¿Qué es Eugenesia? 



La eugenesia es una  social que defiende la mejora de los rasgos hereditarios humanos mediante varias formas de intervención. Las metas perseguidas han variado entre la creación de personas más sanas e inteligentes, el ahorro de los recursos de la sociedad y el alivio del sufrimiento humano. Los  antiguamente propuestos para alcanzar estos objetivos se centraban en la  artificial, mientras los modernos se centran en el diagnóstico prenatal y la exploración fetal, la orientación genética, el control de natalidad, la fecundación in vitro y la ingeniería genética. Sus oponentes arguyen que la eugenesia es inmoral y está fundamentada en, o es en sí misma, una pseudociencia. Históricamente, la eugenesia ha sido usada como justificación para las discriminaciones coercitivas y las violaciones de los derechos humanos promovidas por el estado, como la esterilización forzosa de personas con defectos genéticos, el asesinato institucional y, en algunos casos, el genocidio de razas consideradas inferiores. 

 
Francis Galton


La selección artificial de seres humanos fue sugerida desde muy antiguo, al menos desde Platón, pero su versión moderna fue formulada por vez primera por Sir Francis Galton en 1865, recurriendo al reciente trabajo de su primo Charles Darwin. Desde sus inicios, la eugenesia (término derivado del griego ‘bien nacido’ o ‘buena reproducción’) fue apoyada por destacados pensadores, incluyendo a Alexander Graham Bell, George Bernard Shaw y Winston Churchill. La eugenesia fue una disciplina académica en muchos institutos y universidades. Su reputación científica se vino abajo en los años 1930, época en la que Ernst Rüdin empezó a incorporar la retórica eugenésica a las políticas raciales de la Alemania nazi. Durante el periodo de posguerra, gran parte tanto del público como de la comunidad científica asociaba la eugenesia con los abusos nazis, que incluyeron la «higiene racial» y la exterminación, si bien varios gobiernos regionales y nacionales mantuvieron programas eugenésicos hasta los años 1970. 

Eugenesia Nazi 

 
“La amenaza de los hombres inferiores. Los delincuentes masculinos tienen un promedio de 4,9 hijos, una pareja de delincuentes: 4,4 hijos ; padres de hijos mediocres en la escuela (3,5) ; la familia alemana: 2,2 hijos; una pareja de buena extracción , 1,9 hijos” e Otto Helmut, en Volk in Gefahr (Pueblo en peligro), Munich, 1937.


La eugenesia nazi consistió en una serie de políticas sociales que situaron a la mejora de la raza por medio de la eugenesia en el centro de sus preocupaciones. Estuvo dirigido a aquellos seres humanos que los nazis identificaron como una "vida indigna de ser vivida" (en alemán, Lebensunwertes Leben), incluyendo pero no limitado a los delincuentes, enfermos mentales, discapacitados físicos, disidentes políticos, pedófilos, homosexuales, haraganes, dementes, religiosos y débiles, para la eliminación de la cadena hereditaria. 

Puntos de vista de Hitler sobre la eugenesia 

 
Afiche de propaganda nazi: "60000 RM es lo que esta persona que sufre de defectos hereditarios cuesta a la Comunidad de Alemanes durante toda su vida. Conciudadano, ese es su dinero. Lea Neues Volk, la revista mensual de la Oficina de políticas raciales del NSDAP".


Adolf Hitler había leído algunos escritos sobre higiene racial durante su período de encarcelamiento en la prisión de Landsberg am Lech. El futuro líder consideró que Alemania sólo podía ser fuerte de nuevo, si el Estado aplicaba a la sociedad alemana los principios básicos de la higiene racial y la eugenesia. 

Los conceptos de las ideas racistas de competencia que fundamentaron el darwinismo social fueron discutidos por científicos europeos y también en la prensa vienesa durante la década de 1920, pero la forma exacta como Hitler recogió estas ideas es incierta. En 1876, Ernst Haeckel discutió la política de infanticidio selectivo de la ciudad griega de Esparta. En su Segundo Libro, que se mantuvo inédito durante la Alemania Nazi, Hitler también elogió Esparta porque la consideraba el primer "Estado Völkisch". Apoyó lo que percibió como un tratamiento eugenésico de los niños deformes: 



dijo:
"Esparta debe ser vista como el primer Estado Völkisch. La exposición de los enfermos, los débiles, los niños deformes, en definitiva, su destrucción, era más decente y en verdad mil veces más humana que la miserable locura de nuestro tiempo que preserva a los sujetos más patológicos y, de hecho, lo hace a cualquier precio; y, sin embargo, toma la vida de cientos de miles de niños sanos como consecuencia del control de la natalidad o por medio de abortos, para, posteriormente, engendrar una raza de degenerados cargados de enfermedades".


Eugenesia liberal 

 
«La eugenesia es la auto-dirección de la evolución humana»: Lema del Segundo Congreso Internacional de Eugenesia, 1921, representado como un árbol que unifica una diversidad de campos diferentes.


El término no implica necesariamente que sus defensores sean política o económicamente liberales en un sentido moderno. Más bien se usa para distinguir de los programas autoritarios de eugenesia llevados a cabo en la primera mitad del siglo XX basados en la pseudociencia, el racismo, el clasismo y los métodos coercitivos con el objetivo de erradicar o disminuir ciertos rasgos hereditarios. El aspecto más controvertido de estas formas negativas de eugenesia radicó en las leyes eugenésicas que permitieron a los gobiernos esterilizar a ciertos individuos considerados portadores de genes indeseables. Históricamente se ha distinguido entre eugenesia positiva (animando la reproducción de los considerados aptos genéticamente) y negativa (obstaculizando la de los no-aptos). A principios del siglo XX, se abogó por y se siguieron muchos programas que incluían la eugenesia positiva, mientras que los programas negativos impulsaron la esterilización forzada de cientos de miles de personas en varios estados al tiempo que estuvieron presentes en gran parte de la retórica nazi así como en sus programas de higiene racial y limpieza étnica. 

La eugenesia liberal se concibe como eminentemente positiva en el sentido de que se apoya principalmente sobre la modificación genética y no sobre los emparejamientos selectivos. Su objetivo es tanto minimizar las enfermedades congénitas como facilitar las mejoras genéticas. Se entiende que serán los padres los depositarios de tal control, optando por ejercer sus libertades reproductivas aunque es posible que la fuerte inversión necesaria por parte del estado o las empresas sanitarias pueda limitar o direccionar sus elecciones. En la actualidad se han desarrollado test genéticos tales como el diagnóstico genético preimplantacional que permiten descartar los embriones portadores de enfermedades congénitas. 



Un objetivo principal de la eugenesia liberal es reducir el papel del azar en la reproducción. El bioético Joseph Fletcher sentó las bases de la eugenesia liberal en 1974 cuando describió una alternativa a la "ruleta reproductiva". Sus postulados ganaron notoriedad cuando se desarrolló la fecundación in vitro en 1978. 

Desde comienzos de los años 1980, cuando el conocimiento sobre la genética avanzó significativamente, la historia y conceptos eugenésicos han sido ampliamente discutidos. Esfuerzos como el Proyecto Genoma Humano han logrado que la modificación efectiva de la especie humana vuelva a parecer posible (como hizo la teoría original de la evolución de Darwin en los años 1860, junto con el redescubrimiento de las leyes de Mendel a principios del siglo XX). La diferencia a principios del siglo XXI fue la actitud cautelosa hacia la eugenesia, que se había convertido en una consigna a temer más que abrazar. 



Sólo unos pocos investigadores científicos (como el controvertido psicólogo Richard Lynn) han pedido abiertamente la adopción de políticas eugenésicas usando tecnología moderna, pero representan una opinión minoritaria en los actuales círculos científicos y culturales. Un intento de implantación de una forma de eugenesia fue un «banco de esperma de genios» (1980-99) creado por Robert Klark Graham, del que fueron concebidos cerca de 230 niños (el donante más conocido fue el ganador del premio Nobel William Shockley). Sin embargo, en Estados Unidos y Europa estos intentos han sido frecuentemente criticados por tener el mismo espíritu racista y clasista que las iniciativas eugenésicas de los años 1930. En cualquier caso, los resultados han sido desiguales en el mejor de los casos. 
Debido a su relación con la esterilización forzosa y los ideales raciales del Partido Nazi, la palabra «eugenesia» rara vez es usada por los defensores de tales programas. 



Sólo unos pocos gobiernos tienen actualmente algo parecido a un programa eugenésico en el mundo. En 1994 China aprobó la Ley de Asistencia Sanitaria Maternal e Infantil, que incluía una exploración premarital obligatoria para «enfermedades genéticas de naturaleza grave» y «enfermedades mentales relevantes». A quienes diagnosticaban tales enfermedades se les obligaba a no casarse, a aceptar «medidas anticonceptivas a largo plazo» o a someterse a la esterilización. 

Críticas


Enfermedades frente a rasgos 



Mientras la ciencia de la genética ha provisto cada vez más medios para poder identificar y entender ciertas características y enfermedades, dada la complejidad de la genética humana, la cultura y la psicología, no hay en este momento medio alguno para determinar qué rasgos serían definitivamente deseables o indeseables. Las manipulaciones eugenésicas destinadas a reducir la propensión hacia la criminalidad y la violencia, por ejemplo, podrían resultar en que la población terminase siendo esclavizada por un agresor externo si pierde la capacidad de defenderse a sí misma. Por otra parte, las enfermedades genéticas como la hemocromatosis puede incrementar la vulnerabilidad ante algunas dolencias, provocar deformidades físicas y otras disfunciones. Las medidas eugenésicas contra muchas de estas enfermedades ya están siendo emprendidas en países de todo el mundo, mientras las medidas contra rasgos que afectan más sutilmente y se entienden peor, como la criminalidad, están relegadas al ámbito de la especulación y la ciencia ficción. Los efectos de las enfermedades son en esencia totalmente negativos y las sociedades de todas partes buscan reducir su incidencia por varios medios, algunos de los cuales son eugenésicos en todo salvo el nombre. Los otros rasgos que se discuten tienen efectos tanto positivos como negativos y generalmente no se controlan en la actualidad en ningún lugar. 

Pendiente resbaladiza 

 
Richard Lynn


Una crítica comúnmente avanzada a la eugenesia es que, como queda demostrado por su historia, inevitablemente lleva a medidas que resultan poco éticas (Lynn 2001). H. L. Kaye escribió que «la verdad obvia es que la eugenesia ha sido desacreditada por los crímenes de Hitler» (Kaye 1989). R. L. Hayman argumentó que «el movimiento eugenésico es anacrónico, siendo reveladas sus implicaciones políticas por el Holocausto» (Hayman 1990). 

Steven Pinker ha afirmado que es «una opinión ortodoxa entre los académicos de izquierda que los genes implican genocidio.» Ha respondido a esta «opinión ortodoxa» comparando la historia del marxismo, que tenía la posición opuesta a la del nazismo sobre los genes: 

dijo:
Pero el siglo XX sufrió dos ideología que llevaron a genocidios. La otra, el marxismo, no tenía uso para la raza, no creía en los genes y negaba que la naturaleza humana fuese un concepto significativo. Claramente, no es un énfasis en los genes o la evolución lo que es peligroso. Lo es el deseo de rehacer la humanidad mediante métodos coactivos (eugenesia o ingeniería social) y la creencia de que la humanidad avanza gracias a una lucha en la que los grupos superiores (raza o clases) triunfan sobre los inferiores. 
Steve Sailer


Richard Lynn argumenta que cualquier filosofía social es susceptible de uso ético incorrecto. Aunque los principios cristianos han ayudado a la abolición de la esclavitud y la institución de programas de bienestar social, Lynn advierte que la iglesia cristiana también ha quemado a muchos disidentes y ha hecho la guerra contra los infieles, asesinando los cruzados cristianos a gran número de mujeres y niños. También argumenta que la respuesta apropiada es condenar estas muertes, pero creer que el cristianismo «inevitablemente lleva a la exterminación de aquellos que no aceptan su doctrina» carece de justificación (Lynn 2001). 

Diversidad genética 



Las políticas eugenésicas también llevan a perder diversidad genética, en cuyo caso una mejora culturalmente aceptada del acervo genético puede, si bien no necesariamente, terminar en un desastre biológico debido a una mayor vulnerabilidad a las enfermedades, menor capacidad de adaptación a los cambios ambientales y otros factores tanto conocidos como desconocidos. Este tipo de argumento procedente del principio de precaución es a su vez ampliamente criticado. Un plan eugenésico a largo plazo es probable que lleve a su escenario parecido debido a que la eliminación de rasgos considerados indeseables reduciría la diversidad genética por definición. 

Por el contrario, algunos estudios parecen mostrar que las tendencias disgenésicas llevan a una menor diversidad genética, una tendencia que en teoría podría ser contrarrestada con un programa eugenésico. 

La posible eliminación del genotipo del autismo es un asunto político importante para el movimiento por los derechos de los autistas, que sostiene que el autismo es una forma de neurodiversidad. Muchos defensores de los derechos de los afectados por el síndrome de Down (trisomía del par 21) consideran esta enfermedad un tipo de neurodiversidad, a pesar de que los hombres afectados suelen ser estériles. 

Eugenesia en Latinoamérica 



En Latinoamérica, hasta la segunda década de nuestro siglo, se expresan las primeras acciones tendientes a desarrollar el eugenismo. En Brasil una de las figuras más relevantes fue Renato Kehl quien en 1917, dedica enormes esfuerzos para organizar la Sociedad Eugénica de Sao Paulo, fundada en 1918, que fue la primera sociedad eugenésica latinoamericana. En Argentina hasta 1932 surge la Asociación Argentina de Biotipología, Eugenesia y Medicina Social; allí la eugenesia estaba estrechamente vinculada con la medicina con fines de rehabilitación. En ese caso determinante la influencia del connotado positivista argentino José Ingenieros y su concepción de la terapéutica médica que debía aplicarse a los criminales, como producto de los problemas sociales con fines preventivos y curativos, quien ante la creciente inmigración, en 1911 señalaba: 

"[...] se impone evitar que otros grupos sociales nos endosen su población criminal;[...] cada estado debe preocuparse de sanear su ambiente mediante una defensa social bien organizada...". 

Otras instituciones latinoamericanas relevantes fueron el Instituto de Medicina Social de Perú, fundado en 1927 y la Sociedad Eugénica Mexicana para el Mejoramiento de la Raza, que surgió en septiembre de 1931. La enorme variabilidad racial en el caso de Latinoamérica, tanto por la composición étnica, como cultural, promovió que los eugenistas se preocuparan por mantener los esquemas europeos, orientar el desarrollo y dominancia de la raza blanca, que se consideraba portadora de los valores deseables. Se debía instrumentar, vía mestizaje, el aclaramiento racial, pero además considerar razas blancas adaptables al medio, para cruzarlas con mestizos y poder "blanquear la raza". Esta concepción dominó en las sociedades eugenésicas de Perú, Brasil y México. 

El Caso Peruano 



En el marco de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo del Cairo (1994) cobraron importancia los temas de la salud sexual y reproductiva para la reducción de la mortalidad materna e infantil, y con ello, se esperaba lograr el desarrollo social y bienestar de la mujer. El gobierno de Fujimori se comprometió a brindar gratuitamente los métodos anticonceptivos y los servicios de planificación familiar a los/as usuarios/as de salud. 

A partir del año 1996, se aprobó el Programa Nacional de Salud Reproductiva y Planificación familiar 1996-2000, el mismo que subrayaba la gratuidad de los servicios, el método de anticoncepción, incluyendo la cirugía de esterilización. Este programa si bien implicó una serie de esterilizaciones quirúrgicas en mujeres y la vasectomía en los varones, los testimonios y las denuncias recogidas por la dirigente campesina, Hilaria Supa Huamán demostraron que las víctimas fueron en la mayoría de los casos mujeres indígenas quechuahablantes. 

Desde entonces el Ministerio de Salud y el Instituto Peruano de Seguridad Social emprendieron una masiva campaña de planificación familiar animados con “festivales de salud” en la sierra, selva y zonas urbanas populares. Se realizaron actividades festivas, deportivas, campañas de ligaduras de trompas, campañas preventivas promocionales, spots radiales y esterilizaciones “al paso”, llegando a intervenir a 90 mujeres por día. 

Sobre las esterilizaciones forzadas en el Perú existen tres informes oficiales. El primero, el Informe Final de la Comisión Especial (2001) del que Hilaria Supa Huamán fue parte; los reportes de CLADEM: “Silencio y Complicidad. Violencia Contra las Mujeres en los Servicios Públicos de Salud en el Perú” (1998) y “Nada personal. El reporte de derechos humanos sobre la aplicación de la anticoncepción quirúrgica en el Perú” (1999). Estas investigaciones demostraron que la aplicación de las AQV no fue realmente voluntaria como estaba estipulado en la Ley General de Salud según la cual nadie podía ser sometido a tratamiento quirúrgico sin su consentimiento previo. Asimismo, consagraba el derecho de toda persona a elegir libremente el método anticonceptivo de su preferencia. Con el siguiente testimonio se prueba cómo se arremetió contra este principio del consentimiento informado de una mujer de la comunidad de Santiago de Pupuja, Anta, dado que no se le consultó -como la persona dueña de su cuerpo- sino a su cónyuge: 

dijo:
“Me operaron el 12 de noviembre de 1997 en la posta de salud de Limatambo cuando tenía 22 años en circunstancias cuando iba al chequeo de mi hijo menor. La obstetriz Elvira no sé su apellido, me convenció. En la asamblea comunal llegaron las enfermeras de la posta de salud de Limatambo informando sobre la ligadura. Hicieron firmar a varios hombres, dentro de ellos a mi esposo. Yo nunca firmé ninguna autorización… “


Prueba de ello es el de una mujer de Manta (Cusco) cuyo esposo, que no sabía leer, fue obligado a firmar el documento ignorando que el fin era la esterilización de su mujer: 

dijo:
“Me buscaron muchas veces para convencerme de operarme. A mi esposo le hicieron firmar un papel y le dijeron que me van a hacer curar, pero como era analfabeto, no sabía lo que decía el documento, además amenazaron a mi esposo que si no me presentaba en la posta, la policía lo llevaría preso a él. Mi esposo de miedo me obligó ir…”


Estos testimonios y denuncias demuestran la política de control de natalidad del gobierno de la década del noventa y la manera como pretendía privilegiar las esterilizaciones quirúrgicas sobre otros métodos de anticoncepción: 

dijo:
“Estaba dando a luz en mi casa, y mi esposo fue al centro de salud de Anta (Cusco) para que venga la enfermera a darme atención médica. Cuando la enfermera vino a mi casa me dijo que no me cuide con pastillas ni inyecciones porque eso hacía daño y me dijo que la ligadura era el mejor método y que debía operarme…”


El testimonio de una campesina analfabeta de Anta, Cusco, muestra cómo fue esterilizada a la fuerza con engaños y violencia: 

dijo:
“En mayo de 1997 fui visitada por una enfermera (no recuerdo el apellido) quien ya me había buscado varias veces. Mi esposo se niega a la enfermera a recibir a la enfermera pues ya había escuchado en la calle que cortaban mujeres para que no tuviera hijos. Sin embargo, 2 enfermeras me ubicaron y envuelta en una frazada y diciendo que me iban poner una inyección para la anemia, me llevaron a la posta. Cuando llegué a la posta, me dijeron que para evitar hijos con anemia, me iban a ligar pues así me iban a curar…Asustada quise escapar pero lograron meterme a la sala. Me acostaron en el piso atada por las manos. Pedí que no me cortaran pues tenía la T de cobre. Me contestaron que me la sacarían y que no pasaría nada. Y que además mi esposo había firmado y que la operación solo duraría un año…”




Entre 1996 y 2000 se realizaron más de 200.000 ligaduras de trompas y 16.000 vasectomías “bajo presiones, amenazas e incentivos con alimentos”, enmarcadas en un supuesto plan masivo de salud pública. El expresidente Alberto Fujimori y tres exministros de sanidad se enfrentan a una denuncia por genocidio.