Esto prueba que la corteza terrestre es un conductor de energía eléctrica, lo cual a la vez quiere decir que se puede producir grandes cantidades de energía apuntando directo hacia la corteza, pues la energía se trasladaría hacia nosotros en ondas concéntricas.
Los imanes, las corrientes magnéticas y su bipolaridad impregnan el universo, tejen la red que conecta y es la entropía de todas las cosas.
Regulando un intercambio de polaridades magnéticas pueden provocarse interacciones de diversa intensidad o alcance , que al tener además un comportamiento helicoidal les permite pasar a través de cualquier cosa.
En uno de los libros escritos por Edward Leedskalnin, "Magnetic Current", se explica y demuestra claramente este comportamiento energético: “ la expresión corriente magnética o corriente eléctrica es una expresión equivocada.
Realmente no se trata de UNA corriente sinó de dos: los flujos concentrados en el Polo Norte ejecutándose contra sus equivalentes en el Polo Sur, helicoidalmente y a alta velocidad. El polo magnético Norte o el Sur no pueden funcionar solos, sinó corriendo uno contra el otro.”
Leedskalnin escribió sobre estos patrones de difracción 6 años antes de que Rosalind Franklin descubriera que la estructura del ADN estaba constituída por una doble hélice girando en direcciones opuestas y la llamara “la fuerza detrás de toda forma de vida en el universo” ( 17 años después Crick, Watson y Wilkins fabricarían el modelo de ADN utilizando el enunciado de Franklin ).
El ADN es el vehículo de transmisión energética y transformación de un organismo a otro, y su doble hélice es intercambiable dependiendo de la polaridad hacia la que están avanzando uno en relación al otro.
Nikola Tesla también había demostrado este concepto de alternancia y que los imanes de polaridad opuesta difractan por igual.
Pese a esta clarísima advertencia científica, que revelaba asimismo la verdadera estructura de la electricidad, nuestra ciencia actual prefirió dividir en lugar de unir.
Los polos son la fuerza cósmica, los pilares de la transformación permanente de la materia, de la naturaleza.
Esta es una profunda verdad sobre la estructura lógica y matemática del mundo físico.
Recién a partir de la comprensión de la mecánica cuántica, la ciencia ha comenzado a tratar todas las fuerzas de la naturaleza como manifestaciones de la estructura del espacio-tiempo, y sus curvaturas, lo cual - por fin - dá la bienvenida a una nueva física minada de extrañas ideas, del mismo modo que en 1915 la teoría de la relatividad de Einstein
Este sensacional cambio sometió a nuevo escrutinio a las demás fuerzas de la naturaleza, de la misma manera que ahora se está comenzando a reformularlas una vez más.
El físico polaco Theodor Kaluza fue un pionero, al lograr incluír el electromagnetismo con la gravedad, en un avance hacia una teoría unificada ( con la cual soñaba Einstein ) en la cual las fuerzas de la naturaleza se fundan en un esquema único y geométrico.
Kaluza demostró que el electromagnetismo es una forma de gravedad, pero de una dimensión invisible del espacio.
Es decir, demostró que en definitiva todo es relativo dependiendo de la escala y la capacidad de percepción que se utilice para medir, lo cual equivale a enunciar que toda observación depende del observador ( y aquí también se unificaron los postulados básicos de la relatividad y la cuántica ).
Kaluza fue más lejos y postuló que existe una dimensión adicional en el espacio: por lo tanto tendríamos cuatro dimensiones espaciales y cinco dimensiones en total.Y lo más importante: que ese universo pentadimensional se comporta exactamente como la suma de la gravedad más el campo electromagnético al ser contemplado desde la perspectiva de cuatro dimensiones ( aún cuando se trate de una coincidencia transitoria ).
En su teoría una onda electromagnética no es más que una ondulación en la quinta dimensión.El espacio de nuestras percepciones es tridimensional y nos hace preguntarnos dónde está su cuarta dimensión.
Evidentemente, dentro de la física manifiesta, aún teniendo en cuenta los efectos cuánticos, no existen órbitas estables ni en el micro ni en el macrocosmos en espacios de más de tres dimensiones, y sin órbitas estables, la química y la vida tal cual la conocemos sería imposible. De la misma manera, ninguna onda podrá propagarse en espacios con número par de dimensiones.
Pero esto es sólo CONTEXTUAL: es NUESTRA lectura, conforme a NUESTRAS percepciones y NUESTRO contexto.
Nosotros somos los observadores que definimos las propiedades, conforme a nuestra observación.
Estas propiedades no constituyen cualidades físicamente universales del objeto observado, sólo la lectura que NOSOTROS somos capaces de realizar.
PLANILANDIA
Si bien la superficie está inmersa en un espacio tridimensional, la criatura sólo puede percibir los acontecimientos que ocurren sobre la superficie.
Si atravesamos sobre la superficie una esfera tridimensional, el ser plano la percibirá como una forma bidimensional cambiante, y además lo vivirá como un fenómeno paranormal, al desconocer absolutamente qué lo origina ( probablemente , si reaccionara como humano, le otorgaría al fenómeno orígen divino, por resultarle desconocido e incomprensible ).
Como la superficie cortará una sección del objeto, éste a medida que avanza cambiará de forma y tamaño a medida que se hunda: primero será un punto, luego un círculo cada vez más grande que finalmente volverá a encogerse hasta transformarse en otro punto y desaparecer.
Razonando por analogía, podemos suponer que las cuatro dimensiones de nuestro espaciotiempo se hallan englobadas en un universo de cinco o más dimensiones cuya geometría no podemos imaginar pero que sin embargo posee una explicación completamente lógica en términos matemáticos.
Esta es, resumidamente, la actual teoría de un multiuniverso de once dimensiones.
Esto lleva a suponer que dichas siete dimensiones están “enrolladas” en un tamaño a nanoescala y ésa sería la razón por la cual no las percibimos.
Sólo hay una manera de enrollar una dimensión adicional, y es en un círculo, pero espacios multidimensionales pueden comprimirse de diversas maneras: una superficie bidimensional puede unirse por los extremos para formar o bien una esfera o bien una “donut”, con un agujero que la atraviesa, por lo cual, con siete dimensiones, el número de topologías posibles es enorme, así que la pregunta es: ¿qué forma eligiría la naturaleza?.
La respuesta apunta a la disposición geométrica más simple: una esfera, pero concebida desde una quinta dimensión, es decir, una heptaesfera ( que sería una figura exponencialmente simétrica e incluso aceptaría cierta distorsión o interferencia mediante su eventual achatamiento ).
Si las dimensiones tuvieran esa forma, cada punto del espacio bidimensional sería una diminuta hiperesfera de 7 dimensiones.
En la tumba del Señor Pakal ( el monarca que hace 12.000 años conducía una nave espacial descubierto en un templo en Palenque, México ), se lo encontró sosteniendo entre sus manos
Este símbolo era, a nuestro entender, lo que demostraba que la naturaleza no es más que geometría oculta en acción.Lo que nosotros llamamos torpemente “rituales religiosos” de los antigüos no era ni más ni menos que ciencia pura, que sin embargo pudo convertirse en una tosca metáfora conforme al grado de ignorancia del observador.
Otro verdadero pionero en estos conceptos fue el matemático W.K.Clifford que en ¡¡1870!! dijo en Cambridge que el espacio es como una colina en una superficie plana, cuya propiedad de ser curvada ( o distorsionada ) se transmite como una onda de una porción del espacio a la otra originando una curvatura en el espacio al cual llamamos movimiento de la materia, y QUE EN EL MUNDO FÍSICO NO HAY NADA EXCEPTO ESTA VARIACIÓN. ¡Casi la teoría de la relatividad de Albert!!.
Esto nos recuerda cientos de miles de metáforas arquetípicas y textos sagrados que nos lleva a la compulsión colectiva de creer que todo el universo es sólo una escultura de puro vacío autoorganizado.
Las partículas no son agujeros en el espacio, sino excitaciones de una geometría de once o más dimensiones, y éstas podrán ser explicadas en términos de fenómeno cuántico cuando se comprenda que el quanto, más que espaciotiempo, es el constituyente fundamental de la realidad, el manantial de toda existencia.
Entonces podremos cambiar la estructura del espacio y el tiempo, crear y transformar partículas a voluntad, manipular la dimensionalidad del espacio y dar orden a la materia.Habremos, simplemente, recordado nuestro futuro.
ELECTROMAGNETISMO
TIAHUANACO: HOGAR DE DIOSES PRIMIGENIOS
UN PASADO EXTRATERRESTRE
EL LENGUAJE DE LOS DIOSES
EL EXPERMINENTO PHILADELPHIA
muy bueno, da para pensar, lo que no entendí fue lo del rectangulo.
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