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jueves, 29 de marzo de 2012

LAS ENERGIAS TELURICAS




A lo largo y ancho de la geografía hay ciertos puntos, lugares concretos, en los que hay una fuerza especial, una magia latente que se ha mantenido viva e inalterable con el paso de los siglos. Y estos puntos fueron elegidos en la más remota antigüedad como lugares de culto, lugares sagrados, donde nuestros ancestros construyeron templos, monumentos funerarios, lugares de peregrinación, y los diferenciaron de los lugares utilizados en la vida cotidiana como morada o lugar de trabajo.

Nuestros antepasados vivían en contacto más íntimo con la naturaleza de lo que nosotros vivimos ahora por mucho que nos esforcemos. Estos lugares los hemos ido heredando de ellos, generación tras generación podemos comprobar que donde originariamente había un dolmen o alguna construcción megalítica, posteriormente se edificó algún otro tipo de templo o iglesia románica, visigótica… etc., y hasta la actualidad, ese mismo lugar se ha ido llenando de elementos de culto de diferentes épocas y culturas

Naturaleza, Magia y religión son tres elementos que siempre han ido de la mano. Antes de que el ser humano adorara dioses con formas antropomorfas o de animales, eligió plantas y árboles como elementos divinos y mágicos. Así en la antigua Roma se consideraban sagrados los bosques y los dioses eran representados por árboles, siendo duramente castigado todo aquel que los cortara o dañara de alguna manera., al igual que los Celtas, profundamente arraigados a la naturaleza. En general nuestros antepasados creían en una extraña fuerza oculta que formaba parte de la naturaleza y era capaz de ordenar sus vidas para bien o para mal. La Tierra se concibe como un organismo vivo, la madre Gea, y se cree que hay un entramado de corrientes de energía vital que recorren su interior, llamadas líneas Ley, como si fuera su sistema nervioso. Y de este modo, nuestros antepasados, organizaban su vida en sintonía con la naturaleza y sus fuerzas ocultas.

Se ha descubierto que uniendo los puntos geográficos en los que se encuentran antiguas iglesias y lugares de culto, dólmenes o menhires, se obtiene una línea recta, que incluso se puede reconocer en el estado de la vegetación. Algunas clases de árboles, como los abetos, no se encuentran en lugares bajo el influjo de las corrientes terrestres, al contrario de la ortiga, el avellano o el saúco que prefieren estos lugares.

Un árbol plantado en una zona inadecuada para él se desarrolla mal, el los cruces de radiaciones telúricas, que son los centros de mayor energía, el árbol desarrollaría tumores, crecería con el tronco retorcido, con malformaciones, y llegaría a morir. Sin embargo, como he dicho antes, hay ciertos tipos de plantas que prefieren estos lugares, al igual que algunos animales. Estos animales son los que en otros tiempos se consideraron mágicos, ligados a la brujería y a los rituales ocultos. El gato, por ejemplo, busca los lugares cargados de energía telúrica, así como el murciélago, la serpiente, las abejas o las termitas. Muy al contrario que los perros o los animales de granja, bien ligados al ser humano. Los pastores nómadas acostumbran a plantar su cama en el lugar elegido por su perro para descansar, ya que este lugar será el que le garantizará un perfecto descanso tras una jornada agotadora.
Via Seamp
Publicado por Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Dayana 

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