocivas para el ser humano se denominan zonas geopáticas, o zonas geopatógenas.
En numerosas ocasiones permanecer en zonas alteradas telúricamente muchas horas al día (cama, mesa de trabajo, etc.) es el origen de numerosas patologías, tanto físicas como psicológicas.
Como dice Mariano Bueno, el padre de la geobiología en España “se hereda la cama, no el cáncer”.
No es necesario esperar a que surja la enfermedad para comprobar los efectos que tienen las zonas geopatógenas en nuestro organismo. Basta con situar a una persona durante unos minutos en una zona alterada y comprobar que sus defensas han bajado.
Podemos utilizar técnicas como la kinesiología, aparatos como el Sonotest que mide el biocampo (radiación del cuerpo etérico de una persona) o el galvanómetro que mide la resistividad eléctrica de la piel (en ohmios). Verificaremos que los músculos pierden fuerza, el aura se contrae y la resistencia cutánea disminuye.
Con aparatos más sofisticados se puede comprobar que la exposición a lugares vibratoriamente bajos produce un cortocircuito en el sistema nervioso de la persona afectada.
La radiestesia, amén de prescindir de todo tipo de aparataje, llega aún más lejos. Con unas simples varillas, no sólo podemos medir puntualmente la contracción que se produce en el biocampo de una persona situada en una zona geopatógena, sino que también nos permite localizar en el cuerpo de una persona las geopatías provocadas por la exposición continua a un lugar nocivo, antes incluso de que aparezca alguna dolencia.
Es posible, por tanto, señalar la zona del cuerpo que atraviesa una corriente de agua o el punto que corresponde a un nudo Hartman. La persona lleva grabada dicha información, pudiéndose detectar en cualquier momento, no siendo necesario que la persona se encuentre en el lugar geopatógeno cuando se realiza la medición.
Otros métodos caseros para detectar geopatías:
- Colocar 2 trozos de tuberías de cobre, uno en una zona alterada y otro en una zona neutra. Comprobaremos que el situado en la zona alterada se oxida en poco tiempo.
- Colocar dos platitos con agua en la que se ha disuelto sal hasta saturación, uno en una zona alterada y otro en una zona neutra.
Cuando tras unos días el agua se evapore, la sal del platito colocado en la zona alterada formará en gruesos cristales de estructuras sin ninguna armonía. Sin embargo, el situado en zona neutra formará cristales más pequeños repartidos uniformemente y de estructura armónica.
Parámetros más relevantes de un Estudio Geobiológico:
Estudio Biométrico
Contaminación Electromagnética
Radiactividad
Corrientes de Agua Subterránea
Fallas y fracturas geológicas
Red telúrica Hartman
Red telúrica Curry
Red telúrica Peyré
Anomalías Magnéticas
Chimeneas Cosmotelúricas
Estudio Biométrico
El Biómetro frece una medida de la calidad energética/vibratoria del lugar. Se utilizan Unidades Bovis.
Los investigadores franceses Bovis y Simoneton fueron los que establecieron esta unidad de medida, que indica la vibración energética o longitud de onda que emite una persona, un objeto o un lugar. Las unidades Bovis se pueden equiparar al Angstrom, utilizado en física para medir las longitudes de onda.
La media de salud se sitúa en torno a 6.500 unidades Bovis. Por tanto, los lugares que irradien unas vibraciones inferiores nos debilitarán, y a la larga pueden ser la causa de numerosas patologías.
Al contrario, los lugares que irradian vibraciones superiores a las 7.000 unidades Bovis nos cargarán de energía y vitalidad. Normalmente, cuanto más alteraciones telúricas presenta una zona, más bajan las unidades Bovis y más negativamente afecta a nuestra salud..
Cada enfermedad y cada virus tiene una frecuencia vibratoria propia. Por ejemplo, el bacilo de Koch, responsable de la tuberculosis, vibra a 5.500 unidades Bovis, mientras que el cáncer lo hace a 4.000.
Una persona enferma no suele superar las 5.000 unidades Bovis, o 2.000-3.000 en casos de enfermedades graves. Una tasa de 1.000 uB, nos indica que la persona está a punto de fallecer.
Las personas que gozan de óptima salud irradian entre las 7.000 y 8.000 unidades Bovis.
Existen tres niveles vibracionales:
- Cuerpo Físico. De 0 a 10.000 unidades Bovis.
- Cuerpo Etéreo (aura). De 11.000 a 13.000 unidades Bovis.
- Nivel espiritual. De 13.000 a 18.000 unidades Bovis.
Contaminación Electromagnética
Hoy en día, debido a los progresos tecnológicos de nuestra sociedad, los campos eléctricos son 10.000 veces más potentes que los naturales. Nunca antes durante su evolución el hombre se había expuesto a tal cantidad de radiaciones, que no dejan de resultar nocivas, al ser incompatibles con la frecuencia vibratoria del organismo.
Las células de nuestro organismo ven su frecuencia alterada por efecto de las radiaciones exteriores debido al fenómeno que la ciencia denomina resonancia simpática (el fenómeno que se produce cuando se golpea un diapasón y otro situado cerca empieza a vibrar a la misma frecuencia, produciendo idéntico sonido).
La contaminación electromagnética procede de muy diversas fuentes: antenas de telefonía móvil, torres y líneas de alta tensión, transformadores, instalación eléctrica defectuosa en la vivienda (conducciones mal aisladas, sobresaturadas, tomas de tierra defectuosas, etc.), antenas, repetidores de TV, ordenadores, electrodomésticos, mantas eléctricas, etc.
Sus efectos se traducen generalmente en depresión, irritabilidad y desequilibrios emocionales, así como disfunciones del sistema inmunológico, lo que nos hace más vulnerables a las enfermedades. Aunque por lo general no nos afecte de forma inmediata, sus efectos biológicos son acumulativos, deteriorando paulatinamente la calidad de vida.
Aunque en niños, ancianos, embarazadas o personas enfermas los efectos perniciosos de la contaminación electromagnética pueden manifestarse a corto plazo.
La contaminación electromagnética es tan omnipresente en nuestra sociedad que incluso se ha acuñado ya el término “estrés electromagnético”, que agrupa patologías de muy diversa índole, que a simple vista parecen no relacionarse entre sí: insomnio, problemas de memoria, ansiedad, irritabilidad, hipertensión, dolores musculares, calambres, palpitaciones, vértigos, falta de apetito, piel seca, urticaria, picores, dolores de cabeza, visión borrosa, etc.
La electrocontaminación también puede ser la causa de problemas endocrinos. Los dos órganos más afectados por los campos electromagnéticos externos son el corazón y el cerebro, al funcionar ambos por impulsos eléctricos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que los campos electromagnéticos constituyen un factor cancerígeno del tipo 2B.
Cuando estamos en reposo somos más vulnerables a las radiaciones electromagnéticas (nuestro sistema inmunológico está desactivado), siendo de suma importancia medir las radiaciones electromagnéticas del dormitorio con objeto de reducirlas al mínimo durante la noche.
Otro de los efectos perniciosos de la contaminación electromagnética es que inhibe la producción de la hormona melatonina, denominada hormona de la oscuridad, dado que sólo se produce durante la noche mientras dormimos.
La melatonina es uno de los antioxidantes más poderosos que se conocen, y juega un papel fundamental en la prevención de numerosos cánceres.
Los estudios realizados concluyen que las personas invidentes, al tener niveles más elevados de melatonina, tienen un riesgo menor de contraer cáncer.
La melatonina es más efectiva en la eliminación de los radicales libres que la vitamina E o el ácido ascórbico (vitamina C) de los que tanto se oye hablar.
La disminución en la producción de melatonina puede producir a su vez el descenso de la serotonina, característico de la depresión.
Otra de las funciones de la melatonina es protegernos contra el envejecimiento.
.....
Los animales no han perdido, como nosotros, la conexión con su entorno. No es de extrañar que ningún animal muriera a consecuencia del pasado tsunami en Asia, pues presintieron el peligro y huyeron antes de que comenzara. Vivir en armonía con la naturaleza les permite elegir de forma natural los mejores sitios. Pero si confinamos los animales de granja en establos o cobertizos situados en zonas con geopatías pueden surgir enfermedades.
Sin embargo, algunos animales prefieren las zonas con geopatías, como el gato, las abejas (una colmena situada en un nudo Hartman produce más miel) y los insectos (algunas tribus africanas encuentran agua gracias a las hormigas, ya que sus sendas suelen seguir corrientes de agua subterránea).
A los gatos tampoco les afecta la radioactividad (gatos y cucarachas fueron los únicos supervivientes del accidente de Chernobyl).
Como consejo general, elegir los lugares preferidos por los perros y evitar los que frecuentan los gatos.
Es deseable sembrar o trasplantar plantas y árboles en zonas neutras respecto a la red geomagnética. Sin embargo, algunos árboles prefieren las zonas alteradas telúricamente, siendo por ello aconsejable testar radiestésicamente el lugar adecuado para cada especie.
Por otro lado, se ha observado repetidamente que los objetos inanimados también son afectados de algún modo por las emisiones telúricas.
Se pueden producir fallos inexplicables en aparatos electrónicos -ordenadores, fotocopiadoras, televisores, maquinaria, etc.- situados en zonas alteradas telúricamente, que vuelven a funcionar milagrosamente cuando se cambian de sitio.
Otro de los misterios sin resolver para los que la Geobiología ofrece una explicación son esos tramos de carretera en los que se producen numerosos accidentes, aunque el tramo no revista ninguna peligrosidad. Lo que sucede es que el conductor se distrae momentáneamente al entrar de forma repentina en una zona geopatógena.
El PÉNDULO HEBREO de sanación se puede utilizar para contrarrestar los efectos producidos por cualquier geopatía a la que se haya visto sometida el organismo.
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