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martes, 15 de mayo de 2012

FOBIAS


Agradeciendo el comentario en el libro de visitas de la Sra. Zuereti y además conciente de que el problema de los “miedos” o fobias es común y que generalmente muchas personas que las padecen no acuden a consultarse por ello, pues consideran que es algo penoso o “no tan grave”, aunque en verdad está muy claro que la vida de los fóbicos empeora a medida que su enfermedad se profundiza, ya que su área de movilidad y su independencia se ven restringidas, el paciente no puede controlar sus síntomas, lo cual le provoca peores consecuencias, espero que el tema que desarrollo en esta ocasión sea de su agrado y de utilidad.

Causas y síntomas.

Para poder entender el gran problema que son las fobias, primero hay que entender las causas de estas. Es importante mencionar que las fobias no son heredadas, sino que son aprendidas. Como humano, se tiene la capacidad de sentir miedo, mas sin embargo este miedo desarrolla una manera de como y que se aprende. Un miedo y una fobia no difieren en mucho, pero si hay una diferencia importante, y es que las fobias son irracionales. La fobia es un tipo de miedo que "…es desproporcionado con respecto al peligro de la situación, es involuntario y lleva a evitar la situación temida. El miedo siempre está acompañado de algo concreto, mientras que la fobia no se puede reconocer el objeto temido, es un miedo indefinido. Se puede decir que una fobia puede ser adquirida, y para que esto suceda se necesitan ciertos factores. Una fobia o miedo irracional, se puede adquirir por medio de la asociación de una experiencia temerosa con un objeto o situación en particular. También se puede adquirir por evitar constantemente el miedo irracional, para no enfrentarse con un objeto o situación temida.

Las causas que originan las fobias están asociadas a altos niveles de estrés los cuales están acompañados de cierta vulnerabilidad biológica. Hay individuos más resistentes a la angustia que otros. En estos casos también es determinante un umbral de ansiedad más bajo. Las fobias son muy frecuentes en personas con muchas responsabilidades, preocupadas por la productividad o que tienen obsesión con el éxito, aunado a presiones económicas, profesionales, familiares, de tiempo, etcétera.

Las diferencias que existen entre la angustia y el miedo, dejan claro que el miedo siempre se encuentra acompañado de algo concreto a lo que se le teme, mientras que en la angustia no se puede reconocer el objeto temido, es un miedo indefinido o los temores se encuentran relacionados con situaciones a las que la persona admite que está respondiendo irracionalmente.

Las fobias tienen motivaciones profundas más lejos que el objeto mismo de miedo. "En la mayoría de los casos, la fobia no es más que la punta del iceberg de algún problema que arrastra el individuo desde su infancia". También puede tratarse de aprendizajes erróneos que ha sufrido el individuo y que en un momento determinado se activan, sin embargo, cada caso tiene motivaciones diferentes.

Los pacientes fóbicos sienten como un sudor frío recorre su espalda, y en pocos minutos todo su cuerpo está empapado, las manos comienzan a temblarles y no hay forma de controlarlas. De repente un tic nervioso no cesa de molestarlos y sienten una punzada en el estómago. La mirada se nubla, el individuo tiene problemas para respirar, su ritmo cardíaco aumenta considerablemente; está fuera de control, se trata de los síntomas reales de angustia que experimenta una persona frente a un estímulo fóbico.

La vida de un paciente fóbico es muy difícil, ya que su comportamiento es desproporcionado y todos los pensamientos que se le atribuyen así como los que tiene no lo ayudan a confrontar su situación. El paciente fóbico siempre tiene miedo a que el medio no lo comprenda ya que este no experimenta el mismo estado emocional que él ante situaciones fobógenas. Así mismo la falta de armonía entre la razón y la emoción es fuente de dificultades.

Todo el comportamiento familiar, social, de relaciones interpersonales, al igual que el desempeño profesional se adaptará a la fobia padecida. Algunos pacientes llegan incluso a cambiar su modo de vida para adaptarse mejor a su fobia. Así, un paciente con fobia a conducir su automóvil, puede cambiarse de la casa que ocupaba con su familia o cambiar de empleo para evitar todo desplazamiento en automóvil.

Ante el temor de enfrentarse a la incomprensión de su problema por parte de su familia y de sus compañeros de trabajo o amigos, el paciente fóbico se puede ver obligado a esconder sus dificultades. En ocasiones, el paciente adopta una actitud falsa para ocultar su fobia (actitud incorrecta, agresiva), otros pacientes adoptan una actitud manipuladora a fin de incluir a quienes los rodean en su propio sistema fóbico.

Como los pacientes fóbicos se sienten anormales piensan que son culpables de ser diferentes y creen que causan un perjuicio a su medio. Para evitar burlas, regaños o conductas desagradables, el paciente fóbico se verá obligado a recurrir al mecanismo de defensa, racionalización que consiste en buscar pretextos o excusas para justificar la conducta de manera socialmente aceptable.

La característica del paciente fóbico consiste en la gran capacidad que tiene para prever todas las situaciones que pudiesen interferir con su fobia. Así el fóbico tendrá sus pertenencias organizadas a manera que aminoren sus temores.

Las situaciones que resultan triviales para una persona normal, para el fóbico pueden ser muy problemáticas y debido a esto el individuo jamás podrá aceptar de golpe una proposición sin estar seguro de que todos los elementos contra fóbicos estén reunidos.

El comportamiento fóbico es variable en un mismo paciente dependiendo de su estado de animo, pero esta variación tiende a perturbar más al paciente, ya que éste no comprende la razón por la cuál algunas veces puede soportar la situación y otras no, lo que causa una sensación de desequilibrio y pérdida de confianza en sí mismo. A causa de todo esto, el paciente sufrirá por sus fracasos al no poder afrontar ciertas situaciones y por su incapacidad de razonar con el medio, estos fracasos provocarán depresión y será más difícil encontrar la solución a su problema. Es necesario indicar que esta situación depresiva se encuentra en los agorafóbicos o en los fóbicos sociales y es mucho más rara en las fobias simples.

Cabe mencionar que los hombres tienen más dificultades con su fobia pues se sienten muy opacados con relación al ideal masculino, fuerte, viril, valeroso, que no teme a nada, etc., y las mujeres, aunque les afecte mucho su fobia, se sentirán protegidas por el estereotipo cultural según el cual ellas son más frágiles, necesitan estar protegidas y necesitan ayuda, etc.

En cuanto a la vida familiar, la familia del fóbico hará todo lo posible por evitarle las situaciones que puedan incomodarlo y en ocasiones toda esta gentileza puede hacerlo sumamente dependiente y no se atreverá a rechazar o pedir tal o cual favor o tal actitud. Además, debido a su fobia, el paciente evitará muchas situaciones de relaciones interpersonales y verá que su campo de acción será limitado.

Algunos de los síntomas que presentan los pacientes fóbicos consisten en ansiedad, fatiga, ataques de pánico, crisis encubiertas de ansiedad, insomnio, palidez, sudoración, taquicardia, ganas de evacuar, tartamudez, entre otros.

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CATEGORÍAS DE LAS FOBIAS

Las fobias se dividen en categorías según la causa de la reacción y de la evitación, las más frecuentes son:

Crisis de angustia:

Se caracteriza por la aparición súbita de síntomas de aprensión, el miedo pavoroso o terror acompañados habitualmente de sensación de muerte inminente. Durante estas crisis también aparecen síntomas como falta de aliento, palpitaciones, opresión o malestar torácico sensación de atragantamiento o asfixia y miedo a "volverse loco" o perder el control. Para diagnosticar a una persona de crisis de angustia se deben cumplir una serie de criterios.

Criterios para el diagnóstico de la crisis de angustia: La persona siente palpitaciones y sacudidas del corazón, se presenta sudoración, temblores, sensación de ahogo, sensación de atragantamiento, opresión o malestar torácico, náuseas o molestias abdominales, inestabilidad o desmayo, sensación de irrealidad, miedo a perder el control, miedo a morir, sensación de entumecimiento u hormigueo, y escalofríos o sofocaciones.

La aparición temporal y aislada de miedo o malestar intenso acompañada de 4 ó más de los anteriores síntomas que se inician bruscamente y alcanzan su máximo apogeo en los primeros 10 minutos, será diagnosticado como crisis de angustia.

Agorafobia:

Se caracteriza por la aparición de ansiedad o comportamiento de evitación en lugares o situaciones donde escapar resulte difícil o embarazoso o bien donde sea imposible encontrar ayuda en el caso en el que aparezca en ese momento una crisis de angustia o síntomas similares.

Criterios para el diagnóstico de agorafobia: Aparición de ansiedad al encontrarse en lugares o situaciones donde sea especialmente difícil escapar o en el caso de que aparezca una crisis de ansiedad inesperada que esté relacionada con una situación entre las que podemos destacar: estar solo fuera de casa, mezclarse con la gente o hacer colapsar por un puente, viajar en autobús, tren o coche. Estas situaciones se evitan, se resisten a costa de un malestar por temor a que aparezca una crisis de angustia o se hace indispensable la presencia de un conocido para soportar los síntomas. Esta ansiedad o comportamientos de evitación no pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental como fobia social (evitación limitada a situaciones sociales por miedo a ruborizarse), fobia específica (evitación limitada a situaciones aisladas como los ascensores).

Fobia específica:

Se caracteriza por la presencia de ansiedad muy marcada como respuesta a la presencia de situaciones u objetos concretos temidos por la persona que pueden dar lugar a comportamientos de huida.

Criterios para el diagnóstico de fobia específica: Temor acusado y persistente que es excesivo o irracional que aparece por la presencia o anticipación de un objeto o situación concreta (volar, precipicios, animales o sangre) La exposición al objeto o situación fóbica provoca casi siempre una respuesta inmediata de ansiedad que puede tomar la forma de crisis de angustia situacional relacionada con una situación determinada. La persona reconoce que este miedo es excesivo o irracional. La situación fóbica se evita o se soporta a costa de una gran ansiedad. Los comportamientos de evitación, anticipación ansiosa o malestar provocado por el objeto o situación temida interfieren acusadamente con la vida cotidiana de la persona. En los menores de 18 años la duración de estos síntomas debe haber sido de 6 meses como mínimo. La ansiedad, la crisis de angustia, los comportamientos de evitación fóbica asociados a objetos o situaciones concretas no pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental, como la fobia social (evitar comer en público) o agorafobia (evitar las salidas del hogar).

Fobia social:

Se caracteriza por la presencia de ansiedad clínicamente significativa como respuesta a ciertas situaciones o actuaciones en público del propio sujeto, lo que puede dar lugar a comportamientos de evitación.

Criterios para el diagnóstico de la fobia social: Temor acusado y persistente por situaciones sociales en público, en las que el sujeto percibe una posible evaluación por parte de los demás, o que esas personas no pertenezcan al ámbito familiar. El individuo teme actuar de un modo que sea humillante o embarazoso. La exposición a las situaciones sociales temidas provoca una respuesta de ansiedad que puede tomar la forma de una crisis de angustia situacional. El individuo reconoce que el temor es excesivo e irracional. Las situaciones sociales temidas se evitan o bien se experimentan con ansiedad.

Los comportamientos de evitación, la anticipación ansiosa, o el malestar que aparece en las situaciones sociales temidas, interfieren en la rutina normal del individuo En los menores de 18 años la duración de estos síntomas deben prolongarse como mínimo 6 meses El miedo o el comportamiento de evitación no se deben a los efectos fisiológicos de alguna sustancia (drogas o fármacos), por una enfermedad médica o por la presencia de otro trastorno mental. Si hay una enfermedad médica u otro trastorno mental, el temor descrito en el criterio 1, no se relaciona con estos procesos (el miedo no es debido a la tartamudez o a las conductas alimenticias anormales,anorexia o bulimia nerviosa).

Trastorno de ansiedad generalizada:

Se caracteriza por la presencia de ansiedad o preocupaciones excesivas y persistentes al menos durante 6 meses.

Criterios para el diagnóstico de ansiedad generalizada: Ansiedad y preocupaciones excesivas sobre una amplia gama de acontecimientos que se prolongan durante al menos 6 meses. Al individuo le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación. La ansiedad o preocupación se asocia a 3 ó más de los siguientes síntomas:

Inquietud o impaciencia

Fatiga con facilidad

Dificultad para concentrarse

Irritabilidad

Tensión muscular

Alteraciones del sueño

La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos provocan malestar médico o un deterioro importante en áreas importantes de la actividad del individuo (trabajo, familia, aficiones...) Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (fármaco, droga), o por una enfermedad médica, y no aparecen exclusivamente en un trastorno del estado de ánimo o un trastorno de carácter sicótico.

Fobias más comunes

Existen alrededor de 250 fobias reconocidas. Las más comunes son las siguientes:

Zoofobia: miedo a los animales.

Cinofobia: miedo a los perros.
Entomofobia: miedo a los insectos.
Gelofobia: miedo a los gatos.
Ofidiofobia: miedo a las serpientes.
Muridofobia: miedo a los ratones.

Acrofobia: miedo a lugares altos.
Agorafobia: miedo a lugares abiertos.
Aigmofobia: miedo a objetos puntiagudos.
Brontofobia: miedo a los truenos.
Claustrofobia: miedo a lugares encerrados.
Criptofobia: miedo a espacios pequeños.
Neofobia: miedo a lo nuevo.
Nictalofobia: miedo a la noche.
Tanatofobia: miedo a la muerte.

Nosofobia: miedo a las enfermedades.

Algofobia: miedo al dolor.
Bacteriofobia: miedo a los insectos.
Cardiopatofobia: miedo a los infartos.
Fobofobia: miedo a la angustia.
Hematofobia: miedo a la sangre.
Misofobia: miedo al contagio.
Traumatofobia: miedo a los accidentes.

TRATAMIENTO

Afortunadamente hoy en día se cuenta con muchos recursos eficaces y seguros para atender a las personas que padecen algún tipo de fobia, los cuales son muy variados según la persona y el tipo de fobia que esta tenga. Se dice que la mejor manera de superar nuestros miedos más profundos es enfrentarnos a ellos directamente, juntándolo con un medicamento efectivo y con un tratamiento psicológico, pueden ayudar a la gran mayoría de los fóbicos a superar exitosamente su condición. Las fobias suelen tener un curso crónico.

En cuanto al tratamiento, según los casos, (como en todas las neurosis), se puede encontrar distintos tipos que abarcan desde las técnicas conductivas, hasta los psicofármacos, pasando por las terapias de apoyo o interpretativas. Los tratamientos descritos sirven para las fobias específicas que no se deben a conflictos personales profundos. A veces el síntoma "fobia" traduce una perturbación psicológica más compleja, que debe ser detectada y tratada por un profesional. En este sentido hay buenas noticias, las fobias no son un mal incurable; con un tratamiento adecuado más de noventa y cinco por ciento de los casos evoluciona favorablemente.

Para su curación existen tratamientos psicológicos y 3 tipos de terapias:

La terapia farmacológica, que aunque no representa la solución definitiva, es una buena alternativa.

La terapia conductual o cognoscitiva conductual, que consiste en modificar los patrones de pensamiento y conducta; es decir, atacar el estímulo que provoca ansiedad y su correspondiente reacción. Normalmente la combinación de las dos anteriores casi siempre soluciona el problema

La terapia sicodinámica. En esta fase el individuo conoce el porqué y para qué de su miedo, "aquí revive el atavismo del pasado que está cercenando su presente".

Se cree que después de la terapia se afirma que el individuo experimenta un crecimiento interior que le abre nuevas oportunidades porque gana seguridad y autoestima, una vez libre de todos sus temores.

Es importante mencionar que dentro de estas opciones de tratamiento se encuentra otra opción más moderna con la que cuentan las personas que padecen algún tipo de fobia, esta es a través de métodos de realidad virtual.

Tratamientos psicológicos

Estos tipos de tratamientos ayudan a la gente a sentirse más relajada y confiada, entre ellos se encuentran:

Terapia de exposición. Esta técnica consiste en ayudar a la persona a relajarse cuando se encuentra en la situación que considera como amenazadora. Una de las terapias de exposición existentes es la conocida como "inundación". Al paciente se le enseña primero como relajarse en una situación amenazadora y a continuación se le sitúa en una situación que normalmente le preocuparía. Entonces se le ayuda a relajarse y a que espere a que su ansiedad desaparezca, lo cual ocurre al cabo de poco tiempo.

Terapia cognitiva-conductual.

La terapia cognitiva es un procedimiento activo, directivo, estructurado y de tiempo limitado, este se basa en la teoría de que los efectos y la conducta del individuo están determinados en gran medida por el modo en que procesa la información, esto es, lo que pensamos acerca del mundo, de los demás y de nosotros mismos, condiciona nuestro estado de ánimo y nuestra conducta. En la terapia cognitiva el paciente junto con el terapeuta, a través de las sesiones y de tareas, entrena para detectar sus pensamientos y reconocer su estilo propio de atribución de significados, esto para remplazar o modificar aquellos que no resultan útiles para una mejor calidad de vida.

Este tipo de terapia se complementa con la terapia conductual, donde a través de la realización de prácticas, ejercicios y exposiciones, la persona pone a prueba y ejercita nuevos estilos de pensamiento adquiridos por medio del trabajo terapéutico. La combinación de ambas terapias permite a la persona que sufre de algún tipo de trastorno conocer y cambiar su estilo de pensamiento, llevándolo de esta forma a tener un cambio en el comportamiento y lograr así una mejora significativa en la calidad de vida.

Tratamientos farmacológicos

Hasta ahora no existe un tratamiento basado en medicamentos para fobias específicas, pero en ocasiones ciertas medicinas podrían llegar a ser recetadas para ayudar a reducir los síntomas de ansiedad antes de que se presente una situación potencialmente fóbica.

Betabloqueantes: Aunque estos fármacos suelen usarse para tratar la hipertensión arterial, en dosis bajas controlan las repercusiones físicas de la ansiedad y pueden ser tomados inmediatamente antes de encontrarse con la fobia.

Antidepresivos: Existe un tipo particular de antidepresivos, los llamados "Inhibidores de la Mono Amino Oxidasa" (IMAO) que han demostrado que reducen o incluso hacen desaparecer la ansiedad y el pánico, aunque suele ser necesario que transcurran varias semanas antes de que el tratamiento funcione. Sin embargo, este tipo de fármacos presenta inconvenientes que pueden llegar a ser importantes. Los IMAOs tienden a bajar la presión arterial lo cual puede hacer que el que los toma se sienta débil. Además, algunos alimentos como algunos quesos, algunas cervezas y vinos tintos, productos de la levadura, chocolate, habas y escabeches pueden dar lugar a peligrosas reacciones hipertensivas, de forma que los pacientes que tomen este tipo de fármacos deben llevar a cabo estrictas dietas en las que no figuren estos alimentos.

Tranquilizantes: Este tipo de fármacos fueron usados en el pasado para el tratamiento de cualquier tipo de ansiedad. Hoy en día sabemos que son adictivos y que no ayudan a largo plazo y que por tanto no deberían ser empleados en el tratamiento de la fobia.

Realidad virtual

El principio es sencillo. Tradicionalmente, la manera en que los terapeutas se han enfrentado a estas aversiones consistía en hacer pasar al paciente por la experiencia temida y mantenerlo inmerso en la situación hasta que fuese capaz de controlar su ansiedad por si mismo. En la terapia de exposición virtual, cualquiera puede enfrentarse a sus temores sentado cómodamente en la consulta del psicólogo.

A través de un sistema de realidad virtual compuesto por un casco, unos auriculares y un sillón colocado sobre una plataforma móvil, el paciente puede "padecer" una simulación tridimensional por ordenador con sonido envolvente de la situación que le produce angustia o terror. La idea es que si son capaces de aprender a relajarse en el simulador, no tendrán problemas para enfrentarse posteriormente a la experiencia real.

Los estudios realizados hasta el momento indican que las terapias de exposición virtual son aproximadamente igual de efectivas que los procedimientos de tratamiento convencionales. Sin embargo, las ventajas de la Realidad Virtual frente a estos son evidentes. Conseguir, por ejemplo, que una persona con miedo a volar se acostumbre a la situación por medio de "experiencias reales" resulta lento, complejo y en el mejor de los casos, bastante caro. "En un avión real, no puedes pedirle al piloto que despegue y aterrice varias veces seguidas para que tu paciente se cure más rápidamente".

Otra de las ventajas de la simulación es que evita que el paciente tenga que enfrentarse a sus miedos en público y ante desconocidos, algo que, según los psicólogos, retrasa más su curación. Para que esta técnica funcione es necesario asegurarse de que la imagen virtual que se le presenta al paciente provoque el mismo miedo que la real, porque si no se hace de esta forma el tratamiento no tiene ningún sentido. Lo que sucede es que el "medidor de fobia" de la persona aumenta considerablemente más de lo normal.

Cualquier fobia que interfiera con la vida diaria y cree inhabilidad extrema debe ser tratada, con un tratamiento apropiado, la gran mayoría de pacientes que padecen de fobia pueden superar totalmente sus miedos y ser liberados de sus síntomas por años, o para toda la vida.
 Dr. Carlos Salcedo.
http://drcarlossalcedo.jimdo.com/

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