Corre el año 1985. Diez mil millas al otro lado del globo, un visitante entra en un modesto patio que sirve de lugar de encuentro con uno de los más respetados líderes espirituales de la India, Shankaracharya de Kanchipuram. Abriéndose paso entre el grupo de concurrentes y seguidores, el visitante reverentemente saluda al anciano yogui, de 91 años de edad y silenciosamente le extiende una fotografía, a Shankara se le dibuja una sonrisa en su bondadoso rostro al mirar la descolorida foto. Es de Paul Brunton.
El oeste ha ido al este los centros Zen y los restaurantes vegetarianos están meditando están meditando, yoga, karma, gurú son palabras cotidianas. Tracemos los orígenes de este movimiento hacia el Este, y nombres como Watts y Suzuki vienen a nuestra mente.
REDESCUBRIENDO A PAUL BRUNTON (1898-1981)1(1)
Bárbara Platek y Steve Soiffer (USA)
Traducción: Marcela Assandri
El oeste ha ido al este los centros Zen y los restaurantes vegetarianos están meditando están meditando, yoga, karma, gurú son palabras cotidianas. Tracemos los orígenes de este movimiento hacia el Este, y nombres como Watts y Suzuki vienen a nuestra mente.
REDESCUBRIENDO A PAUL BRUNTON (1898-1981)1(1)
Bárbara Platek y Steve Soiffer (USA)
Traducción: Marcela Assandri
Desde 1930 los libros de Brunton sobre el pensamiento oriental y la cultura occidental han vendido más de dos millones de copias. Su primer libro, In Search of Secret India, es reconocido como el introductor de la filosofía del yoga en Occidente. Los teósofos americanos han aclamado a Brunton como uno de los pensadores occidentales más perceptivos y como uno de los estudiosos más profundos de la sabiduría ancestral. Sin embargo, él permanece extrañamente desconocido para una generación completa de buscadores espirituales occidentales. O tal vez no tan extraño. En 1959, con la publicación de su libro final en la cima de una carrera llena de ofrecimientos para fundar ashrams y establecer periódicos, Brunton desapareció. Una vez un periodista inclinado a viajar a extrañas tierras fue a reportar sobre la espiritualidad oriental, y él decidió viajar a tierras lejanas para reportar sobre la espiritualidad oriental, él decidió abandonar su rol mundano y en cambio recorrer aquellas regiones del corazón donde todas las tradiciones se convierten en una.
¿Qué descubrió durante estas dos décadas de viaje a su propio ser? Nadie puede decirlo con seguridad. Solamente podemos conjeturar la magnitud de los cambios que sufrió por las pistas en el legado que dejó –sus apuntes-, más de 10.000 páginas de lo que Brunton llamó una versión más "madura" de su trabajo anterior. Desde 1984, Publicaciones Larson ha publicado un set completo dieciséis volúmenes de The Notebooks of Paul Brunton, titulados Perspectives; The Quest; Practices for the Quest and Relax and Retreat; Meditation and the Body; Emotions and Ethics and The Intellect; The Ego and From Birth to Rebirth; Healing of the Arts in Culture; The Sensitives; The Orient; The Religious Urge and The Reverential Life; Relativity; Philosophy and Mind; Inspiration and the Overself; Advanced Contemplation ant The Peace Within You; Enlightened Mind, Divine Mind. (1)
Leer el "nuevo" Brunton es redescubrir un viejo amigo. Sabio y compasivo, él ofrece su consejo cándido sobre las dificultades y posibilidades de la práctica espiritual. Y así como el mundo cambió enormemente los últimos veinte años de su vida, así Brunton evolucionó y adaptó su acercamiento para un mejor encuentro con las necesidades de los buscadores de hoy. Aunque todavía buscando al Oriente para inspiración y guía, él no cree que los occidentales necesiten afeitarse sus cabezas o sentarse cruzado de piernas en un bosque para alcanzar la completud espiritual. En cambio, ofrece una guía de cómo los puntos de vista del este y oeste pueden ayudar a crear belleza, alegría y significado a nuestras vidas así como las vivimos, no como podrían haber sido vividas si hubiésemos nacido en otros tiempos. El reportero del espíritu Brunton comenzó su carrera tranquilamente como un periodista londinense en las primeras décadas del siglo. Aunque era un inquisitivo, talentoso periodista, su interés no estaba en política ni en eventos corrientes, pero en los antiguos acertijos, cuestionamientos que han desafiado los filósofos a través de los tiempos: ¿Cuál es el significado del mundo y de la experiencia? ¿Qué soy? ¿Cuál es el objeto de la existencia? Al contrario que sus contemporáneos de la era del jazz Brunton reconoció estas preguntas como más que simples abstracciones para musitar con una copa de cogñac y cigarrillos. Para él eran de vital importancia. Desde su juventud ellas atrajeron su atención, otros periodistas contemporáneos escribían sobre los debates en parlamento, o sobre el éxito y fracaso del colonialismo británico, él en sus días de vitalidad investigaba las inexploradas regiones del alma. Sus habilidades profesionales impregnaron su tarea, y deliberadamente buscó aquellos individuos, filósofos, científicos, místicos, que pudiesen tener las respuestas a sus preguntas. No era inusual encontrarlo entusiastamente hojeando una copia de Emerson, o deslizándose en una reunión de la Sociedad Teosófica Londinense.
Pero su búsqueda no fue una moda pasajera. Una fuerza interior lo llevó irresistiblemente a investigar más allá de la superficie de la vida. Con su característica profundidad, decidió seguir cada hilo disponible. Examinó de todas maneras los recónditos textos Platonismo, Taoísmo, Vedanta, e investigó las en aquellos tiempos tendencias de moda como parasicología, ocultismo y pensamiento positivo.
Muchos de los trabajos hoy accesibles, entonces no habían sido traducidos. Para las personas nacidas en los últimos veinte años, es difícil darse cuán esotéricos estos estudios alguna vez fueron. La investigación de Brunton fue excepcional, un conocido suyo observó que en sus archivos no faltaba la dirección de ninguna organización ni persona que estuviese al menos remotamente conectada con los temas espirituales.
Brunton realmente trató con muchas personalidades, autoridades reconocidas como D.T.Suzuki, C.G. Jung y Annie Besant, pero él repetidamente rehusó aliarse con cualquiera de los caminos que exploraba. Condujo su búsqueda con una mente tan agudamente analítica como abiertamente receptiva. Si por un lado estaba renuente para renunciar a su independencia y privacidad al unirse a grupos o cultos, él estaba preparado para reconocer el impulso genuinamente espiritual en donde fuese que lo encontrase: en otros individuos, en la belleza de la naturaleza, o en la silenciosa profundidad de sus propias meditaciones.
BUSCANDO EN LA INDIA
Mientras realizaba su trabajo durante los últimos años de la década del veinte y los comienzos de los treinta, una sola imagen se le venía a la mente repetidas veces. La India, en ese entonces considerada por muchos la tierra de los encantadores de serpientes de ojos dormidos y los caminantes de túnicas amarillas, tiraba de sus pensamientos. Tenía una gran reverencia por el rico tesoro filosófico de la India, y era por las orillas del Ganges que esperaba descubrir una tradición espiritual viva. Llegar al Ganges o a cualquier otra parte de India no era tarea sencilla en esos días (Uno no tomaba simplemente un vuelo, y reservaba una habitación en el Calcutta Hilton. Viajar a la India requería mucho tiempo y más dinero del que un periodista independiente podía reunir). Por muchos años su sueño permaneció sin realizar. Fue a través de una conversación por casualidad con un con un erudito Brahmin que convenció a Brunton de que, a pesar de los obstáculos, él no podía resistirse al llamado del Este por más tiempo. Anotador en mano, se embarcó para continuar la búsqueda en su tan deseada India. Qué visión tan extraña debe haber sido un elegantemente vestido londinense en cuclillas en la arena junto a yoguis en taparrabos, ignorantes del desdén de su compañía británica. Pero era la naturaleza de Brunton penetrar las apariencias, no sostenerlas. El perseveró en su ruta –frecuentemente en burro o en carro tirado por bueyes con su característico espíritu pionero.
Y fue recompensado por sus persistencias Viajando las rutas secundarias del subcontinente indio el fue testigo de extraños desempeños: yoguis enterrados vivos sin sufrir ningún daño aparente, magos devolviendo la vida a animales muertos, fakires perforándose la piel con brochetas sin mostrar signos de dolor o sangre. Brunton era sorprendido por estas hazañas sobrehumanas y por la extraordinaria disciplina mental y física que sugerían. Sin embargo, sabía que debía haber más debajo de estas bufonadas circenses, que otra India esperaba ser descubierta, más silenciosa y difícil de ver a simple vista. A veces sentía un atisbo de esta otra India, en la devoción de inclusive el más extravagante. Pero no estaba satisfecho. Había presenciado suficiente exotismo como para llenar las páginas de una destacable guía de viajes, pero comenzaba a sospechar que su viaje había sido en vano. La India, sin embargo, tenía sus propios planes para él. Precisamente cuando se estaba preparando para continuar su viaje, Brunton fue alentado a consultar otro hombre santo más. El consejo vino directamente de Shankaracharga, el líder espiritual del sur de la India. El sabio era Ramana Maharishi.
CON EL SABIO DE ARUNACHALA
Qué extraño debe ser encontrar a un sabio –alguien de grandes conocimientos, quien pueda dar un pantallazo de iluminación. Ramana Maharishi era esa persona. Con los años Brunton conocería otros guías legítimos. Algunos lo iniciarían a los niveles más altos del misticismo. Sin embargo, fue Ramana quien siempre mantuvo un lugar especial en su corazón. A Search in Secret Indiapronto llamaría la atención del mundo a este sabio poco atractivo. Cuando Brunton viajó por primera vez a la colina de Arunachala para encontrarlo, Ramana Maharshi era sólo conocido por un puñado de seguidores.
Al llegar al sencillo ashram de la montaña Brunton encontró a Ramana en profunda meditación. Esto en sí mismo no era sorprendente, muchos adeptos a los que se aproximó estaban absortos también. Pero cuando Brunton tomó su lugar en el largo, tranquilo hall, se dio cuenta de algo único: el Maharshi radiaba una paz palpaba incluso cuando se sentaba en trance. Mientras esperaba en silencio, el sintió su angustias, sus preguntas sin responder, el esfuerzo de su búsqueda, desvaneciéndose. Al fin él estaba seguro que las más altas posibilidades se abrían a la humanidad. Como escribió en sus últimos años: "La naturaleza divina se revela a si misma nueva en cada vida. La gente realizaba requerimientos formales y pretensiosos del misterio y significado de la vida, mientras que todo el tiempo cada pájaro está subido en su rama verde, cada niño que sostiene la bondadosa mano de su madre ha resuelto el enigma y lleva la respuesta en su rostro".
Brunton pasó muchas horas con Maharishi y logró gran discernimiento de la realidad subyacente en cada individuo y en toda la naturaleza. Afirmó que esta realidad puede ser experimentada directamente, y que la comunión con ello es el derecho natural de cada persona. Poco se sabe de los restantes días de Brunton con Maharishi. Claramente, sin embargo, cuando llegó la hora de partir, cuando fue el momento de poner las palmas juntas en el acostumbrado gesto de despedida, lo hizo con sentimientos de profunda gratitud y terrible tristeza. Era tentador quedarse con el hombre quien en palabras de Brunton "lo regresó a su espíritu". De hecho, visitaría a Ramana nuevamente, años más tarde. Pero, por ahora, Brunton podía sentir que su búsqueda lo llevaba. Mientras su carruaje se alejaba lentamente montaña abajo, sabía que algún día haría el viaje de regreso al sabio de Arunachala.
EN CASA EN LONDRES
Con la memoria del Maharishi fresca en su mente, Brunton regresó a Londres al finalizar la década del treinta. Cualquiera que haya regresado alguna vez de unas vacaciones tranquilas a la frenética conmoción de una ciudad, puede imaginarse cuán impactante debe haber sido mudarse de un ashram recluido en Asia al turbulento centro metropolitano del Imperio Británico. Brunton, sin embargo, conservó la paz que había encontrado. Había perfeccionado un método de quietud interna que le permitía permanecer en calma en su interior, cuando se movía en la ciudad ocupada por los ansiosos preparativos de la segunda guerra mundial. Aunque su desapego no eclipsó su compasión. Cuando miraba la tensión que llenaba los rostros de sus conciudadanos londinenses sentía un profundo impulso de compartir su serenidad.
Sentándose rápidamente a trabajar, escribió cinco libros en tres años, libros estos que él esperaba fuesen tanto para la iluminación de otros como para las bases de un nuevo entendimiento Este-Oeste. Tomando información de los descubrimientos de Sir James Jeans, Sir Arthur Eddington y otros científicos eminentes de esa época, habilidosamente buscaba hacer que la descomprometida mente de las ciencias occidentales se aliase con los dogmas del misticismo y la psicología oriental. A través de sus escritos miles de lectores occidentales conocieron por primera vez la meditación, karma, y los aspectos espirituales del yoga.
Brunton hizo algo más que traducir enseñanzas extranjeras al inglés. Trabajó para rescatarlas de la oscuridad del tiempo y de la distancia cultural, y hacerlas entendibles a la comprensión racional actual del Occidente moderno. El interés por sus libros se expandió rápidamente entre los eruditos y no eruditos. Monk Gibbon recomendó The Quest of the Overself como "la exposición más racional y más segura de la metafísica oriental y de la práctica de la disciplina mental, que él haya alguna vez conocido". El London Times elogió a Brunton por presentar sus ideas con "la menor ambigüedad posible en un lenguaje no técnico". Rápidamente ganó una reputación sólida como un exponente conocedor e influyente del pensamiento Este-Oeste.
Brunton, sin embargo, buscaba la Verdad, no fama. Incluso, cuando sus libros estaban siendo impresos, él una vez más prosiguió su búsqueda de cuidadores vivientes de la sabiduría atemporal, ahora a Egipto, Norte y Sur América y dos veces más a Asia. Al frecuentar adeptos y maestros alrededor del mundo, profundizó su visión de una síntesis del pensamiento filosófico oriental y occidental. Su vida se había convertido en la búsqueda centralizada en un entendimiento lo más amplio posible del potencial espiritual humano.
Con cada uno de sus once libros Brunton incorporaba los resultados de sus investigaciones a un sistema filosófico cada vez más creciente. Con el pasar del tiempo, la forma de sus escritos cambió notablemente. Antes narraba aventuras –su noche en la Gran Pirámide, su experiencia escalofriante a través del tránsito del Cairo con un insensato al volante. En sus libros posterioresThe Hidden Teaching Beyond Yoha, The Wisdom of the Overself, puntualiza una discusión sofisticada de los principios subyacentes a los individuos y al mundo. Aunque hilos consistentes enhebran su trabajo. Los primeros entre ellos eran una sincera y permanente reverencia por lo sagrado y una creencia inmutable en su benevolencia hacia todos los seres.
Los individuos pueden llegar a conocer una presencia sagrada tanto en su interior o fuera, dice Brunton. Cada persona lleva un rayo de su presencia en su corazón. El llama a este rayo el Yo Superior. Lo más cerca que uno llegue a su propio ser superior, lo más directo y completo será su bendición y guía. Con esta guía los individuos pueden comenzar a ver la sabiduría divina desplegarse en el universo y en sus propias vidas de forma ordenada y significativa. Brunton creyó que la gente está conectada a todas las cosas a través de la ley del karma, pero su posición con respecto a la esta ley no es fatalista. El vio todas las experiencias trabajando para traer a la persona más cerca del auto-descubrimiento y a reconocer el lugar verdadero del individuo en el cosmos. Para Brunton el cosmos era "extremadamente inteligente, más allá de la invención del hombre, misterioso más allá de la comprensión humana y... divinamente sagrado". Cada instante, cada punto de la creación, desde las estrellas allá arriba hasta cada célula en el cuerpo puede ser conocidas como el desenvolvimiento de una mente de infinita inteligencia y de poder eterno. Y tan sorprendente como puede ser la creación, solo se atisba a la grandeza de eso que está detrás". En las palabras de Brunton "No hay sino un solo Dios, una Vida, un Poder Infinito, una Mente omnisapiente, el Yo Superior. Cada persona la individualiza pero no la multiplica. El o ella pueden traerla hasta un punto, el Yo Superior, pero no alterar su unidad o cambiar su esencia".
LLAMANDO LA ATENCIÓN DEL PÚBLICO
El mundo había soportado la depresión y la 2da. guerra mundial. Mucha gente desilusionada encontró esperanza, alivio, en los escritos de Brunton y muchos buscaron su guía personal. Pero así como rechazó tener su nombre asociado con cualquier religión particular o movimiento, así Brunton rechazó los intentos de convertirlo en un gurú filosófico. El se refiere a sí mismo como "un escritor e investigador, con algo de experiencia en estos temas, eso es todo". Sin embargo, estaba siempre de buena gana, en su modo calmo, para compartir con comprensión con sus compañeros seguidores, para hacerles el camino un poco más fácil si podía. Aquellos que lo conocían, que se encontraban o se escribían con él, a través de los años llegaron a quererlo y a admirar a este gentil y gracioso hombre que simplemente lo conocían como PB.
Para mediados de siglo, crecía el número de individuos y sociedades que se comenzaban a interesar en Brunton. A pesar de su expreso deseo, continuó recibiendo ofrecimientos para convertirse en un foco espiritual para otros. Era repetidamente invitado a establecer ashrams, editar periódicos y fundar escuelas basadas en sus libros. Nunca aceptó ninguno de estos ofrecimientos.
En 1959, unos pocos años después de publicar The Spiritual Crisis of Man, su último libro y en la cima de su carrera, Brunton desapareció de la vista del público. Tan efectivo fue su retirada, que en los periódicos más leídos aparecieron obituarios. Pero Brunton no estaba muerto. Había simplemente abandonado su profesión mundana a cambio de un trabajo más tranquilo y privado. La mayor parte de este trabajo lo llevó a cabo en su corazón, para lo que fue necesario retirarse a una completa soledad.
SUS ÚLTIMOS ESCRITOS
A mitad de los años 60, Brunton apareció en Suiza donde vivió el resto de su vida. Los amigos y estudiantes que lo visitaron durante este período se dieron cuenta del profundo cambio que había experimentado. A pesar de que aun veían ante ellos el gentil caballero británico con su traviesa sonrisa, ellos sabían que estaban ante la presencia de algo más raro. Y en realidad, autoridades respetadas como TMP Mahadevan (en aquel entonces la cabeza de la Universidad de Madrás) y el Shankaracharya de Kanchipuram comenzaron a referirse a Brunton como un genuino hombre santo. Brunton descartó tales referencias. Llevaba una vida simple, viajando aquí y allá, concediendo entrevistas privadas, y escribiendo siempre escribiendo. Diariamente escribía: ideas, observaciones y sugerencias en asuntos concernientes al camino espiritual y autorealización. Después de morir Brunton el 27 de Julio de 1981, sus notas –lo que él llama una versión más madura de su trabajo anterior- estuvieron disponibles para ser publicadas. Los volúmenes 1 y 2 fueron publicados por Larson en 1984 y 1986, y más de una docena de volúmenes los siguieron.
La fundación filosófica Paul Brunton completará este proyecto, durante los próximos años.
La culminación de su permanente búsqueda de sabiduría. Sus notas son un resumen elocuente de su experiencia. Estas notas son una fuente sin paralelo para aquellos que están buscando entendimiento. Página tras página, volumen tras volumen, entremezcla antiguas verdades con sentido común contemporáneo exponiendo un acercamiento ético, sano, y cautivante hacia las prácticas espirituales. Su nota clave es el equilibrio y su mensaje inspirador encierra todas las fases de la experiencia humana. Sus notas postreras tienen la forma de breves y sucintos pasajes -"pensamientos semilla", los llama. Deseando traer profundas ideas a un foco definido, formuló pasajes que llevan a los lectores a un estado de pensamientos introspectivos y silenciosa contemplación. Sus temas abarcan desde sutilezas metafísicas a instrucciones prácticas, aunque ellos son, en realidad, un todo armónico. En resumen, afirman la divinidad en cada individuo y muestran el camino para la autorealización. El trabajo de Brunton es contemporáneo. El sabía que la década de los 80, una década de creciente complejidad global, no sería el momento de retirarse del mundo. También sabía que la humanidad no podía afrontar por más tiempo seguir, sin valores más profundos, en su curso destructivo. Por eso él enfatizaba la necesidad de los individuos de trabajar colectivamente para afirmar la santidad de la existencia humana, incluso cuando buscan privadamente y en soledad, la fuente de su propia individualidad. De esta forma, él creía que esta generación podría construir los cimientos de una nueva civilización mundial muy necesaria.
Brunton no ofrece atajos para alcanzar la meta ni realización instantánea. Tampoco ofrece poderes ocultos o soluciones milagrosas para los problemas cotidianos. Pero él sí ofrece comprensión, esperanza, consuelo y una invitación a la más grande aventura de todas: el autodescubrimiento.
"Aprende a penetrar en tu interior, tu más profundo casi desconocido ser", dice. "Necesitarás paciencia para regresar día tras día, sin detenerse hasta alcanzar la verdad, la paz se siente, la bendición desciende. Se necesitará perseverancia hasta encontrar el nacimiento de la fortaleza. Luego ella te toma, esto es la gracia. Pero recuerda que después de cada introspección serás confrontado nuevamente por el mundo, por su dura realidad pero gloriosa belleza, sus cruentos conflictos pero benignos interludios. Entonces conocerás el mundo en el que tienes que vivir, sus insignificantes mentes y nobles almas. Aprende de ambas y cuando hayas visto suficiente de su superficie, pregunta por su tremendo secreto".
Notas tomadas de los escritos de Paul Brunton
"El primer paso es descubrir que hay una Presencia, un Poder, una Vida, una Mente, siendo único no hecho ni engendrado, sin forma, invisible, inaudible, omnipresente y siempre igual. El segundo paso es descubrir su relación con el universo y con uno mismo".
"He recopilado mi material tanto de Occidente tanto como de Oriente, de ciencias modernas y antigua metafísica, del misticismo cristiano y del ocultismo hindú. Mis investigaciones no sólo fueron hechas entre libros contemporáneos y antiguos textos y entre hombres vivos. Ello fueron hechos también en el misterioso interior de mi propia conciencia".
"La síntesis de ideas occidentales y orientales, y también un nuevo punto de vista creativo que trascenderá a ambas. Una civilización nacerá un día a través del impulso interno y la compulsión externa"
"Deseo, por lo tanto, poner ante los lectores los fundamentos de esta filosofía escondida en forma concisa y expresión simple, ponerlos en la posesión de los principios básicos y proveerlos con el hilo de Ariadne para guiarlos a través del laberinto de la vida y sus problemas de reflexión y experiencia. Incluso si fallara en lograr esto pero fuera exitosa en encender dentro de ellos un poco del amor por la verdad, esa búsqueda apasionada por el significado de todo lo de la vida, toda experiencia y todo este maravilloso mundo, ya habré logrado suficiente para justificar nuestro encuentro en estas páginas
(1) En español se están publicando con el título de Agendas de Paul Brunton, habiéndose editado dos volúmenes: La Búsqueda, y Perspectivas.
Nota de Dirección: En castellano, hasta la publicación reciente de sus volúmenes póstumos, se ha publicado: La India Secreta, El Sendero Secreto, El Egipto Secreto, Un Mensaje desde Arunachala, Una Ermita en los Himalayas, La Búsqueda del Yo Superior, La Realidad Interior, Más Allá del Yoga, La Sabiduría del Yo Superior, La Crisis Espiritual del Hombre.
(El presente trabajo fue publicado por primera vez en East-West, USA, Octubre 1986.)
¿Qué descubrió durante estas dos décadas de viaje a su propio ser? Nadie puede decirlo con seguridad. Solamente podemos conjeturar la magnitud de los cambios que sufrió por las pistas en el legado que dejó –sus apuntes-, más de 10.000 páginas de lo que Brunton llamó una versión más "madura" de su trabajo anterior. Desde 1984, Publicaciones Larson ha publicado un set completo dieciséis volúmenes de The Notebooks of Paul Brunton, titulados Perspectives; The Quest; Practices for the Quest and Relax and Retreat; Meditation and the Body; Emotions and Ethics and The Intellect; The Ego and From Birth to Rebirth; Healing of the Arts in Culture; The Sensitives; The Orient; The Religious Urge and The Reverential Life; Relativity; Philosophy and Mind; Inspiration and the Overself; Advanced Contemplation ant The Peace Within You; Enlightened Mind, Divine Mind. (1)
Leer el "nuevo" Brunton es redescubrir un viejo amigo. Sabio y compasivo, él ofrece su consejo cándido sobre las dificultades y posibilidades de la práctica espiritual. Y así como el mundo cambió enormemente los últimos veinte años de su vida, así Brunton evolucionó y adaptó su acercamiento para un mejor encuentro con las necesidades de los buscadores de hoy. Aunque todavía buscando al Oriente para inspiración y guía, él no cree que los occidentales necesiten afeitarse sus cabezas o sentarse cruzado de piernas en un bosque para alcanzar la completud espiritual. En cambio, ofrece una guía de cómo los puntos de vista del este y oeste pueden ayudar a crear belleza, alegría y significado a nuestras vidas así como las vivimos, no como podrían haber sido vividas si hubiésemos nacido en otros tiempos. El reportero del espíritu Brunton comenzó su carrera tranquilamente como un periodista londinense en las primeras décadas del siglo. Aunque era un inquisitivo, talentoso periodista, su interés no estaba en política ni en eventos corrientes, pero en los antiguos acertijos, cuestionamientos que han desafiado los filósofos a través de los tiempos: ¿Cuál es el significado del mundo y de la experiencia? ¿Qué soy? ¿Cuál es el objeto de la existencia? Al contrario que sus contemporáneos de la era del jazz Brunton reconoció estas preguntas como más que simples abstracciones para musitar con una copa de cogñac y cigarrillos. Para él eran de vital importancia. Desde su juventud ellas atrajeron su atención, otros periodistas contemporáneos escribían sobre los debates en parlamento, o sobre el éxito y fracaso del colonialismo británico, él en sus días de vitalidad investigaba las inexploradas regiones del alma. Sus habilidades profesionales impregnaron su tarea, y deliberadamente buscó aquellos individuos, filósofos, científicos, místicos, que pudiesen tener las respuestas a sus preguntas. No era inusual encontrarlo entusiastamente hojeando una copia de Emerson, o deslizándose en una reunión de la Sociedad Teosófica Londinense.
Pero su búsqueda no fue una moda pasajera. Una fuerza interior lo llevó irresistiblemente a investigar más allá de la superficie de la vida. Con su característica profundidad, decidió seguir cada hilo disponible. Examinó de todas maneras los recónditos textos Platonismo, Taoísmo, Vedanta, e investigó las en aquellos tiempos tendencias de moda como parasicología, ocultismo y pensamiento positivo.
Muchos de los trabajos hoy accesibles, entonces no habían sido traducidos. Para las personas nacidas en los últimos veinte años, es difícil darse cuán esotéricos estos estudios alguna vez fueron. La investigación de Brunton fue excepcional, un conocido suyo observó que en sus archivos no faltaba la dirección de ninguna organización ni persona que estuviese al menos remotamente conectada con los temas espirituales.
Brunton realmente trató con muchas personalidades, autoridades reconocidas como D.T.Suzuki, C.G. Jung y Annie Besant, pero él repetidamente rehusó aliarse con cualquiera de los caminos que exploraba. Condujo su búsqueda con una mente tan agudamente analítica como abiertamente receptiva. Si por un lado estaba renuente para renunciar a su independencia y privacidad al unirse a grupos o cultos, él estaba preparado para reconocer el impulso genuinamente espiritual en donde fuese que lo encontrase: en otros individuos, en la belleza de la naturaleza, o en la silenciosa profundidad de sus propias meditaciones.
BUSCANDO EN LA INDIA
Mientras realizaba su trabajo durante los últimos años de la década del veinte y los comienzos de los treinta, una sola imagen se le venía a la mente repetidas veces. La India, en ese entonces considerada por muchos la tierra de los encantadores de serpientes de ojos dormidos y los caminantes de túnicas amarillas, tiraba de sus pensamientos. Tenía una gran reverencia por el rico tesoro filosófico de la India, y era por las orillas del Ganges que esperaba descubrir una tradición espiritual viva. Llegar al Ganges o a cualquier otra parte de India no era tarea sencilla en esos días (Uno no tomaba simplemente un vuelo, y reservaba una habitación en el Calcutta Hilton. Viajar a la India requería mucho tiempo y más dinero del que un periodista independiente podía reunir). Por muchos años su sueño permaneció sin realizar. Fue a través de una conversación por casualidad con un con un erudito Brahmin que convenció a Brunton de que, a pesar de los obstáculos, él no podía resistirse al llamado del Este por más tiempo. Anotador en mano, se embarcó para continuar la búsqueda en su tan deseada India. Qué visión tan extraña debe haber sido un elegantemente vestido londinense en cuclillas en la arena junto a yoguis en taparrabos, ignorantes del desdén de su compañía británica. Pero era la naturaleza de Brunton penetrar las apariencias, no sostenerlas. El perseveró en su ruta –frecuentemente en burro o en carro tirado por bueyes con su característico espíritu pionero.
Y fue recompensado por sus persistencias Viajando las rutas secundarias del subcontinente indio el fue testigo de extraños desempeños: yoguis enterrados vivos sin sufrir ningún daño aparente, magos devolviendo la vida a animales muertos, fakires perforándose la piel con brochetas sin mostrar signos de dolor o sangre. Brunton era sorprendido por estas hazañas sobrehumanas y por la extraordinaria disciplina mental y física que sugerían. Sin embargo, sabía que debía haber más debajo de estas bufonadas circenses, que otra India esperaba ser descubierta, más silenciosa y difícil de ver a simple vista. A veces sentía un atisbo de esta otra India, en la devoción de inclusive el más extravagante. Pero no estaba satisfecho. Había presenciado suficiente exotismo como para llenar las páginas de una destacable guía de viajes, pero comenzaba a sospechar que su viaje había sido en vano. La India, sin embargo, tenía sus propios planes para él. Precisamente cuando se estaba preparando para continuar su viaje, Brunton fue alentado a consultar otro hombre santo más. El consejo vino directamente de Shankaracharga, el líder espiritual del sur de la India. El sabio era Ramana Maharishi.
CON EL SABIO DE ARUNACHALA
Qué extraño debe ser encontrar a un sabio –alguien de grandes conocimientos, quien pueda dar un pantallazo de iluminación. Ramana Maharishi era esa persona. Con los años Brunton conocería otros guías legítimos. Algunos lo iniciarían a los niveles más altos del misticismo. Sin embargo, fue Ramana quien siempre mantuvo un lugar especial en su corazón. A Search in Secret Indiapronto llamaría la atención del mundo a este sabio poco atractivo. Cuando Brunton viajó por primera vez a la colina de Arunachala para encontrarlo, Ramana Maharshi era sólo conocido por un puñado de seguidores.
Al llegar al sencillo ashram de la montaña Brunton encontró a Ramana en profunda meditación. Esto en sí mismo no era sorprendente, muchos adeptos a los que se aproximó estaban absortos también. Pero cuando Brunton tomó su lugar en el largo, tranquilo hall, se dio cuenta de algo único: el Maharshi radiaba una paz palpaba incluso cuando se sentaba en trance. Mientras esperaba en silencio, el sintió su angustias, sus preguntas sin responder, el esfuerzo de su búsqueda, desvaneciéndose. Al fin él estaba seguro que las más altas posibilidades se abrían a la humanidad. Como escribió en sus últimos años: "La naturaleza divina se revela a si misma nueva en cada vida. La gente realizaba requerimientos formales y pretensiosos del misterio y significado de la vida, mientras que todo el tiempo cada pájaro está subido en su rama verde, cada niño que sostiene la bondadosa mano de su madre ha resuelto el enigma y lleva la respuesta en su rostro".
Brunton pasó muchas horas con Maharishi y logró gran discernimiento de la realidad subyacente en cada individuo y en toda la naturaleza. Afirmó que esta realidad puede ser experimentada directamente, y que la comunión con ello es el derecho natural de cada persona. Poco se sabe de los restantes días de Brunton con Maharishi. Claramente, sin embargo, cuando llegó la hora de partir, cuando fue el momento de poner las palmas juntas en el acostumbrado gesto de despedida, lo hizo con sentimientos de profunda gratitud y terrible tristeza. Era tentador quedarse con el hombre quien en palabras de Brunton "lo regresó a su espíritu". De hecho, visitaría a Ramana nuevamente, años más tarde. Pero, por ahora, Brunton podía sentir que su búsqueda lo llevaba. Mientras su carruaje se alejaba lentamente montaña abajo, sabía que algún día haría el viaje de regreso al sabio de Arunachala.
EN CASA EN LONDRES
Con la memoria del Maharishi fresca en su mente, Brunton regresó a Londres al finalizar la década del treinta. Cualquiera que haya regresado alguna vez de unas vacaciones tranquilas a la frenética conmoción de una ciudad, puede imaginarse cuán impactante debe haber sido mudarse de un ashram recluido en Asia al turbulento centro metropolitano del Imperio Británico. Brunton, sin embargo, conservó la paz que había encontrado. Había perfeccionado un método de quietud interna que le permitía permanecer en calma en su interior, cuando se movía en la ciudad ocupada por los ansiosos preparativos de la segunda guerra mundial. Aunque su desapego no eclipsó su compasión. Cuando miraba la tensión que llenaba los rostros de sus conciudadanos londinenses sentía un profundo impulso de compartir su serenidad.
Sentándose rápidamente a trabajar, escribió cinco libros en tres años, libros estos que él esperaba fuesen tanto para la iluminación de otros como para las bases de un nuevo entendimiento Este-Oeste. Tomando información de los descubrimientos de Sir James Jeans, Sir Arthur Eddington y otros científicos eminentes de esa época, habilidosamente buscaba hacer que la descomprometida mente de las ciencias occidentales se aliase con los dogmas del misticismo y la psicología oriental. A través de sus escritos miles de lectores occidentales conocieron por primera vez la meditación, karma, y los aspectos espirituales del yoga.
Brunton hizo algo más que traducir enseñanzas extranjeras al inglés. Trabajó para rescatarlas de la oscuridad del tiempo y de la distancia cultural, y hacerlas entendibles a la comprensión racional actual del Occidente moderno. El interés por sus libros se expandió rápidamente entre los eruditos y no eruditos. Monk Gibbon recomendó The Quest of the Overself como "la exposición más racional y más segura de la metafísica oriental y de la práctica de la disciplina mental, que él haya alguna vez conocido". El London Times elogió a Brunton por presentar sus ideas con "la menor ambigüedad posible en un lenguaje no técnico". Rápidamente ganó una reputación sólida como un exponente conocedor e influyente del pensamiento Este-Oeste.
Brunton, sin embargo, buscaba la Verdad, no fama. Incluso, cuando sus libros estaban siendo impresos, él una vez más prosiguió su búsqueda de cuidadores vivientes de la sabiduría atemporal, ahora a Egipto, Norte y Sur América y dos veces más a Asia. Al frecuentar adeptos y maestros alrededor del mundo, profundizó su visión de una síntesis del pensamiento filosófico oriental y occidental. Su vida se había convertido en la búsqueda centralizada en un entendimiento lo más amplio posible del potencial espiritual humano.
Con cada uno de sus once libros Brunton incorporaba los resultados de sus investigaciones a un sistema filosófico cada vez más creciente. Con el pasar del tiempo, la forma de sus escritos cambió notablemente. Antes narraba aventuras –su noche en la Gran Pirámide, su experiencia escalofriante a través del tránsito del Cairo con un insensato al volante. En sus libros posterioresThe Hidden Teaching Beyond Yoha, The Wisdom of the Overself, puntualiza una discusión sofisticada de los principios subyacentes a los individuos y al mundo. Aunque hilos consistentes enhebran su trabajo. Los primeros entre ellos eran una sincera y permanente reverencia por lo sagrado y una creencia inmutable en su benevolencia hacia todos los seres.
Los individuos pueden llegar a conocer una presencia sagrada tanto en su interior o fuera, dice Brunton. Cada persona lleva un rayo de su presencia en su corazón. El llama a este rayo el Yo Superior. Lo más cerca que uno llegue a su propio ser superior, lo más directo y completo será su bendición y guía. Con esta guía los individuos pueden comenzar a ver la sabiduría divina desplegarse en el universo y en sus propias vidas de forma ordenada y significativa. Brunton creyó que la gente está conectada a todas las cosas a través de la ley del karma, pero su posición con respecto a la esta ley no es fatalista. El vio todas las experiencias trabajando para traer a la persona más cerca del auto-descubrimiento y a reconocer el lugar verdadero del individuo en el cosmos. Para Brunton el cosmos era "extremadamente inteligente, más allá de la invención del hombre, misterioso más allá de la comprensión humana y... divinamente sagrado". Cada instante, cada punto de la creación, desde las estrellas allá arriba hasta cada célula en el cuerpo puede ser conocidas como el desenvolvimiento de una mente de infinita inteligencia y de poder eterno. Y tan sorprendente como puede ser la creación, solo se atisba a la grandeza de eso que está detrás". En las palabras de Brunton "No hay sino un solo Dios, una Vida, un Poder Infinito, una Mente omnisapiente, el Yo Superior. Cada persona la individualiza pero no la multiplica. El o ella pueden traerla hasta un punto, el Yo Superior, pero no alterar su unidad o cambiar su esencia".
LLAMANDO LA ATENCIÓN DEL PÚBLICO
El mundo había soportado la depresión y la 2da. guerra mundial. Mucha gente desilusionada encontró esperanza, alivio, en los escritos de Brunton y muchos buscaron su guía personal. Pero así como rechazó tener su nombre asociado con cualquier religión particular o movimiento, así Brunton rechazó los intentos de convertirlo en un gurú filosófico. El se refiere a sí mismo como "un escritor e investigador, con algo de experiencia en estos temas, eso es todo". Sin embargo, estaba siempre de buena gana, en su modo calmo, para compartir con comprensión con sus compañeros seguidores, para hacerles el camino un poco más fácil si podía. Aquellos que lo conocían, que se encontraban o se escribían con él, a través de los años llegaron a quererlo y a admirar a este gentil y gracioso hombre que simplemente lo conocían como PB.
Para mediados de siglo, crecía el número de individuos y sociedades que se comenzaban a interesar en Brunton. A pesar de su expreso deseo, continuó recibiendo ofrecimientos para convertirse en un foco espiritual para otros. Era repetidamente invitado a establecer ashrams, editar periódicos y fundar escuelas basadas en sus libros. Nunca aceptó ninguno de estos ofrecimientos.
En 1959, unos pocos años después de publicar The Spiritual Crisis of Man, su último libro y en la cima de su carrera, Brunton desapareció de la vista del público. Tan efectivo fue su retirada, que en los periódicos más leídos aparecieron obituarios. Pero Brunton no estaba muerto. Había simplemente abandonado su profesión mundana a cambio de un trabajo más tranquilo y privado. La mayor parte de este trabajo lo llevó a cabo en su corazón, para lo que fue necesario retirarse a una completa soledad.
SUS ÚLTIMOS ESCRITOS
A mitad de los años 60, Brunton apareció en Suiza donde vivió el resto de su vida. Los amigos y estudiantes que lo visitaron durante este período se dieron cuenta del profundo cambio que había experimentado. A pesar de que aun veían ante ellos el gentil caballero británico con su traviesa sonrisa, ellos sabían que estaban ante la presencia de algo más raro. Y en realidad, autoridades respetadas como TMP Mahadevan (en aquel entonces la cabeza de la Universidad de Madrás) y el Shankaracharya de Kanchipuram comenzaron a referirse a Brunton como un genuino hombre santo. Brunton descartó tales referencias. Llevaba una vida simple, viajando aquí y allá, concediendo entrevistas privadas, y escribiendo siempre escribiendo. Diariamente escribía: ideas, observaciones y sugerencias en asuntos concernientes al camino espiritual y autorealización. Después de morir Brunton el 27 de Julio de 1981, sus notas –lo que él llama una versión más madura de su trabajo anterior- estuvieron disponibles para ser publicadas. Los volúmenes 1 y 2 fueron publicados por Larson en 1984 y 1986, y más de una docena de volúmenes los siguieron.
La fundación filosófica Paul Brunton completará este proyecto, durante los próximos años.
La culminación de su permanente búsqueda de sabiduría. Sus notas son un resumen elocuente de su experiencia. Estas notas son una fuente sin paralelo para aquellos que están buscando entendimiento. Página tras página, volumen tras volumen, entremezcla antiguas verdades con sentido común contemporáneo exponiendo un acercamiento ético, sano, y cautivante hacia las prácticas espirituales. Su nota clave es el equilibrio y su mensaje inspirador encierra todas las fases de la experiencia humana. Sus notas postreras tienen la forma de breves y sucintos pasajes -"pensamientos semilla", los llama. Deseando traer profundas ideas a un foco definido, formuló pasajes que llevan a los lectores a un estado de pensamientos introspectivos y silenciosa contemplación. Sus temas abarcan desde sutilezas metafísicas a instrucciones prácticas, aunque ellos son, en realidad, un todo armónico. En resumen, afirman la divinidad en cada individuo y muestran el camino para la autorealización. El trabajo de Brunton es contemporáneo. El sabía que la década de los 80, una década de creciente complejidad global, no sería el momento de retirarse del mundo. También sabía que la humanidad no podía afrontar por más tiempo seguir, sin valores más profundos, en su curso destructivo. Por eso él enfatizaba la necesidad de los individuos de trabajar colectivamente para afirmar la santidad de la existencia humana, incluso cuando buscan privadamente y en soledad, la fuente de su propia individualidad. De esta forma, él creía que esta generación podría construir los cimientos de una nueva civilización mundial muy necesaria.
Brunton no ofrece atajos para alcanzar la meta ni realización instantánea. Tampoco ofrece poderes ocultos o soluciones milagrosas para los problemas cotidianos. Pero él sí ofrece comprensión, esperanza, consuelo y una invitación a la más grande aventura de todas: el autodescubrimiento.
"Aprende a penetrar en tu interior, tu más profundo casi desconocido ser", dice. "Necesitarás paciencia para regresar día tras día, sin detenerse hasta alcanzar la verdad, la paz se siente, la bendición desciende. Se necesitará perseverancia hasta encontrar el nacimiento de la fortaleza. Luego ella te toma, esto es la gracia. Pero recuerda que después de cada introspección serás confrontado nuevamente por el mundo, por su dura realidad pero gloriosa belleza, sus cruentos conflictos pero benignos interludios. Entonces conocerás el mundo en el que tienes que vivir, sus insignificantes mentes y nobles almas. Aprende de ambas y cuando hayas visto suficiente de su superficie, pregunta por su tremendo secreto".
Notas tomadas de los escritos de Paul Brunton
"El primer paso es descubrir que hay una Presencia, un Poder, una Vida, una Mente, siendo único no hecho ni engendrado, sin forma, invisible, inaudible, omnipresente y siempre igual. El segundo paso es descubrir su relación con el universo y con uno mismo".
"He recopilado mi material tanto de Occidente tanto como de Oriente, de ciencias modernas y antigua metafísica, del misticismo cristiano y del ocultismo hindú. Mis investigaciones no sólo fueron hechas entre libros contemporáneos y antiguos textos y entre hombres vivos. Ello fueron hechos también en el misterioso interior de mi propia conciencia".
"La síntesis de ideas occidentales y orientales, y también un nuevo punto de vista creativo que trascenderá a ambas. Una civilización nacerá un día a través del impulso interno y la compulsión externa"
"Deseo, por lo tanto, poner ante los lectores los fundamentos de esta filosofía escondida en forma concisa y expresión simple, ponerlos en la posesión de los principios básicos y proveerlos con el hilo de Ariadne para guiarlos a través del laberinto de la vida y sus problemas de reflexión y experiencia. Incluso si fallara en lograr esto pero fuera exitosa en encender dentro de ellos un poco del amor por la verdad, esa búsqueda apasionada por el significado de todo lo de la vida, toda experiencia y todo este maravilloso mundo, ya habré logrado suficiente para justificar nuestro encuentro en estas páginas
(1) En español se están publicando con el título de Agendas de Paul Brunton, habiéndose editado dos volúmenes: La Búsqueda, y Perspectivas.
Nota de Dirección: En castellano, hasta la publicación reciente de sus volúmenes póstumos, se ha publicado: La India Secreta, El Sendero Secreto, El Egipto Secreto, Un Mensaje desde Arunachala, Una Ermita en los Himalayas, La Búsqueda del Yo Superior, La Realidad Interior, Más Allá del Yoga, La Sabiduría del Yo Superior, La Crisis Espiritual del Hombre.
(El presente trabajo fue publicado por primera vez en East-West, USA, Octubre 1986.)
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